“The Selfish Ledger” fue un video de uso interno en Google que se filtró en internet y escandalizó a muchos. Muestra un futuro inquietante en el que la tecnología está tan arraigada a nuestras vidas que los datos se convierten en una especie de ADN del comportamiento.
“Entendemos que esto pueda ser perturbador y está diseñado para que así sea. Este es un experimento mental de hace años que usa una técnica llamada ‘diseño especulativo’ para explorar ideas incómodas y conceptos inquietantes para provocar discusión y debate. No está relacionado con ningún producto futuro o actual”, expresó Google a través de un comunicado oficial respondiendo al revuelo causado en su momento.
El diseño especulativo es tan real como el mismo concepto que intentan desarrollar durante los 8:42 minutos que dura la fascinante pieza audiovisual.
Empecemos con una pequeña pregunta especulativa: ¿Qué tal si, en la misma medida que en que hacemos secuenciaciones de ADN en beneficio de nuestra salud, pudiésemos secuenciar los datos de los usuarios para obtener beneficios de comportamiento para nuestra evolución como especie humana?
Más allá del dilema moral, este planteamiento tiene sus bases en el naturalista francés Jean-Baptiste Lamarck, quien formuló la primera teoría de la evolución biológica. Si bien es una teoría primitiva que tiene sus debilidades, hay que reconocer que se ajusta muy bien a la prolífica era tecnológica que vivimos.
La idea de un gran libro es el concepto que usan durante todo el video filtrado de Google para describir una versión codificada de lo que somos como seres humanos. Un libro que con el tiempo crece, se desarrolla, cambia, evoluciona y se complejiza basándose en nuestras acciones y comportamientos, al igual que lo hace el ADN en su proceso por transferir información vital de supervivencia evolutiva a sus futuras generaciones. En ese orden de ideas, este libro podría considerarse un “epigen lamarckiano”, un concepto predarwiniano de la evolución en donde, básicamente, la información no te pertenece y tu existencia actual solo funciona como el custodio temporal de algo más importante y vital para la humanidad.
De la misma manera en que este ADN del comportamiento se transmite también es manipulable y se puede modificar para reconfigurar nuestras emociones y sentimientos, lo que implica una responsabilidad muy grande para empresas que recolectan nuestra información a diario y que hoy están en el ojo del huracán por problemas de privacidad y uso de datos.
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