Con un 'performance' ofrecido por las mismas víctimas del conflicto y coordinado por la Secretaría de Cultura y Patrimonio del Atlántico, culminó el Foro Regional de Víctimas que se desarroló durante dos días en el Hotel El Prado de Barranquilla.
El encuentro, organizado por las Naciones Unidas y la Universidad Nacional de Colombia, permitió que 741 personas, que han sufrido las consecuencias de la guerra, expresaran su más profundo deseo de que no haya más víctimas de una prolongada guerra.
Estas personas interpretaron sus historias de vida ante los asistentes que pudieron apreciar y sensibilizarse ante la realidad que viven muchos ciudadanos en el país.
"Cambiando nuestro lenguaje hacia uno de perdón, de reconciliación, podremos reescribir la historia y terminar con ese espiral de violencia para romper con ese dolor que hay entre víctimas y victimarios", expresó la secretaria de Cultura y Patrimonio del Atlántico, Deyana Acosta-Madiedo.
La funcionaria hizo referencia a la obra ‘Plegaria Muda’ de la colombiana Doris Salcedo, quien asegura que la expresión artística del espíritu es la única que puede lograr asuntos tan mágicos como el reingreso de los desaparecidos a la esfera de lo humano. Es ese exorcismo artístico del dolor un intento, como muchos otros, que tendremos que hacer para poder seguir viviendo en vida.
" Yo perdí a dos hermanos como consecuencia de esta guerra, es un dolor que no alcanzo a describir. Yo anhelo un país mejor y es un compromiso de toda la población. Estamos dispuestos porque la única manera de salir adelante es unirnos todos y todas", expresó, Mara Nieto Álvarez, una de las víctimas que hizo parte del 'performance'.
Con este acto simbólico, la Administración Departamental se unió a la búsqueda de la reconciliación entre los colombianos que tiene en la cultura su mayor fortaleza y esperanza.
"Finalmente, lo importante es que entre todos: Estado y ciudadanos, tomemos la decisión de volver a escribir la historia del país desde el amor, ese amor que nos permite la reconciliación y el perdón. Es una decisión, que por tanto requiere de la voluntad política del Estado. Más inversión en desarrollo humano y menos para la guerra. Es un momento histórico el que vivimos”, puntualizó Acosta-Madiedo.
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