La ola de contagios provocada por la variante ómicron es imparable. El pasado 17 de enero el Departamento Administrativo Distrital de Salud (Dadis) advirtió que la ciudad registra el número más alto de casos activos de COVID-19 alcanzado durante toda la pandemia, con 3.371 contagios. Lea: ¿Qué pasa con la inmunidad de rebaño en Cartagena?
La cifra revela la rápida propagación del virus, teniendo en cuenta que hay un aproximado de 973 casos por cada 100.000 habitantes, tendencia que, según el Dadis, se ha evidenciado desde hace dos semanas.
“Dicho comportamiento se atribuye a dos factores, como son la temporada alta de turismo en la ciudad y la inclusión de variantes como ómicron y delta, que han registrado comportamientos similares en países como Estados Unidos. Hasta el momento la incidencia más alta había sido de 545 casos por cada 100 mil habitantes, reportada durante la tercera ola”, explicó Ana Margarita Sánchez, directora operativa de Salud Pública del Dadis.
La autoridad en salud indicó que la mayoría de las personas fallecidas sobrepasan los 60 años, siendo la población de riesgo que mayormente ha sido afectada en las diferentes olas, y por lo pronto no se evidencia impacto en los grupos etarios de edades más tempranas.
Para analizar el impacto de estas cifras, El Universal consultó a Álvaro Quintana Salcedo, profesional de la salud, y a Marlon Múnera Gómez, biólogo y magíster en inmunología y PhD en Ciencias Biómedicas, ambos docentes de la Corporación Universitaria Rafael Núñez, quienes entregan sus impresiones y proyecciones sobre esta cuarta ola.
Para Múnera Gómez el panorama actual es crítico, dado que la ciudad ha recobrado gran parte de su dinámica. “Con ello podemos observar que las aglomeraciones en toques, eventos y otras actividades dejan ver que las restricciones han fracasado”, dijo.