En diciembre, a escondidas de nuestra familia y entre varios primos, hacíamos una ‘vaca’ para comprar volcanes y voladores. No teníamos la edad, ni mucho menos la experiencia para manipular ni un solo traqui traqui, pero nos llamaba la atención ese extraño fuego lleno de movimiento, que parecía llenarnos de euforia. Era casi adictivo. Pero de la última vez que lo hicimos solo quedaron malos recuerdos. Mi primo Daniel* fue el primero en quemarse sus manos con las llamas de un volcán que se le explotó, mientras que a Carlitos* el fuego del mismo artefacto le quemó la bota del pantalón. Salimos corriendo a buscar ayuda. No sabíamos qué hacer. Nuestra familia vivió la noche del 24 en un hospital, todos estaban preocupados y además generamos en ellos una desconfianza que perduró por muchos años. Esa fue la lección que nos dejó la pólvora.
Como este, son muchos los relatos que quedan después del uso irresponsable de pólvora, y es que, como Daniel, el 63% de los casos de heridos corresponden a quienes han manipulado este producto, pero como Carlitos*, un 22% de los afectados terminan lastimados solo por estar cerca de alguien que está jugando con pólvora (según datos del Instituto Nacional de Salud).
40% de los lesionados son menores de edad y en el 51% de los heridos las edades oscilan entre 18 y los 44 años.
¿Qué es la pólvora?
La pólvora es una sustancia explosiva utilizada principalmente como propulsor de proyectiles en las armas de fuego y con fines acústicos en los juegos pirotécnicos, olvidándose de los riesgos que pueden generar en la integridad física (heridos, intoxicados, muertos y mutilados), así como los posibles incendios forestales y estructurales en viviendas y establecimientos comerciales que pueden ocasionar. El uso de elementos de pirotecnia se debe hacer a una distancia mínima de 300 metros a la redonda de hospitales, clínicas, estaciones de servicio, y sitios donde haya aglomeraciones públicas.
Ayudar en caso de una emergencia
El doctor José Palacio Vélez, médico de la Clínica CES, recomienda auxiliar a cualquier persona afectada con pólvora, si se está cerca. Esto, a través de la correcta identificación de la herida, y su posterior cobertura con un material o apósito limpio, en aras de que la zona afectada permanezca tal cual sucedió para facilitarle la labor de curación al personal médico.
¿Qué hacer si hay un herido?
Auxiliar a la persona.
Identificar la herida.
Cubrir la herida con un apósito limpio.
Conducir a la persona a un centro médico.
¿Qué no debe hacer a una herida con pólvora?
La Cruz Roja Colombiana destaca las recomendaciones acerca de las acciones correctas al momento de auxiliar a un herido:
1. No aplicar cremas, aceites, grasas, pomadas, polvos (etc) en la herida. Esto puede ocasionar infecciones.
2. Si la quemadura ocurre en los ojos solo se debe lavar con agua, no palpar ni frotar la zona afectada.
3. No intentar retirar de la herida elementos que puedan estar adheridos.
4. No entrar en pánico, calmar a la víctima y mantenerla abrigada mientras es traslada a un centro asistencial.
Las lesiones que deja la pólvora:
90,7 % quemaduras
62,2 % laceraciones
22,5 % contusiones
Quemados este 2019 en Colombia
Cartagena: 8 personas heridas
Antioquia: 38 heridos
Valle del Cauca: 44 heridos
Cauca: 53 personas heridas
Bogotá: 10 personas heridas
Datos del: Instituto Nacional de Salud
Como adultos responsables
Frente a este tipo de sucesos se hacen algunas destacables recomendaciones:
Si es vendedor de este tipo de productos, no debe dejar que estén al alcance de personas en estado de embriaguez o drogadas.
No guarde pólvora en casa, porque se puede correr el riesgo de que explote o de que esta sea manipulada por niños. Un documento del Departamento Administrativo Distrital de Salud DADIS, en Cartagena, advierte que “además de las lesiones ocasionadas por el uso de artefactos pirotécnicos, se presentan con frecuencia accidentes e incendios relacionados con la producción, almacenamiento y comercialización de fuegos artificiales”.
No usar ni dejar que los niños usen pólvora bajo ningún motivo. No permitir que menores jueguen con pólvora, ni siquiera bajo supervisión de adultos.
Existen personas expertas en operar pólvora, que han recibido capacitación para ello; a ellas se les debe dejar su uso. Si no se conoce a alguien con estas características, es imprescindible desistir de la idea de comprar pólvora para las celebraciones.
El uso de elementos de pirotecnia se debe hacer a una distancia mínima de 300 metros a la redonda de hospitales, clínicas, estaciones de servicio, y sitios donde haya aglomeraciones públicas.
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