Parece inminente la visita del coronavirus a Cartagena. Poco podemos hacer para evitarlo, y aunque nuestra rutina será diferente a la acostumbrada, es posible tomar acciones decisivas para minimizar los posibles daños sobre nuestras vidas.
En primer lugar, el alcalde debe ponerse en modo coronavirus. Es decir, empezar a gobernar en función de la situación. Urge una tregua sin condiciones con el Concejo para que las cosas fluyan, y una decidida participación del burgomaestre en las redes hablando periódicamente y con propiedad sobre el tema, sin alarmismos ni ocultamientos de nada. Es inaceptable que a estas alturas el Distrito esté callado.
La educación comunitaria es el arma más importante, y de las pocas, con la que contamos para controlar la situación. Todas las vallas de la ciudad deben ser usadas, ya mismo, para invitar a los ciudadanos a lavarse las manos con frecuencia, no llevarse las mismas a la cara, evitar los saludos de contacto, minimizar visitas a lugares con alto flujo de personas, no arrojar ni abandonar basura en la calle, entre otras medidas básicas de higiene.
Los cascos de los usuarios de mototaxistas deben ser personales. Es decir, quien quiera usar ese servicio debe conseguir un casco para su propio uso. Dejar de usarlo, o ponerse uno ajeno, es un megafactor de propagación viral. Los ciudadanos deben saber que, ante la presencia de brotes, será necesario cerrar barrios enteros, algunos de manera indefinida, y esto debe respetarse, pero sobre todo hacerse cumplir. la tarea de las autoridades es enorme cuando llegue la hora de conseguir y entregar alimentos a las personas en estado de confinamiento. Para los casos graves debe haber una alta disponibilidad de unidades de cuidados intensivos. Por lo menos deben conseguirse los recursos para habilitar el triple de lo que tenemos. Acondicionar lugares para cuarentenas de personas expuestas es algo de atención inmediata. Hoteles en las Islas del Rosario podrían funcionar para este fin.
Si los brotes son comunes, la militarización de las instalaciones de los servicios públicos es un requerimiento. Instituciones públicas y privadas deben desarrollar planes para que todo el trabajo posible pueda hacerse de manera continua desde la casa. Para el caso de las instituciones educativas, dictar y recibir clases por internet es lo apropiado.
Los niños muy pequeños y los ancianos son blancos importantes del coronavirus, así como las personas con enfermedades de base, por lo que estas deben restringir al máximo las posibilidades de exposición al virus. Preparémonos para lo peor, con alimentos y bebidas para unos cuatro meses, y roguemos para que el impacto sea mínimo.
*Profesor.
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