Divorcio total entre familia del alcalde Campo Elías y la clase política

Si algo quedó demostrado durante el funeral del alcalde Campo Elías Terán Dix es el divorcio que existe entre la clase política de la ciudad y la familia Terán Humanez.
El dolor por la muerte del esposo y padre parece haberse acentuado con el regreso a la ciudad de la familia que desde hace varios meses trasladó su residencia a Bogotá para acompañar al alcalde Campo Elías en su tratamiento contra el cáncer, batalla que finalmente perdió.
Desde el mismo momento de la llegada del féretro con el cuerpo del alcalde Terán Dix a la funeraria Lorduy, se rumoró que la familia dispuso que al interior de esta solo ingresarían personas autorizadas por ellos, mientras el cuerpo era preparado para llevarlo al coliseo Bernardo Caraballo.
De hecho, desde ese mismo momento solo se vio a la concejal Duvinia Torres. Los demás concejales brillaron por su ausencia. De la Alcaldía tampoco se vio a ningún funcionario y menos los que reemplazaron a los que Campo Elías había nombrado durante su fugaz paso por el Palacio de la Aduana.
Una vez en el Coliseo Bernardo Caraballo, donde el cuerpo del mandatario permaneció en cámara ardiente, trascendió que la familia devolvió las coronas de flores que enviaron el Concejo y la Alcaldía Distrital, en una clara muestra de rechazo hacia los sectores que más fustigaron la ausencia de información sobre el estado de salud del mandatario durante su época de convalecencia.
Pero la mayor muestra de ese alejamiento se dio durante la celebración eucarística de cuerpo presente en la Catedral de Cartagena en memoria de Terán Dix, cuando por orden de la familia no se leyó el decreto de honores que la administración que preside Carlos Otero Gerdts, como alcalde designado, preparó en memoria del difunto Campo Elías.
La familia Terán Humanez solo autorizó la lectura de los decretos que expidió la Gobernación de Bolívar; la Universidad de Cartagena y la Alcaldía de Barranquilla.
Amigos cercanos de la familia comentaron que los Terán Humanez están más que resentidos por el trato que le dieron los políticos a Campo Elías durante los casi siete meses que estuvo al frente de los destinos de la ciudad y después durante la convalecencia.
Por eso tampoco se permitió que el cadáver del mandatario fuera velado en el salón Vicente Martínez Martelo del Palacio de la Aduana, ni que fuera llevado en el carro del cuerpo de bomberos como lo había dicho el alcalde Otero Gerdts.