Era viernes en la noche, hacía frío y un silencio extraño envolvía las calles del barrio Villa Rosita.
A lo lejos se escuchaba una vieja canción de champeta. La brisa traía la melodía, pero también arropaba al sector con una tranquilidad sospechosa.
Esa paz nocturna fue interrumpida por los gritos de un hombre: “auxilio, el señor Ignacio está muerto. Llamen a la familia, a la Policía, pero rápido”, exclamó.
Y sí, la tranquilidad era solo el paso de la muerte que esta vez se llevaba a Ignacio de Jesús Vallejo Villadiego, en medio de muchas preguntas y repudio por parte de los moradores del sector.
El hombre que pedía auxilio era un vecino, quien siendo algo más de las 9 de la noche decidió acercarse a la vivienda de Vallejo para saber por qué a aún tenía la puerta principal abierta, ya que vivía solo y no era normal que a esa hora siguiera despierto.
Ingresó, recorrió la sala, los cuartos, la cocina y fue en el baño donde se encontró con la macabra escena: Ignacio estaba muerto, semidesnudo, con dos condones cerca de su cuerpo y el cuello envuelto en papel higiénico.
Tras la petición de auxilio, llegó la Policía y familiares al lugar. Los uniformados indicaron que murió, al parecer, por asfixia mecánica.
A los pocos segundos, la vivienda de Ignacio se llenó de curiosos que querían saber qué le pasó.
“Era muy querido por todos, siempre ayudaba a los demás, siempre estaba atento a sus vecinos. Él no tuvo hijos y vivía solo, pero siempre contó con personas que se preocuparon por él. Queremos que se investigue y se dé con los responsables”, dijo Iris Bernal, cuñada de la víctima.
Los agentes de la Policía, desde el momento en que se descubrió el cadáver, comenzaron con la investigación. Decidieron revisar las cámaras de seguridad de la zona y encontraron detalles de utilidad. Al parecer, dos jóvenes extraños, oriundos de Venezuela, merodeaban ese viernes el barrio.
“Contaron que llegaron dos chicos venezolanos, en horas de la mañana, pidiendo dinero y comida, recorrieron el lugar y se marcharon, pero en la noche volvieron, justo después de las 8. En la mañana, Ignacio les colaboró. No descartamos que se trate de un atraco y que sean los mismos sujetos”, agregó Iris.
La hipótesis de hurto tomó fuerza, tras conocerse que la habitación de Ignacio quedó casi destruida.
“Parece que entraron y revolcaron todo, buscando dinero. Posiblemente, se llevaron algunas pertenencias”, agregó.
La allegada comentó que Ignacio tenía tanta confianza en sus vecinos, que siempre dejaba la puerta sin seguro.
“Él no cerraba la puerta bien. Quizás eso hizo que los ladrones vieran la oportunidad de entrar y robar”, expresó.
La Policía trata de dar con los responsables de este hecho de sangre, que tiene a Villa Rosita conmocionado.
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