Cartagena


Vendedores informales tienen sus propias bodegas en Bocagrande

Los comerciantes informales que ejercen sus actividades en las calles en el sector turístico de Bocagrande, sobre todo en las playas, disponen de lugares específicos para guardar sus tenderetes e implementos de su trabajo (Lea: El desorden pernocta en las playas de Bocagrande).
Rafael Pérez, con más de 10 años como comerciante informal, referencia tres bodegas o sitios de depósito en Bocagrande, de las cuales dos están funcionando.
“Nacieron de la necesidad que nosotros teníamos para guardar nuestras cosas, antes nos tocaba llevarlas hasta Getsemaní o a otra parte y era más difícil, pero hace ya algún tiempo que aquí en Bocagrande tenemos donde hacerlo”, relata Rafael.
Pagan mensualmente por tener ese servicio y aunque pareciera no ser seguro, la mayoría de los vendedores recurren a estas ‘guaridas’ y se van a casa confiados en que al día siguiente sus cosas estarán ahí.
Se consideran vendedores responsables porque a diferencia de otros, y gracias a estas bodegas, ellos no dejan tiradas sus herramientas de trabajo en la playa.
En un recorrido dirigido por Rafael Pérez por estos lugares, conocimos que más que bodegas son edificios que con el tiempo se convirtieron en eso.
ES UN PUNTO FRÍO
No tienen forma de bodega, sino de construcciones abandonadas que usan para guardar cualquier tipo de cosas.
En la Avenida del Malecón, Urbanización La Playa, funciona además de bodega y parqueadero un punto frío donde distribuyen helados, bebidas y licores (Lea: Tras operativo en la playa, vendedores reincidieron).
Su administradora Petrona Dautt cuenta que llegó hace cuatro años y consiguió el lugar por medio de una inmobiliaria.
“Todos los vendedores de helados que venden en las playas y en todo este sector se surten aquí”, comenta la mujer.
Este negocio es de ella y de su esposo, quienes además son los propietarios de los carritos de helados y tienen trabajadores que salen a vender y les traen una tarifa diaria.
“De noche hay un vigilante que cuida. A las 6 de la mañana vienen todos a recoger sus productos y a las 5 de la tarde regresan a guardar el carrito y entregan la tarifa”, cuenta Petrona.
El espacio donde funciona este punto frío hace parte de la infraestructura de la Urbanización La Playa, la cual se ve semidesalojada, con pocos habitantes.
CONSTRUIRÍAN UN EDIFICIO
Los carperos y vendedores informales de las playas tienen en esta bodega un lugar fijo donde pueden guardar sillas, carpas y cualquier elemento que deseen.
Frente al Parque Flánagan, cercado con láminas de zinc y al cuidado de Rafael Salgado se encuentra este sitio que desde hace dos años está disponible como bodega (Lea: Falta de cultura atenta contra el Parque Flánagan).
“Aquí quedaban tres locales comerciales, y los compradores comenzaron la demolición porque iban a hacer un edificio, pero pelearon y quedó así. Yo trabajo con el concejal Wilson Toncel vigilando esto”, cuenta Rafael Salgado.
“Guardar aquí cualquier elemento vale de mil a mil quinientos pesos el día, y generalmente se paga por semana”, agrega Rafael, añadiendo que esto ayuda a los vendedores, quienes antes se les dificultaba su actividad por no tener donde guardas sus cosas.
“EL PIÑERES NOS HACE FALTA”
El Edificio Piñeres, ubicado en la Avenida del Malecón, fue uno de los primeros en convertirse en bodega, sin embargo hoy ya no funciona como tal.
Un vendedor de la zona que pidió reserva de su nombre, relató que este edificio era el más cómodo para guardar las cosas, “pero no sabemos qué pasó, de un momento a otro nos pidieron que retiráramos las cosas y desde principios de este año nunca más pudimos guardar las cosas allí”.
Con sigilo relató que este habitacional fue uno de los más cotizados del barrio hasta el año 2004.
Este edificio se convirtió en bodega cuando todos los residentes fueron desocupando los seis apartamentos que hacían parte del mismo.
“Lo que se supo fue que en aquel tiempo el Piñeres fue comprado por David Murcia (DMG) y mandó a desocupar enseguida porque iba a construir discotecas y apartamentos para alquilarlos”, agrega el entrevistado.
“Cuando se oyó de  sus negocios ilícitos y que estaba preso en Estados Unidos, quedó en abandono y los vigilantes que estaban allí robaron y destruyeron la infraestructura y luego fue que nos permitieron usarlo de parqueadero”, cuenta este carpero que asegura tener más de 20 años en el sector.
También dice que esta edificación luego de que se conociera el lío de DMG tuvo como cinco dueños que nunca establecieron nada allí.
Ahora luce despejado, a cargo de un vigilante que no puede decir mucho del futuro de este habitacional que tiene una historia que muchos conocen y pocos se atreven a contarla.
“Después que la gente desocupó, llegaban hasta en cinco lujosas camionetas grupos de personas que rumbeaban y al día siguiente se iban, nos pedían cervezas y otras bebidas acá en los kioscos y así pasó hasta que a David Murcia lo arrestaron. Supe que lo vendieron para unas oficinas de un consorcio, pero también quedó en nada, mínimo cinco dueños más ha tenido el Piñeres”, complementa (Lea: Bocagrande, al ritmo de una gran población flotante).
Lo que si es cierto es que los carperos y vendedores informales de la zona extrañan este habitacional donde guardaban sus cosas sin recelo.

Se ha producido un error al procesar la plantilla.
Invocation of method 'get' in  class [Ljava.lang.String; threw exception java.lang.ArrayIndexOutOfBoundsException at VM_global_iter.vm[line 2204, column 56]
1##----TEMPLATE-EU-01-V-LDJSON----
 
2   
 
3#printArticleJsonLd()
 

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS