Cuenta Abel Cassiani que Evaristo Márquez, después de uno de sus viajes en su inesperado paso por el cine, llegó a Palenque e hizo una fiesta grande en su casa, donde abundaban comida y trago, que duró alrededor de una semana. Había pasado cerca de tres años fuera del pueblo y quería celebrar su regreso ‘como Dios manda’, con sus familiares y amigos de siempre.
Por cuenta de ‘Évaro’, como también lo llamaban, esos días no faltó el sancocho, todos los niños comían ‘raspao’ y ya ni las vendedoras de dulces tenían que salir de Palenque con sus cocadas.
En su comunidad, no solo lo recuerdan por ser uno de los protagonistas de una importante película, en 1969, junto al fallecido actor estadounidense Marlon Brando, también porque “era una persona muy pasiva, respetuosa, sonriente, que le gustaba cantar y conversar con todo el mundo”, dice Cassiani. Él fue cercano a Evaristo desde muy pequeño y lo siguió durante sus grabaciones de ‘La Quemada’, donde él también participó como extra.
Y así como Cassiani, muchos lo recuerdan como ese hombre parrandero que, en sus épocas de gloria, no dudaba en meterse la mano al bolsillo para ayudar o complacer a la gente de su tierra.
“Mi amigo fue un hombre grandísimo. Le dio a Palenque mucho nombre, lo puso por allá, elevadísimo. Cuando yo vi ‘La Quemada’, me asombré al verlo contestar en inglés, siendo él un hombre que no sabía leer ni escribir. Él era un cerebro, su problema era que no escuchaba consejos. Él no sabía quién era. Yo le decía que no desperdiciara, que guardara para que siempre se mantuviera rico, pero no escuchaba. Gastaba mucho en trago y a cualquiera le regalaba plata. Mucha gente le robaba porque él daba un billete para comprar una botella de ron y no le daban el vuelto... yo tenía que estar pendiente”, narra José Reyes Valdés, ‘Santico’, su amigo inseparable. “Yo también fui muy alcahueta, porque siempre terminaba haciendo lo que él quería. A veces sentía que el estómago no me daba para seguir tomando y si le decía que no iba, me preguntaba que si era capaz de dejarlo solo”, agrega.
Palenque durante ‘La Quemada’
Han pasado 50 años desde que se filmó ‘La Quemada’ en varias partes del mundo, entre esas Cartagena y algunos pueblos cercanos, como Galerazamba y Palenque, donde no había energía eléctrica y las casas eran de barro con techo de palma.
A sus 90 años, Encarnación Márquez, una de los diez hermanos de Evaristo, recuerda que la gente del pueblo se amontaba para ver las grabaciones. “Yo fui algunas veces pero no podía estar todo el tiempo allá, porque me tocaba atender tres y cuatro pelaos. El compañero mío (el esposo) sí iba a ver, a mí no me alcanzaba el tiempo. Todo el mundo estaba alegre porque aquí estaban filmando películas y eso nunca se había visto en el pueblo. Yo estaba orgullosa”.
Cassiani dice que las primeras tomas de la película se hicieron una mañana, cerca del cementerio. “Eso estaba lleno de niños, jóvenes y adultos mirando lo que hacían, y el señor Evaristo siempre peleaba para que la gente de Palenque estuviera ahí. Entramos muchos jovencitos entre los 10 y los 14 años como extras. Me acuerdo que al principio la gente se cohibía de trabajar en ‘La Quemada’ porque cuando empezaron a grabar en Cartagena, decían que las mujeres salían con los senos afuera, pero ya después la gente empezó a darse cuenta de que no era nada de morboso”.
Cuando lo vieron por primera vez
A pesar de que parte de ‘La Quemada’ se grabó en Palenque, no fue sino hasta mucho después que sus habitantes pudieron ver la cinta. Hasta el día de hoy, su hermana Encarnación, su esposa, e incluso algunos de sus vecinos, por más que fueron testigos de los minutos de fama que tuvo aquel hombre alto y fornido en el cine internacional, no han podido asegurarse con sus propios ojos del gran trabajo que hizo, aunque en su vida solo se había dedicado a cultivar la tierra.
“Vi ‘La Quemada’ por primera vez a los 16 o 17 años, varios años después de que se filmó, porque acá en Palenque no había luz y mucho menos televisores. Ahora, con todos estos avances tecnológicos que hay, es que muchas personas de la comunidad han podido verla”.
Su hija Adriana cuenta que estaba en Venezuela cuando la vio en televisión. Ella aún no había nacido cuando su papá debutó en la pantalla grande. “Me emocioné y llamé a un compañero y le dije: ‘Ese es mi papá y esa es una de las películas en las que él trabajó’. Después la conseguí en un Cd”.
Neys Pérez Márquez, una de sus sobrinas, la vio en Barranquilla. “Estaba muy pequeña. Me llevó una hermana que ya murió. Todos estábamos orgullosos y alegres y a todo el mundo le decíamos que ahí salía mi tío y así la vi varias veces”.
El Festival
Medio siglo después de ‘La Quemada’, nace el Festival de Cine de Palenque Evaristo Márquez que cierra hoy su primera versión, una apuesta por descubrir y formar el talento actoral de este corregimiento de Mahates, para mostrarlo al mundo. La iniciativa es liderada por su hijo Enrique, junto a Bibiano Torres, Anne Swing y Johelis Torres, y es apoyada por el Ministerio de Cultura, la Gobernación de Bolívar e Icultur.
“Aquí, en Palenque, hay mucho talento y la idea es que puedan seguir los pasos de Evaristo en el cine. Estoy seguro de que todo esto él lo debe estar mirando desde el cielo”, asegura Cassiani.
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