“Hoy (miércoles) fui a la casa en Fredonia bajo el aguacero, a recoger unas cositas, y se me revolvió todo. No podía creer cómo habíamos aguantado tanto tiempo, ni cómo pudimos sacar a Gabriel con vida de ahí”.
Esas son las primeras palabras que Pilar Villadiego pronuncia, mientras corren algunas lágrimas por sus mejillas y su madre, Faridis Villadiego, a su lado, asiente con la cabeza.
Ellas son la hermana y mamá de Gabriel, el joven con parálisis cerebral que residía en el sector Isla de Belén en Fredonia y cuya historia fue publicada por El Universal el pasado 5 de noviembre, donde se indicaba que necesitaban ayuda, pues la lluvia había hecho estragos en su humilde vivienda. (Lea La lluvia los dejó prácticamente en la calle, necesitan ayuda)
Esta familia, conformada por 11 personas, entre ellos 5 menores de edad y un perro, ahora viven en Los Cerezos, en una casa que fue dada en arriendo por Presidencia de la República, a través de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgos, quienes conocieron la situación de esta familia gracias a la Fundación Puentes de Bienestar, quienes después de leer la nota en el periódico, fueron a constatar la situación y de inmediato se dieron a la tarea de ayudar.
Su historia
Aún sin poder creerlo, estas dos mujeres cuentan cómo su vida cambió de la noche a la mañana gracias a “esos ángeles que Dios nos puso en el camino”, quienes no solo los han ayudado con conseguir esta nueva casa, en la cual ya tienen garantizados 3 meses de arriendo, sino que además han recibido alimentos, enseres para el hogar, camas y demás cosas necesarias para poder tener una vida digna.
“Nosotros desde que nos vinimos de Venezuela habíamos estado viviendo en Fredonia, primero en arriendo, luego en otros lugares, pero ya después con sacrificio y ayuda de algunos familiares logramos construir esa casa donde vivíamos, pero con el tiempo fue desmejorando”, explicó Pilar con nostalgia, pero a la vez agradecida.
Faridis quien es cartagenera, pero residió muchos años en Venezuela, decidió venirse a ciudad de origen buscando un mejor futuro hace más de 6 años, con su esposo, quien es oriundo del país vecino, y su hijo Gabriel, de 18 años, pero las cosas poco a poco comenzaron a ponerse feas.
“Cuando mi mamá se vino, yo después decidí venirme con mi esposo y mis hijas, y desde que llegamos hemos estado juntos”, dice Pilar, quien añade que “por el estrés de ver la situación en que vivíamos, ver cómo mi hermano Gabriel seguía en esa condición y la EPS no respondía, a mi mamá y mi papá les dio un derrame cerebral”.
A la señora Faridis le dio más fuerte que a su esposo Gabriel Morillo, quien gesticula y se mueve un poco más que su esposa.
Gabriel es el segundo de tres hermanos y, según pudimos conocer, nació con parálisis porque tuvo una infección debido a que el líquido amniótico se estaba saliendo antes de tiempo.
En estas condiciones vivía la familia. // Oscar Díaz
“Gabriel es un milagro de Dios, cuando nació tenía una infección generalizada, hizo paros cardiorespiratorios, él convulsiona casi todos los días, ya sea porque esté feliz o triste, incluso cuando le caía un chorrito de agua en la casa convulsionaba”, explica su hermana.
“Todo fue rápido”
Cuando publicamos la nota, fueron varias las personas que decidieron comunicarse al número de Pilar para brindarle su ayuda, pero fue la Fundación Puentes de Bienestar quienes hicieron posible que esta familia tuviera el cambio de vida que se merecía.
“Fueron varias personas las que me mandaron la nota de El Universal, así que decidí ir a visitar a la familia y estando allá comprobé la situación en que vivían y después de hacer videos y fotos, los subí a mis redes y de inmediato me llamaron de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgos a decirme que nos iban a colaborar. Gracias a Ariel Zambrano el subdirector y al presidente Iván Duque, quien también aportó”, dice Daniel Rivero creador de la fundación.
Esta ayuda también incluyó atención médica para Gabriel, quien desde el pasado sábado, 7 de noviembre, estuvo internado en la Clínica Cardiovascular Jesús de Nazaret, donde el doctor Gerald Meza y su cuerpo médico lo han atendido, ayudándolo a mejorar su condición médica.
“Estamos de verdad muy agradecidos con todos, nuestra vida cambió de la noche a la mañana y ahora solo esperamos seguir nosotros cambiando nuestro destino”, dijo Pilar.
La casa, que tiene tres habitaciones, un baño, patio, sala-comedor y cocina, fue amoblada en su totalidad por la ayuda que desde la Unidad Nacional de Gestión de Riesgos dieron a través de presidencia.
“Ellos al conocer el caso me contactaron y decidieron aportar la vivienda y el dinero para que nosotros compráramos todos los electrodomésticos, hiciéramos el mercado y demás cosas necesarias para la familia”, comentó Daniel, mientras que Pilar dice “la verdad yo estoy muy sorprendida, pues nadie se imagina que presidencia va a ayudar, algo que uno no espera y estamos muy agradecidos”.
La salud
El parte de médico de Gabriel es alentador, los médicos, según conocimos, señalaron que de no ser ingresado el sábado (7 de noviembre) en la tarde a la clínica, su condición médica hubiera empeorado.
“Los médicos aseguraron que un día más en esas condiciones con lluvia y demás, y la salud de mi hermano hubiera sido otra, pero gracias a Dios y a Daniel, pudieron llevarlo a la clínica, donde lo han atendido muy bien y le han estado haciendo todo lo necesario para mejorar su estado, pues con la EPS no era posible que le dieran la atención en casa”, comentó Pilar.
Desde hacía más de 6 meses, esta familia no había podido tener en sus manos el alimento ensure para Gabriel y solo hasta ahora pudieron volver a verlos.
Con relación a los paños talla M que él utiliza, la familia asegura que son muy necesarios y que, ya han recibido unas donaciones, pero nunca están de más.
“La familia estará aquí por tres meses y ahora, lo que haremos desde la fundación con ayuda de todas aquellas personas que quieran colaborar, es construirles una casa propia o comprarles una, pero si en este tiempo no se cumple, aunque confiamos que sí, desde presidencia extienden el contrato para que sigan en esta vivienda hasta que ese proyecto sea posible”, dice Daniel Rivero.
Por su parte, Pilar señala que “yo además quisiera poder trabajar, para poder ayudar más en mi familia, pues el único que trabaja es mi esposo y mi papá que antes salía a las tiendas a lavar los pisos o algo para ganarse unos pesos, pero ahora que estamos en una mejor vivienda, yo sé que puedo ir a trabajar y quedar tranquila, porque mi familia está en mejores condiciones”.
Si usted quiere ayudar a Pilar para que pueda trabajar ya sea en oficios varios o como camarera en un hotel, experiencia que tiene de su natal Venezuela, puede hacerlo comunicándose al número 3007078079.
La familia además quiere dejar claro que hay personas inescrupulosas que están usando el nombre de ellos para pedir dinero, y eso no es así.
“Nosotros no pedimos dinero, si nos quieren ayudar que sea con ropa, alimentos o trabajo, pero no con dinero”, finalizaron.
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