Facetas


La difícil carrera al oro del arjonero Jesús Cano

Lo que significa estudiar para un joven que siempre quiso hacerlo y la recompensa en oro que la vida y su constancia le han dado... Siempre se puede surgir entre las cenizas.

El camino para lograr colgarse en el cuello una medalla de oro casi siempre suele estar plagado de obstáculos, no importa qué tan grande o qué tan pequeña sea la competencia. Jesús Manuel Cano De Aguas tiene 21 años y es una prueba fehaciente de que la perseverancia y las ganas de salir adelante son clave del éxito.

Es de Arjona. Esta tarde de miércoles lo visitamos, en este municipio, en una casa donde su familia está pasando una temporada luego de sufrir una calamidad que los dejó, prácticamente, en la calle.

“Me dedico a estudiar refrigeración en el Sena Náutico y también trabajo en una empresa de refrigeración. Acá vivo con mi hermana, mi padrastro y mi mamá”, narra en principio. En esa primera frase nos ha contado tres cosas que parecieran sencillas, pero que para él no lo han sido tanto.

Primero, estudiar en el Sena Náutico. No fue fácil el camino para llegar ahí, tardó un año entero. Cuando Jesús se graduó del colegio, abundaba la falta de oportunidades. Durante el bachillerato fue uno de esos jóvenes “tímidos”, dice, pero también muy aplicado. No había muchas opciones, así que se presentó en el Sena.

Pero pasa que, infortunadamente, no pasó, no fue admitido. Sin embargo, no se dio por vencido y lo siguió intentando. (También le puede interesar: Colegio de Arjona está en presencialidad y aspira a la jornada única)

La difícil carrera al oro del arjonero Jesús Cano

Jesús camina por las calles del municipio de Arjona.

“Yo era muy aplicado en el colegio, me inscribí en el Sena pero a la primera oportunidad no se me dio, porque no pasé. A la segunda oportunidad, que abrieron nuevamente la convocatoria, pasé el examen, pero la entrevista no la pasé. Luego, como también en Elyon Yireh hay esa carrera, me inscribí allá, pero como eso es pago no seguí estudiando allá, por motivos económicos”, cuenta.

Así que, como muchos otros jóvenes que quieren y no pueden terminar una carrera, buscó algo más que hacer para no quedarse cruzado de brazos en su natal Arjona.

“Mientras no estudiaba, me dedicaba a manejar mototaxis aquí, en Arjona, pero quise seguir insistiendo en estudiar”, nos narra sentado en la terraza de su vivienda.

“Y luego abrieron nuevamente las convocatorias en el Sena, pasé el examen, la entrevista y entré”, explica.

Lo segundo que nos contaba detrás de aquella primera frase es que había escogido refrigeración. ¿Qué tan fácil fue elegir esa carrera?, pues para él era la única opción y la más certera porque, poniéndole todo el empeño, le aseguraría un mejor futuro: “No sabía bien de qué se trataba y había otras posibilidades pero siempre quise coger refrigeración porque tenía salida (para conseguir empleo). En ese momento (cuando pasé) sentí mucha alegría y mucha felicidad, porque iba a estudiar y salir adelante, a tener un título, iba a poder ayudar a mis papás. Ellos se parten la vida para mantenernos bien a nosotros, para ya cuando uno es grande y trabaja uno puede devolverles lo que hicieron por nosotros. Mi papá trabaja en un restaurante, es mesero, mi mamá es ama de casa, solo ahora es que comenzó a trabajar”. Y sí, Jesús ha podido encontrar un empleo para ayudar a los suyos.

El fuego, el caos, la duda

La tercera cosa de la que nos hablaba en aquella primera frase es sobre su familia y el lugar donde ahora viven temporalmente arrendados, él, su mamá, su hermana y su padrastro. Más en detalle nos cuenta que la vida les puso una dura prueba que a penas comienzan a superar. “Nosotros vivíamos en el barrio Sueños de Libertad de Arjona. En abril, a mi mamá se le presentó un incendio en la casa. Mi mamá no se encontraba ahí, había salido con mi sobrino, pero al poco rato la casa se incendió y no quedaron más que con la ropa que tenían puesta. Yo me quedo a veces donde mi papá, que vive en Cartagena, así que no estaba en ese momento”, narra.

La vivienda quedó reducida a cenizas y sus ocupantes en la mísera calle.

“Fue muy duro, estuve muy bajo de ánimo, ya que ellos no tenían nada, yo tenía que esforzarme más y trabajar más para poder ayudarlos. Mi papá ganaba poco, tenía que ayudarlo, se presentó lo de mi mamá y también me tocó ayudar acá, mis ahorros se los di a ella, estuve bastante bajo de ánimo. Ahora mismo estamos viviendo en la casa de mi hermana, ella vive arrendada, nos acogió acá mientras terminamos de construir allá, en nuestra casa”, cuenta y calla. (También le puede interesar: En Arjona realizarán el Primer Concurso de Historia Local)

Algunas lágrimas aparecen. Jesús limpia sus mejillas con su suéter azul y, por un momento, continúa tapando su rostro con ese mismo suéter. Y prosigue: “Estuve a punto de salirme de las competencias, pero mi instructor me convenció de que no me saliera, me decía que eso era para algo mejor”.

Las competencias de las que habla son las WorldSkills, para las cuales se había estado preparando durante el último año y que consisten en una demostración donde estudiantes, tanto técnicos como tecnólogos, compiten en campeonatos nacionales, continentales e internacionales, con el fin de mostrar sus habilidades para el desarrollo y el trabajo. “Pese a lo que le sucedió a mi mamá, el incendio, y también otras cosas: el mes anterior del incendio por parte de mi papá hubo la pérdida de mi abuela, pese a todos esos problemas, estuve bajo de ánimo, casi por salirme de la competencia, pero eso me hizo más fuerte y decidí seguir”, sostiene.

“Uno a veces piensa en el momento, de un momento a otro, pero hay cosas que pasan para bien, porque muchas personas nos apoyaron y, gracias a Dios, pudimos parar (construir) rápido la casa, ahora está en obra negra, pero antes era de barro y ahora es de material, entonces pues ya tenemos una casa de material. Mi mamá no dormía en las noches por eso pero gracias a Dios nosotros somos creyentes, le damos gracias de poner las cosas de la mejor manera”, refiere.

La difícil carrera al oro del arjonero Jesús Cano

Jesús Cano en la vivienda de su madre que fue reconstruida.

Bañado de oro

Jesús fue superando uno a uno los obstáculos y los niveles de la competencia, esa que estuvo a punto de abandonar, hasta llegar a representar a la regional Bolívar a nivel nacional, algo emocionante para lo que había trabajado con todo su esfuerzo. Así que viajó a Cali a hacer todo aquello que aprendió y practicó cuantas veces fue posible. “Fue demostrarme a mí mismo que sí podía ganar, que sí podía seguir compitiendo. Representé a Bolívar a nivel nacional, viajamos el 7 de septiembre a Cali, teníamos que armar un proyecto a partir de un sistema de refrigeración, había que calentar y enfriar un tanque de agua, con el fin de que ese agua fría serviría para el sistema de aire acondicionado pero por agua fría, ya no sería por gas. Se trataba de probar la eficiencia energética del sistema”, comenta.

¿Y quién fue el mejor?

- El mejor fui yo: gané medalla de oro y estoy en la selección Colombia para representar al país en la competencia internacional en Guatemala.

¿Qué significa eso para ti?

- Esa medalla significa sacrificio, esfuerzo, perseverancia, ganas de seguir adelante y demostrar a todos que sí se puede, aunque se pasen por momentos difíciles, todo se puede de la mano de Dios. Ahora sueño con las competencias internacionales, con ganarme las medallas en las competencias intercontinentales, tener una mejor calidad de vida para mi familia y para mí.

Jesús nos muestra la medalla que tiene colgada en su cuello como fruto de su esfuerzo y nos cuenta que está feliz porque ha podido ayudar a su familia y salir victorioso pese a los momentos duros. A veces los tiempos difíciles auguran momentos de gloria.

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS