Columna


Frenazo

ORLANDO BUSTILLO JR

29 de septiembre de 2022 12:00 AM

La autopista estaba despejada, uno que otro obstáculo, pero despejada. Y, de pronto sentimos un frenazo ¡El 1 de enero de 2020, se detuvo el tiempo! Ya veníamos con obras adjudicadas, otras aprobadas, reestructuración administrativa en camino, el POT ya cumplía casi 20 años y habíamos de alguna forma conseguido un mínimo de seguridad que nos permitía vivir con cierta tranquilidad unos con otros. No era Arcadia, pero algo había para la convivencia. De pronto, se apareció el caos. Comenzó como un circo romano y ha terminado como un tinglado de boxeo, pero de callejuelas, no de boxeo serio. Hasta el sol de hoy, extemporáneo, creo que no conocemos el plan de gobierno y si este, cumple con el presupuesto del distrito. Los secretarios de despacho se cambian y viven en interinidad como nosotros cambiar de camisas. La ciudad otrora remanso de amor y paz, hoy está llena de odios y peleas.

La movilidad y la informalidad es rampante. Pregunto a ciertas personas influyentes ¿qué ha pasado con las autoridades que vigilan la corrupción por negligencia o por inacción? La respuesta es la misma de cada uno: resignación. Ya solo estamos esperando que termine este periodo aciago y costoso. Ahí veremos cómo preparamos a la ciudad para celebrar sus 500 años. El 11 de enero de 2018, escribí https://bit.ly/Cartagena2033 Cartagena, cuenta regresiva, 15 años para estimular a las autoridades públicas y privadas que nos vayamos preparando para la celebración de una ciudad bella en sus 500 años. Lastimosamente parece que en vez de embellecerla la hubiéramos bombardeado.

En estos momentos dos columnistas muy serios de Bogotá escriben alguna semejanza de lo que sufren en la capital, pero no tan caótica, Moisés Wasserman recurre a la teoría de las ventanas rotas y digo allá algunas ventanas, acá en Cartagena todo el ventanal.

Y, cuando tratamos de visualizar a Cartagena que debería ser el paradigma de la cultura por aquello de la ciudad turística por excelencia, Vicente Echandía siente nostalgia de los tiempos de Mockus en Bogotá (https://bit.ly/BogotaCultura1). Sugiero leer ambas columnas y díganme ustedes ¿cómo describiríamos lo que pasa en el Corralito de Piedra? Wasserman y Echandía, no me los imagino describiendo el caos de Cartagena, la musa no da para fantasear porque la realidad es avasalladora.

Cuando el periodo de los alcaldes era de 2 años, se prolongó a 4 porque no era tiempo suficiente para dejar una impronta, no excuso los vicios de algunos; pero hoy pensándolo bien, 4 años sin hacer nada, solo escenarios torticeros y sin administración, ¡4 años, qué infierno insoportable! Tal vez, lo único de bueno que veo es que los cartageneros estamos preparados para lo que puede ocurrir en Colombia en estos 4 años de cambios bruscos y que en menos de 50 días no parece que vayamos para puerto seguro. Quiera que me tapen la boca y el futuro sea promisorio.

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