Bolívar


Los Montes de María ya han sufrido demasiado

La subregión del departamento de Bolívar fue el epicentro de una masacre que reaviva los años más dolorosos de la guerra en el Caribe. Desde 2018 se había emitido una alerta temprana.

JULIE GONZÁLEZ ORTEGA

09 de septiembre de 2020 12:00 AM

Los campesinos bolivarenses dicen que los Montes de María son la mano de Dios acariciando la tierra. Y razón tienen al ser testigos diariamente de cómo ese territorio fértil, conformado por ríos y montañas, les ha dado todo por lo que tienen que agradecer.

Por ello lamentan que esa belleza exuberante, se haya visto empañada desde hace más de 20 años por la presencia de los grupos armados, que se aprovecharon de la falta de Estado en un territorio valioso pero abandonado a su suerte, y que desataron la que ha sido la mayor ola de violencia que se ha visto en el Caribe colombiano. Violencia que ahora amenaza con volver, a ese territorio que creía ya haber vivido los peores años de la guerra. (Lea aquí: Reportan nueva masacre en El Carmen de Bolívar)

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Cincuenta y cinco. Son cincuenta y cinco masacres las que ha registrado el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) en el transcurso de 2020 en Colombia. En promedio, siete por cada mes del año. Y la más reciente de ellas, ocurrió a tan solo 114 kilómetros de Cartagena, en pleno casco urbano del municipio de El Carmen de Bolívar.

Las víctimas esta vez fueron cuatro personas: Farith, de tan solo 17 años; David, de 18; Deivi de 27; y Jorge de 37 años, quienes según el relato de las autoridades, se encontraban sentados en las terrazas de sus casas cuando de repente, en horas de la noche, unos sujetos les dispararon indiscriminadamente. Otras dos personas resultaron heridas. (Le recomendamos: Identifican a víctimas de la masacre en El Carmen de Bolívar)

El hecho puso de manifiesto, nuevamente, la escabrosa presencia de grupos narcoparamilitares en el territorio, quienes serían los que estarían detrás de estos hechos violentos. Según Indepaz la intensidad de estos grupos en Bolívar alcanza incluso un 88,8% de cobertura en el departamento.

Pero la advertencia no es nueva. Se remonta a 2018 cuando fue radicada ante el Ministerio del Interior la alerta temprana 051, que pretendía proteger los derechos de los miembros de la Mesa Municipal de Víctimas, del Movimiento Pacífico de la Alta Montaña, y en general de los habitantes de la cabecera municipal y las veredas de El Carmen de Bolívar, tales como El Salado, Macayepo, El Hobo, Santo Domingo de Mesa, Arenas del Sur, Verdún, Jesús del Monte, Coloncito, Lázaro y Bonito, ante la situación de riesgo que se empezaba a percibir con las crecientes amenazas que recibían sus líderes.

Se desatendió el llamado. Este año, se volvió a radicar una nueva alerta, la 006 de 2020. Se amplió el número de veredas y habitantes en riesgo, se advirtió otra vez de la presencia de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) o Clan del Golfo y de algunas disidencias de las Farc, se puso en conocimiento su accionar militar y sus negocios ilegales, también la autoridad que ejercen en el territorio ante el vacío de Estado. Pero tampoco se hizo nada.

Hoy la realidad es que hay cuatro habitantes menos en El Carmen de Bolívar y que continúan los desplazamientos, que el miedo y la incertidumbre crece y que se extiende por toda la región montemariana.

El municipio fue militarizado tras las masacre. // Julio Castaño - El Universal.
El municipio fue militarizado tras las masacre. // Julio Castaño - El Universal.

“Desafortunadamente pensamos que los hechos de violencia de ayer no son los últimos, porque son el producto de una descomposición que se ha venido dando en el territorio y de diferentes fuerzas armadas que están ejecutando estas acciones violentas y ejerciendo presión a determinados sectores poblacionales”, indicó Edgardo Flórez, miembro de la Mesa Municipal de Víctimas.

“Esta situación se advirtió con tiempo, y de manera negligente los organismos del Estado encargados de la seguridad, no han actuado como tendrían que haberlo hecho tras las dos alertas. Esto ha conducido que se presenten estos hechos lamentables”, añadió.

Desde el colectivo lo que exigen es que se realice una Comisión Intersectorial para la Respuesta Rápida a las Alerta Tempranas (Ciprat) y que realmente se involucre a las víctimas y a los habitantes de la región en estos espacios.

“Cuando se deja por fuera a las voces del territorio, se deja por fuera parte de la verdad. Y aquí están las consecuencias de estas situaciones, si no se le permite a la comunidad la expresión ni la información, la articulación con las instituciones, se pierde parte de la verdad y la posibilidad de prevenir estos hechos”, señaló Flórez.

“Desde hace más de tres años denunciamos que se requería que se volviera a proteger al territorio, a los Montes de María, y no nos hicieron caso. Y no solo a la Mesa de Víctimas, sino a los diferentes procesos sociales de El Carmen como la Alta Montaña, los comunales, los procesos de mujeres. Se avisó con mucho tiempo de antelación y no nos creían o nos tildaban de mentirosos o exagerados. Decían que los líderes sociales buscábamos prebendas al denunciar y hoy se están viendo las consecuencias de esa negligencia de parte de quienes tenían que proteger el territorio”, puntualiza.

Ayer hubo un consejo de seguridad en El Carmen con la presencia del Gobernador y el Ministro de Defensa. Víctimas piden ser incluidas en estos espacios y ser escuchadas. // Julio Castaño - El Universal.
Ayer hubo un consejo de seguridad en El Carmen con la presencia del Gobernador y el Ministro de Defensa. Víctimas piden ser incluidas en estos espacios y ser escuchadas. // Julio Castaño - El Universal.
25 años de retroceso

Para el padre Rafael Castillo, quien ha trabajado de la mano de la comunidad montemariana a través de la Fundación de Desarrollo y Paz de los Montes de María, lo sucedido ayer en el barrio Villa María de El Carmen podría representar un grave retroceso de 25 años hacia la guerra que tanto daño le hizo a esta comunidad.

Para él, a pesar de todos los esfuerzos aún no se han implementado correctamente los acuerdos del proceso de paz ni se han desarrollado las políticas públicas necesarias para responder a las más profundas raíces del conflicto.

“Me produce consternación y una honda preocupación después de todo lo que se había avanzado en los Montes de María. Cuando se presentan masacres en estos barrios humildes, me parece a mí que lo que hay es un vacío de Estado, un Estado que no llega como debe ser y que no da las condiciones para que las comunidades tengan más tranquilidad y hallen más oportunidades”, expresa.

Y es que la historia de esta región, que comenzaba a sanar sus heridas y a levantarse de los estragos que la guerra dejó en su tierra, tristemente ha estado marcada por la sangre.

“Lastimosamente en los Montes de María hemos tenido a todos los grupos armados ilegales del conflicto, en su momento a los Frentes 37 y 35 de las Farc, el ELN, el EPL, el PRT, el Frente Francisco Garnica, la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, y también a los bloques paramilitares, con la presencia de Salvatore Mancuso, Jorge 40, Carlos Castaño y Juancho Dique”, que fueron los perpetraron algunas de las masacres más terribles que se han registrado no solo en el Caribe sino en el país entero.

“En los tiempos de la guerra atroz de los Montes de María, que dejó tanto sufrimiento y dolor, encontramos una precariedad institucional, una baja gobernabilidad, y una pobreza y exclusión muy grandes. También una sociedad débil y dispersa, además de atentados sobre los ecosistemas naturales y ambientales”.

Todo esto configuró un escenario en el que entonces comenzaron a darse los desplazamientos y las masacres, la gente comenzó a perder sus tierras, y la vida del territorio montemariano cambió para siempre.

En El Carmen aún hay consternación por lo sucedido. // Julio Castaño - El Universal.
En El Carmen aún hay consternación por lo sucedido. // Julio Castaño - El Universal.

Pese a eso, el Padre destaca que aun en medio de esos años tan complejos eventualmente fueron llegando instrumentos muy valiosos para la comunidad, que lograron formarla con una cultura de derechos y la empoderaron para reponerse del rastro que habían dejado los grupos armados.

“Con el tiempo la gente comenzó a retornar a sus tierras, la gente podía moverse en su territorio, podía opinar sin sentir miedo de ser agredida, comenzaron a reactivarse económicamente, a estudiar, llegaron las inversiones y llegó el capital. La gente comenzó a respirar de manera diferente. Pero de hace unos años recientes hasta ahora, volvió esa falta de seguridad, por eso es muy triste lo que ha pasado y es muy lamentable que después de todo lo avanzado no se haya podido aprender de esa experiencia”, relata el Padre Castillo.

“Este vacío estatal tan grande es una grosería y un insulto a la paz. Se necesita darle reposo a las ‘carretas’ que se dan en los Consejos de Seguridad para darle espacio efectivo a acciones contundentes que puedan someter a estos grupos ilegales que han sometido a la población montemariana. Porque esto no es solo en El Carmen, esto también lo vemos en San Onofre, en Ovejas, Zambrano, Córdoba, María La Baja, San Jacinto, El Guamo, San Juan y en Palenque”, explica.

Territorio de paz

Los Montes de María ya han sufrido demasiado y a pesar de eso, sigue habiendo más territorio que Estado, y hechos como los de ayer lo confirman.

Quienes defienden el territorio dicen que ha hecho falta inversión social, políticas públicas, verdaderos compromisos de parte del gobierno nacional, departamental y de las alcaldías municipales.

Pera mientras eso pasa, las comunidades siguen trabajando dentro de su entorno más próximo por mantenerse como un territorio de paz, tal como lo eran en sus orígenes y esperan a serlo en futuro, a pesar de que el fantasma de la violencia haya regresado y que nuevamente amenacen con alejarlos de sus tierras.

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