Devastada y sin poder contener las lágrimas. Así estaba en la mañana de hoy en Medicina Legal la mamá del joven asesinado el lunes en el barrio Los Calamares para presuntamente robarle un celular.
Manuel Fernando Navarro Olivera acababa de cumplir 23 años, vivía en Bruselas y laboraba a diario intentando salir adelante. Inició ese lunes su jornada de trabajo llevando los domicilios de la droguería La Economía tal y como lo hacía todos los días. Nunca imaginó que ese sería el último. Ahora hay toda una familia llorando su pérdida.
Los hechos
Una casa del barrio Los Calamares, en la quinta etapa, quedó marcada con el hecho. En una de sus paredes está el orificio que dejó una de las balas que hirió al joven domiciliario. Habitantes del sector cuentan que Manuel estaba en su moto buscando desde el celular la ubicación de entrega del pedido que llevaba en el morral.
Era la 1:30 de la tarde cuando llegó un hombre en una moto y lo amenazó con una pistola pidiéndole su celular. Manuel, al no querer entregarlo, recibió dos balazos en la pelvis que lo dejaron herido y tirado en la calle. “Yo estaba en mi casa, y al escuchar los dos tiros salí y vi al muchacho lleno de sangre”, cuenta una moradora. “Es que esto por aquí a esa hora pasa solo”, relata otra.
El joven fue auxiliado de inmediato y en una moto lo llevaron al Hospital Universitario del Caribe confiando en que allá le podrían salvar la vida. Su padre estuvo con él en esos momentos, hablaron y compartieron horas antes de que entrara a la cirugía de la que saldría sin vida. “Se demoraron mucho en atenderlo, a las 4 de la tarde fue que lo ingresaron a cirugía”, asegura el papá. “Hay que tomar acciones porque por esa demora murió mi hijo”.
Reacciones
Son muchas las personas que hoy lloran la partida de Manuel Navarro. En redes sociales son varios los mensajes que le dejan recordándolo. “Estas son las últimas cosas que uno quisiera escribir en su vida. Me dio un nudo y un sentimiento saber que estás en la gloria de Dios, qué impresión tan gigante esto”. “Él solo quería trabajar y salir adelante, tener sus cosas. Sufrió tanto en esta vida, no es justo lo que le pasó”. “Qué dolor”, son algunos de los mensajes publicados.
Su familia pide a las autoridades que tomen acciones para evitar que más casos como este sigan ocurriendo. Aseguran que la Policía nunca atendió el llamado que le hicieron los habitantes de Los Calamares cuando el hecho acababa de ocurrir. Dicen estar cansados de la inseguridad que se vive en la ciudad y que no quisieran que otra familia pase por lo que ellos están atravesando.
“Tanto que le dije que no forcejeara en un atraco, que la vida vale más”, cuenta el padre del joven que deja a una hermana dolida con su partida.
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