Para nadie es un secreto que los museos del mundo han ido perdiendo audiencias, en especial luego de dos años de confinamientos y cuarentenas por el Covid-19. Un elemento que ha sido clave en esta ausencia de públicos es la obsolescencia de la forma en que se mueven los museos, razón por la cual el Consejo Internacional de los Museos (ICOM) se reúne actualmente en Praga para discutir el nuevo concepto y funciones de estas instituciones, que deben adaptarse a los nuevos tiempos.
La imperiosa necesidad de un silencio sepulcral en las instalaciones de las pinacotecas y demás espacios museísticos, así como la ordenación de las obras bajo esquemas de curaduría muy densas, no ha propiciado que los más jóvenes se acerquen a estos espacios culturales.
Así que los museos han intentado avanzar en cambios al respecto. La pandemia no sólo propició que se dinamizarán las estrategias de comunicación y divulgación, pues los museos tuvieron que emprender acciones rápidas en redes sociales como Facebook, Instagram, Twitter y hasta Youtube para mantener el contacto con el público. El Museo Nacional del Prado, en Madrid, se fue a más y se atrevió con TikTok. Aunque ha sido todo un fenómeno en cuanto al uso de esta red social, también ha sido poco aprovechado, porque la pinacoteca no permite mucha interacción por parte de la audiencia. (Lea aquí: Desarrollos tecnológicos que redefinieron el turismo)
Otro ejercicio que ha sido implementado por varios museos alrededor del mundo ha sido la gamificación. Si bien algunas instituciones del sector han trabajado con videojuegos propios, que promueven el entendimiento del arte, la llegada a plataformas como Animal Crossing: New Horizons, SecondLife o Fortnite ha sido el avance más significativo.
La mayor y más exitosa -hasta ahora- han sido los acercamientos de los museos a la plataforma más potente del momento: Animal Crossing: New Horizons de Nintendo. Este videojuego, lanzado en marzo de 2020 – en pleno inicio de la pandemia – logró vender en tan sólo 3 meses, más de 20 millones de copias. La mayoría por descargas en casa. Y es que absolutamente todos estábamos buscando como entretenernos durante esos días de cuarentena obligatoria. Luego de algunos meses y estudios de mercado, ocurrió lo inesperado. No eran los niños los que hicieron de Animal Crossing el éxito de mercado. Las mujeres, entre 24 y 35 años, fueron las responsables del furor. El videojuego de socialización, de manejo sencillo y donde todos los miembros de la casa pueden tener su propio avatar, permite mantenerse en contacto con amigos y familiares a través de una dinámica que se juega en horario real. Es decir, el videojuego avanza en horas, de igual manera que en la vida real.
Durante el 2020 y 2021, el Museo Nacional del Prado, el Museo Thyssen Bornemisza, el Getty Museum, el Cincinnati Art y el Museo del Traje de Madrid llevaron a cabo actividades dentro del videojuego. Mientras que la mayoría crearon islas donde los visitantes podían ver importantes obras de arte, parte de las colecciones de sus instituciones, el Museo del Traje de Madrid customizó a las Hermanitas Manitas – Mili y Pili -, para vestir algunos de los vestidos más icónicos del museo.
Por su parte, el Museo Nacional del Prado, cuya isla aún está disponible en el videojuego – se puede descargar usando el código del sueño DA-5758-6558-3912 -, creó su propia narrativa. Saliéndose de lo ya implementado por otras instituciones, recrearon la Quinta del Sordo, espacio donde Francisco de Goya pintó sus archiconocidas Pinturas Negras. La actividad fue tan importante que, tan sólo en Twitter, más de un millón de personas interactuaron con la información.
El Museo de Sócrates
Es que Animal Crossing, a través de sus diferentes entregas, en 20 años de existencia, ha desarrollado acciones con los museos. De hecho, la plataforma cuenta con el Museo de Sócrates, un espacio propio que es responsabilidad de todos los jugadores. Cada quien que entra al juego debe recolectar peces, artículos que están enterrados en la arenas, crustáceos, y hasta restos fósiles. Todo debe ser donado a Sócrates, un encantador búho que hace de comisario y vigilante del museo. Con esta actividad, Nintendo promueve el acercamiento a las diferentes funciones del museo: el coleccionismo, el altruismo y hasta el amor al arte.
Con el avance en el juego, los participantes pueden encontrar obras de arte – originales y copias – que pueden usar para decorar sus casas o para seguir alimentando el acervo cultural del Museo de Sócrates. Este espacio es uno de los consentidos de los video jugadores. Si se busca en Google como hacer aparecer el museo, encontraremos más de 3.900 opciones de información al respecto.
Fortnite a la carga
Una plataforma, fuera de las consolas tradicionales de videojuegos, que ha logrado conquistar a muchos es Fortnite. Es un espacio que siempre genera disrupción en sus actividades. La moda, los carros y hasta los museos se han apropiado de sus dinámicas para acercarse a las audiencias de este videojuego que, según Player Counter, este año superan los 4 millones de personas al día.
Y es que Fortnite es muy más flexible. Tanto es así que el artista estadounidense Kaws instaló sus pinturas e instalaciones en el Serpentine Gallery, Londres, paralelamente a Fornite. Así que quienes visiten el museo o ingresen a la plataforma del videojuego podrán ver la misma colección de arte. En el espacio físico, el artista desarrolló activaciones de Realidad Virtual, mientras que, en el gemelo digital, los visitantes interactuarán más con las obras.
Y va por más... En el 2020 inauguró su propio museo para homenajear a Martín Luther King y también ha potenciado su Museo Moderno, un recorrido que deben hacer los jugadores para conquistar nuevos espacios. Todo apostando por generar acercamiento al arte en sus diferentes manifestaciones.
Los museos han encontrado en los videojuegos un aliado importante para acercarse a sus audiencias y seguramente esta relación simbiótica seguirá creciendo, en especial con la aparición de empresas metaversales como Decentraland o Meta. Hay que dejar avanzar y ver cómo se potencian más los museos y las personas se aproximan más al arte a través de estas herramientas digitales.
Julio González Liendo
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