Editorial


Tributaria y la Costa

“Qué extraño de un Gobierno elegido con la fuerza de la región Caribe, que se ponga entre comillas la economía de las tres principales ciudades de esta Costa (...)”.

EL UNIVERSAL

08 de octubre de 2022 12:00 AM

Decíamos ayer que las realidades económicas que estamos padeciendo, sobre todo en la Costa Caribe, deberían concitar a Gobierno y congresistas sobre el daño enorme que se les va a propinar a las clases populares, media y al empresariado, si no se morigera el actual proyecto de reforma tributaria, que dañará sensiblemente varios sectores del mercado nacional, pero especialmente al mundo económico de Cartagena.

En efecto, para solo mencionar tres renglones de alto impacto en la economía local, pensábamos ocuparnos hoy de la sobretasa al impuesto de renta para la extracción de gas natural, por las consecuencias que desataría en la tarifa del gas domiciliario en los hogares de los más vulnerables. Por fortuna, el Gobierno rectificó, tal como lo anunció el ministro de Transporte, Guillermo Reyes, en el Congreso de Naturgas, tomando la decisión de retirar esa norma de la reforma tributaria. Pero al menos quedan dos temas del más alto interés para la región.

Uno tiene que ver con la pérdida de incentivos para la industria turística, la que más padeció los rigores económicos de la pandemia. Anato considera que la tributaria, como está planteada, se convertirá en un desincentivador de la comercialización de los productos y servicios turísticos. Quita los alivios para los viajeros en cuanto a la adquisición de paquetes turísticos del IVA en servicios de hotelería y turismo, así como la reducción del IVA en los tiquetes, del 5%. Sin duda, un coto para los viajes internos.

Y el otro se relaciona con el artículo relacionado con las Zonas Francas, el instrumento más efectivo con que cuenta Colombia para atraer nuevas inversiones, generar empleo y desarrollo en las regiones, exportar y también sustituir importaciones.

Sucede que nos entusiasmamos con eso del nearshoring por cuenta de las peleas entre Washington y Pekín, profundizadas con Trump y continuadas por Biden. Teníamos la idea de que hacia acá se dirigirían las compañías que bajarían su presencia en Oriente y escogerían al Caribe colombiano como destino de apertura de sus nuevas instalaciones de producción más cerca de sus sedes en EE. UU.

Por el contrario, resulta que desde 2023 quedarían en riesgo de subsistencia 122 zonas francas, de las cuales 16 son puertos y 14 modernas clínicas, y con ello la desaparición de más de mil empresas, 73% de estas micro y pequeñas, con más de 147 mil empleos directos y 46,7 billones de inversiones nacionales y extranjeras en salmuera.

Qué extraño de un Gobierno elegido con la fuerza de la región Caribe, que se ponga entre comillas la economía de las tres principales ciudades de esta Costa, por el probable golpe a las empresas de bienes y servicios que las zonas francas instaladas en estos lares han logrado atraer en los últimos 30 años, en especial de los puertos que, entre otras cosas, potencian a Cartagena como la principal plataforma exportadora del país.

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