“Si conseguimos, comemos. Si no conseguimos, no comemos”. Eso es lo que dice Anays Pacheco, habitante del sector Nueva Cartagena del barrio El Pozón, cuando se le pregunta por cómo resuelve su alimentación y la de sus hijos.
“Aquí nadie trabaja, yo soy ama de casa y madre soltera. A veces me sale trabajo planchando, lavando y eso. Así como trabajo, así se hace. Hay días en que se come, hay días en que no se come”, comenta.
En su hogar viven nueve personas: su mamá, sus cuatro hijos, un hermano, un tío, un nieto y ella, pero su prioridad es conseguir por lo menos el alimento de los niños. Video: Superar la pobreza sigue siendo el mayor reto de Cartagena

Su realidad no es única. La comparten las 414.537 personas que, según reveló el Dane, viven en condiciones de pobreza en Cartagena, lo que quiere decir que sus ingresos mensuales no alcanzan los $376 mil, que sería lo mínimo para poder acceder a una canasta básica de alimentos y bienes y servicios de una persona.
Peor aún: según reveló la entidad, dentro de este grupo hay 60.204 personas que ni siquiera llegan a tener un ingreso de $161 mil, lo mínimo para poder comer de forma básica, por lo que viven en la pobreza extrema.
Le puede interesar: En 2021 hubo en Colombia 19,6 millones de personas en pobreza
El barrio El Pozón es una de las zonas de la ciudad que alberga a gran parte de las personas que componen las estadísticas de pobreza del Dane. Son personas que muchas veces se acuestan sin tener la certeza de si van a poder comer al día siguiente, y con la remota esperanza de que en el día les salga algún trabajo que les permita ganar algo.
Elsa Brocheros, quien tiene 76 años, es otra de las personas que habitan allí. Vive sola con su nieto de 20 años, Jair. Él es quien se encarga de conseguir el sustento de todos los días.
“Él busca algo que hacer, algo consigue. Cuando consigue es que almorzamos y por la tarde cocino, a veces, si no, nos acostamos sin comer”, comenta.

Y como si vivir en estas condiciones fuera poco, hay quienes además de esto tienen que batallar con problemas de salud, al tener en su hogar a familiares enfermos.
Es el caso de Victoria Fajardo, cuya hija de 4 años sufre de esteniosis pulmonar. “Desde que llegué he tenido una situación bastante difícil porque el papá de mi hija nunca quiso responder por la obligación de mi niña, nos ha tocado difícil porque la única ayuda que he tenido es la de mis familiares y no es mucho”, dice Victoria, quien vivió por un tiempo en Venezuela y hace seis años regresó a El Pozón.
“Antes de ayer llevé a mi hija donde el médico y la pediatra me dijo que mi hija no está creciendo, tiene problemas de crecimiento porque no se alimenta como es debido y eso la está afectando, más con la enfermedad que tiene”, cuenta Victoria, que en estos momentos asegura que lo que necesita es un empleo que por lo menos le pueda garantizar la alimentación de sus hijos.

En una situación similar está Everlides Pérez, quien salió desplazada del departamento del Chocó y vive en una pequeña vivienda de madera con sus hijos, uno de ellos en situación de discapacidad.
“La JAC del sector me colabora mucho, a veces voy allá y me dan mi mercadito, depende de cómo ellos consigan también. Un muchacho de los que tengo aquí sale en el coche, va y hace carreritas, así es que nosotros nos mantenemos”, dice Everlides, quien por ya tener 56 años no trabaja.
“Necesito ayuda del Gobierno porque vivo en una condición muy deplorable. Necesito que me den vivienda y que me indemnicen porque yo supuestamente estoy en proceso y siempre que voy salen con nada. Soy una persona de bajos recursos, en el Sisbén me sale pobreza extrema, pero no hay Devolución del IVA para mí, no hay Ingreso Solidario para mí, prácticamente estoy en total abandono del Gobierno”, comenta.
Para Everlides lo más importante es su vivienda, pues por las condiciones en las que se encuentra no soporta una lluvia. Una vivienda digna y ya lo demás lo resuelve ella.

Rebeca Canencia, quien hace parte de la Junta de Acción Comunal del sector Nueva Cartagena de El Pozón, explica que en general son personas olvidadas por las autoridades que deben valerse por sí mismas en medio de circunstancias difíciles para poder salir adelante.
La falta de empleo, las condiciones de sus viviendas y por supuesto la mala alimentación, hacen parte de su día a día. Por eso pide mayor atención para su sector.
“Hay que mirar más allá del Centro y Bocagrande. Tienen que meterse a los barrios marginados que es donde van a ver la pobreza, porque siempre tienden a mostrar lo mejor de Cartagena y no lo peor”, cuenta.
Y es que la pobreza en Cartagena tiene rostro. Los casos anteriores son tan solo cuatro de 414.513 personas que viven en iguales o peores condiciones.
Sin duda la pandemia afectó estos indicadores, pues en 2019 el Dane contabilizó a 345.304 personas en pobreza en la ciudad, por lo que el aumento hasta el 2021 es de 69.233 personas.
Aún así, cabe anotar que en comparación al 2020 la cifra disminuyó, pues en ese año se contabilizaron 486.166 personas en pobreza. Es decir, unas 71.653 personas cambiaron su condición el año pasado.
Si bien es un avance, aún es mucho el trabajo que queda por hacer, con el fin de que algún día estas cifras puedan disminuir y llegar a cero.
Si usted desea comunicarse con alguno de los protagonistas de las cuatro historias puede contactarlos a los siguientes números:
Victoria Fajardo: 3024241994.
Everlides Pérez: 3242092512.
Jair Vegas: 3044657294.
Anays Pacheco: 3022226085.
Comentarios ()