Cartagena


La vida más allá de la vía Perimetral

La carretera, que bordea parte de la ciénaga de La Virgen, marca uno de los mayores cordones de pobreza en Cartagena. El Distrito dice que buscará incluir la terminación de la vía en el presupuesto del 2020.

JULIE GONZÁLEZ ORTEGA

21 de octubre de 2019 12:00 AM

“El niño que nace en la ciénaga, la ve como algo hermoso. Ve la ciénaga como un lugar para nadar y llegar hasta las tres islas que están allá adentro, donde hay cocos, hay animales y diversión. Es una ciénaga de la cual tú sales en la mañana con un cordel, lanzas el cordel y sacas unos peces inmensos, sacas camarones, moluscos y cangrejos. Llegas a tu casa contento y le dices a tu viejita: ‘¡mami mira lo que saqué!’. Y con eso solventamos la cena del día porque somos pobres, somos humildes, pero la ciénaga daba para vivir bien. Eso era nuestra querida ciénaga de La Virgen, que hoy en día se está muriendo”. Así evoca José González al cuerpo de agua junto al que ha vivido toda su vida, al que ha visto deteriorarse año tras año por culpa de la negligencia y la inconsciencia de algunos, y que, indefenso, le ha tocado soportar en silencio todos los abusos que se han cometido contra su cauce.

En 2006 la entrega de los primeros 3,8 kilómetros de la vía Perimetral sembró una esperanza en la ciudad al presentarse como una solución no solo para descongestionar la movilidad concentrada en la avenida Pedro de Heredia, sino como una barrera natural para controlar las invasiones y el deterioro de los manglares que rodean el ecosistema.

Sin embargo, el tiempo pasó y 13 años después Cartagena sigue esperando sus 11,4 kilómetros de Perimetral que faltan, para así completar lo propuesto inicialmente, que era una carretera de 15,2 kilómetros, que conectaría la vía La Cordialidad, a la altura del barrio El Pozón, con la Vía del Mar, en inmediaciones de La Bocana.

‘La ley de los cuatro palos’

Desde entonces, la Unidad Comunera de Gobierno 6, conformada por barrios como Olaya Herrera, Fredonia, Nuevo Paraíso y El Pozón aún esperan su porción de la vía, mientras que las partes de estos barrios que bordean la ciénaga, poco a poco se van convirtiendo en el refugio de quienes no encuentran una solución de vivienda debido a la pobreza extrema. “Es la ley de los cuatro palos. Llegué en condición de desplazamiento, veo la ciénaga y fácil, tengo casa”, asegura José González, quien también figura como representante de la Corporación Ambiental y Ecológica Ciénaga de La Virgen (Corpaecv), una organización comunal que nació con el propósito de intentar preservar el cuerpo de agua.

“La ciénaga de La Virgen se muere a raíz de las invasiones, de las intromisiones, de la deforestación del manglar, la tala indiscriminada y la sobreexplotación de los recursos naturales. Una situación que ha afectado incluso a la misma comunidad que ingresa a este sitio, porque se han generado muertes por efectos de dengue hemorrágico, por leptospirosis y meningitis meningocócica”, agrega González. De hecho, de acuerdo con la Encuesta de Percepción Ciudadana 2018, realizada por Cartagena Cómo Vamos, un 26% de los cartageneros afirmó creer que sus problemas de salud se debían a factores relacionados con las condiciones del medioambiente. Pero, según cuenta Juan Henríquez, miembro de otra organización ambiental (Corporación Verde Calicanto), es importante tener en cuenta que a veces la necesidad de vivienda supera el cuidado que puede tener la población en torno al ecosistema, cuya situación tiene su trasfondo en el histórico abandono estatal del que han sido víctimas.

“Muchos llegan por esa necesidad, por esa carencia de tener el verdadero techo para vivir. Uno no mira en ese momento que se está matando el mangle, que se está dañando el cuerpo de agua, porque hay una necesidad sentida y se quiere cubrir esa necesidad”, apunta. Ahora la realidad de vivir junto a la ciénaga es diferente. “Se empieza con una casa de plástico, comprando relleno de donde venga, haciendo el patio con la basura y la contaminación de la ciénaga. Del plástico y el cartón se pasa a la madera, se hacen las mismas necesidades dentro del agua porque se carecen de los servicios (...) ese es el inicio de vivir alrededor de la ciénaga”, describe Henríquez.

Loteo, sin control

Otro de los problemas que agobian al sector tiene que ver con la apropiación ilegal y la venta de “lotes” dentro de la ciénaga, que se compran entre $2 y $3 millones ante la inminente necesidad.

Según los líderes, a veces se trata de jóvenes en riesgo asociados a bandas delictivas, por lo que temen denunciar los hechos ante las autoridades debido a amenazas que han recibido en ocasiones anteriores. Sin embargo, resaltan que la invasión es general, y que “mientras que en la comuna 6 están vendiendo lotes de 10x15, alrededor de la ciénaga están loteando hectáreas y no son los jóvenes sino gente de cuello blanco”.

Ecovida

Por cuenta de las problemáticas alrededor del cuerpo de agua y la falta de presencia de las entidades del Distrito en la zona, líderes comunales de la UCG 6 han aunado esfuerzos desde diferentes corporaciones ambientales para intentar preservar la ciénaga de La Virgen.

Así, la Corpaecv, la Corporación Verde Calicanto, la Fundación Ambiental Bosque del Manglar, el Movimiento Independiente Comunitario, Corpodinam y Flor del Guayacán han emprendido un proyecto llamado Ecovida, que incluye la contención de las invasiones, la protección del mangle e iniciativas de transporte acuático a través de los canales del sector. Todas reclaman mayor presencia del Ecobloque, el frente interinstitucional que se creó en Cartagena ante la petición de la Procuraduría General de la Nación para recuperar la ciénaga de La Virgen, ya que al parecer no han sentido apoyo de parte de la entidad. “Hace falta más acompañamiento de parte de la institucionalidad de Cartagena, porque prácticamente ellos van y hacen presencia, pero no hay una acción concreta en ayudarnos a preservar y mantener los canales limpios”, asegura Édgar Hoyos, líder de la Fundación Ambiental Bosque de Manglar.

¿En qué va el proyecto?

La Ley 1784 de 2016, también conocida como la ‘Ley del Sitio de Cartagena de Indias’, estableció que el Gobierno nacional debía gestionar recursos del Presupuesto General de la Nación para financiar diversos proyectos de la ciudad, dentro de los que se encuentra la terminación de la vía Perimetral.

Desde acuerdo con el Consejo Gremial de Bolívar, en el tema no ha habido avances concretos por cuenta de que se le dio prioridad al cierre financiero del canal del Dique, sin embargo, ahora se está retomando la construcción de esta arteria vial.

“El viceministerio de Infraestructura ante la petición de la Alcaldía y del Consejo Gremial de Bolívar nos pidió un plazo para revisar las alternativas para la financiación de esta vía nacional”, aseguró Verónica Monterrosa, directora del Consejo.

Ante ello, el alcalde (e) Pedrito Pereira afirmó que desde el Distrito se le han planteado diversas opciones a la Agencia Nacional de Infraestructura para financiar el proyecto, tales como la unión de las dos concesiones viales involucradas. Sin embargo, se está esperando una respuesta por parte del Gobierno nacional.

“Trataremos de que en el presupuesto del 2020 se tomen medidas para por lo menos tener los diseños y los estudios que hacen falta para la terminación de la vía. Es una vía completamente necesaria, pero es fundamental que tengamos ayuda del Gobierno nacional para poder tener nuestra Perimetral”, señaló el mandatario.

En una reunión llevada a cabo en febrero de este año se estimó que la inversión para el tramo restante tendría un costo de entre $600 y $900 mil millones.

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