En uno de los calabozos de la Estación de Policía en Chambacú pasa sus días, desde el jueves, Carlos Medina Dorantes, señalado presuntamente del feminicidio de Rosmery Margarita Pérez Torres, ocurrido el pasado 7 de enero en el barrio El Espinal.
El Universal conoció de fuente oficial que Medina Dorantes fue cobijado con medida de aseguramiento por un juez de Control de Garantías tras recuperarse de las múltiples cuchilladas que se causó luego que atacara a quien fuera su pareja sentimental por más de seis años.
Carlos Medina estuvo inicialmente en una unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario del Caribe y luego llevado a una habitación. Siempre estuvo bajo custodia policial.
Al ser dado de alta por los médicos, lo llevaron a la Estación de Chambacú, donde le realizaron de manera virtual las audiencias preliminares de imputación de cargos e imposición de medida de aseguramiento. En el HUC ya había sido legalizado el procedimiento de captura.
Aunque el juez lo envió a la cárcel por el delito de feminicidio, Medina Dorantes seguirá recluido en Chambacú por las restricciones que aún existen por la pandemia del COVID-19.
Rosmery, madre de cuatro hijos, cumpliría mañana 37 años. Su familia le hará un homenaje en el lugar donde está sepultada, en el cementerio de Olaya Herrera. La mujer, oriunda del Estado de Zulia, Venezuela, atendía un puesto de venta de dulces y de llamadas a celular en el primer piso del inmueble donde residía.
Rosmery y Carlos vivían en una pieza, pero desde el 24 de diciembre pasado, según familiares de Rosmery, dormían en camas separadas por el mal trato que él le daba a ella. Esa madrugada del 7 de enero, entre la 3:30 y 4 a. m., un hermano de Rosmery que también reside en ese inmueble, pero en otra pieza, cuenta que sintió una discusión entre ambos y al abrir la puerta del pequeño apartamento de ellos para evitar una desgracia, la mujer se desplomó sin vida en sus brazos.
El agresor, recuerda el pariente de la víctima, se recostó en una pared y allí se causó varias heridas con el mismo cuchillo que utilizó para el feminicidio. Todo ocurrió frente a los dos hijos de la víctima, de 6 y 13 años.
Rosmery es una de las 13 mujeres asesinadas en lo que va de este año en Colombia, tres de ellas menores de edad. Los casos más recientes son los de Alejandra Orobio Solís, de 12 años, quien fue hallada muerta, con signos de tortura y abuso sexual, en un sector boscoso del casco urbano de Guapí, costa pacífica caucana; y el de María Ángel Molina, quien había sido raptada el pasado fin de semana en el municipio de Aguadas, Caldas, y fue hallada sin vida a orillas del río Arma, cerca del municipio de Abejorral, Antioquia.
Seis de las 13 víctimas fueron atacadas por su pareja o expareja sentimental, tres muertas a manos de un familiar y en los casos restantes todavía no se conoce al agresor.
El año pasado, hasta el 30 de noviembre, según cifras del Instituto Nacional de Medicina Legal, hubo 9.913 homicidios de Colombia que dejaron como víctimas a 784 mujeres. De esos casos, 81 fueron feminicidios. Ocho de las víctimas eran menores de 18 años.
En Bolívar, en el 2020, fueron 28 las mujeres asesinadas, diez de ellas en casos de feminicidios: cinco en Cartagena y cinco en el resto del departamento.