Cartagena


El relato de Keylis, que cruzó de Cartagena a EE.UU por el Darién

Entre enero y julio de 2023 han cruzado la selva 251.758 migrantes irregulares, según cifras de Migración Panamá. De estos, 63.134 son mujeres.

HERNÁN LENES PACHECO-ÁLVAREZ

25 de septiembre de 2023 12:00 AM

La travesía de Keylis no empezó con el Darién. Empezó hace nueve años, como ella cuenta, cuando tuvo que dejar su casa y familia en Venezuela por la lamentable situación que atravesaba el vecino país, para emprender el largo rumbo hacia Colombia.

En 2015 llegó al país, con su esposo y dos hijos. Fueron cuatro de los más de 2,5 millones de migrantes que han llegado a Colombia desde Venezuela. La primera ciudad que los recibió fue Bucaramanga. Ahí vivieron por dos años, hasta que en 2017, la misma situación los hizo trasladarse a Cartagena.

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Su esposo, Eduardo, consiguió un trabajo como vendedor de yogures. Los preparaba y los vendía recorriendo calle por calle en el Centro Histórico de Cartagena. Ofreciendo su producto de local en local, conoció a la señora Diana, una comerciante de la zona con la que pudo conseguirle un trabajo a Keylis. Ahí Keylis trabajó por seis años, pero aún así la plata no les alcanzaba. “Mis hijos me pedían un teléfono, y no podía comprarlo porque en verdad la plata no me alcanzaba. Para comprarles un pantalón o una camisa era difícil, y éramos dos sueldos”, cuenta Keylis.

Después de la pandemia las cosas empeoraron y fue allí cuando Eduardo, su pareja, le dijo: “Bueno Keylis, vámonos”.

Vendieron todo lo que habían conseguido: el televisor, la nevera, la estufa y hasta la moto. Con lo que ganaron compraron pasajes para Venezuela para sus dos hijos y los dejaron con su abuela paterna. Se iban a los Estados Unidos, y lo harían cruzando el Darién.

“Me enteré como todos: por la ola de Tik Toks de la gente que pasaba por la selva y que de ahí seguían la travesía en cada país”, cuenta.

Así, el 21 de septiembre de 2022 empezó ‘el viaje por el infierno’. De Cartagena salieron a Necoclí (Antioquia) donde un guía los llevó hasta la selva. Para ese año más de 100 mil personas habían transitado por esa ruta, considerada una de las más peligrosas en el mundo.

“Llevamos comida y medicinas. En la selva caminamos de 6 de la mañana a 6 de la tarde y duramos tres días ahí metidos”, relata.

“Duramos tres noches durmiendo ahí, pasando ríos, montañas, pantanos, ¡horrible!, dormíamos mojados y en el lodo. A mí me dio fiebre y a mi esposo le salieron hongos en los pies”, cuenta Keylis.

A Panamá llegaron a las 8 de la mañana y después de la cola de ‘hormigas en azúcar’ que tuvieron que hacer para montar un bus que los llevara a la frontera con Costa Rica, atravesaron el país en 12 horas.

Después de Costa Rica tenían llegar a Nicaragua, donde pagaron por un tipo de ‘migración’. Quienes no tienen el dinero, tienen que cruzar una finca llamada ‘El Naranjal’ y también pagar para llegar a la frontera con Honduras.

El 21 de septiembre de 2022 comenzó la travesía de Keylis y su pareja para llegar de Cartagena a Estados Unidos.

En Honduras le pagaron a un coyote para que les cruzara la frontera por un monte, pero la Policía los detuvo y los regresó. En ese país tuvieron que diligenciar un salvo conducto que les permitía movilizarse, y llegar ‘legalmente’ a Guatemala. Ahí la experiencia fue más dura. En ese país, a algunas personas las detenían las mafias y si no tenían para pagar las cuotas, violaban a las mujeres. A Keylis, por suerte, la detuvo la Policía, quien le pidió dinero. “En Guatemala nos quitaron mucha plata, demasiado loco”, sostiene.

Para cruzar de Guatemala a México, cruzaron un río en una lancha por la que también tuvieron que pagar. “México fue el país más difícil de cruzar. La migración es más estricta, no te aceptan el dinero”, dice.

Estando en México, el 12 de octubre les cerraron la frontera a los migrantes y todo se complicó más. Duraron tres meses “pasando hambre y trabajo”, mientras todo se restablecía, y en ese tiempo Keylis quedó en embarazo.

El 12 de enero de 2023, Keylis y Eduardo recibieron el mensaje del Gobierno del presidente Joe Biden de que podían entrar a EE.UU. Llegaron el 26 de ese mismo mes a Brownsville (Texas) donde los recibió un amigo por una semana y les dio para comprar un pasaje a Orlando (Florida).

Para llegar a Estados Unidos, Keylis y su pareja tuvieron que cruzar por Panamá, Costa Rica, Honduras, Guatemala y México.

Ahí llegó Keylis con tres meses de embarazo y tuvo a su bebé: Liam. Después de siete meses, y a un año de su travesía, Keylis por fin pudo comprarles un teléfono a sus hijos, y ayudar a su mamá.

En recientes declaraciones, el presidente Gustavo Petro aclaró lo que le han propuesto para frenar la migración que pasa por Colombia, a través de la selva del Darién, y ratificó que la verdadera solución es analizar las problemáticas de los países de origen y resolver lo que está motivando a la población a migrar.

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Por su parte, Migración Panamá, país que afronta una dura crisis debido al alto flujo de migrantes irregulares por el Darién, detalló que en lo corrido de este año, hasta julio, se han registrado 251.758 personas en tránsito por estas selva. 52.773 son niños y niñas. De acuerdo con un informe de Unicef, presentado hace un par de semanas, los menores que son llevados a travesías de migración, de país en país, están expuestos a numerosos peligros y situaciones traumáticas: riesgo de explotación sexual y tráfico - especialmente cuando son separados de sus madres - y explotación laboral, además de que están perdiendo meses enteros de escolarización o seguimiento médico.

Keylis reconoce que contó con suerte, pero afirma que no expondría en esa travesía a sus hijos, quienes aún siguen en Venezuela.

Las cifras

Entre enero y julio de 2023, 63.134 mujeres han cruzado el Darién, según datos de Migración Panamá: 6.047 en enero; 6.115 en febrero; 9.875 en mayo; 7.497 en junio; y 13.958 en julio.

En su tránsito por la selva, los migrantes se enfrentan a peligros naturales como crecidas de ríos, precipicios resbaladizos, pero también a ataques y violaciones de bandas criminales (el tráfico de migrantes está liderado por el Clan del Golfo en el lado colombiano).

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