la madrugada del 28 de enero, mientras gran parte de la ciudad dormía, en el Parque de Skate del sector de Chambacú, a pocos metros de la estación de Policía Caribe Norte, Carlos*, un menor de escasos 10 años, fue herido con un arma cortopunzante en medio de una pelea, al parecer con otros menores que viven en el lugar.
“A nosotros nos despertaron los gritos, eran como las tres de la madrugada cuando se armó la pelea entre un chamito que duerme en el otro parque y Carlos. Nos tuvimos que meter porque sino quién sabe qué más le hubiera hecho”, asegura una pareja de migrantes venezolanos que, al igual que Carlos, duerme en el parque.
Horas después del incidente, la herida del pequeño, de unos 10 centímetros, ya había sido curada gracias a la ayuda de ciudadanos. Sin embargo, este permanecía en silencio junto a sus compañeros de “hogar”. No hizo falta que pronunciara palabra, su rostro reflejaba no solo la mala noche que pasó, sino también el abandono en el que vive.
Lo de Carlos es solo una ínfima parte de las tantas situaciones que se viven en el sector, donde ocurren robos, peleas, consumo de drogas y sexo entre los matorrales.
Sí, el Skate Park, un espacio destinado para la práctica de deportes extremos como el BMX, skateboard y patinaje, y que requirió una inversión de 683 millones de pesos de la administración distrital, pero terminó por convertirse, además de un espacio para los deportistas, en albergue de habitantes de calle y un lugar donde suceden actos ilícitos, por la cercanía que tiene con el mangle, en donde se esconden algunos delincuentes.
Si a esto le sumamos que la mayoría del tiempo hurtan las luminarias del lugar, la cosa se complica aún más y hasta los deportistas sienten temor de ir.
“Son muchas las personas que aprovechan este espacio para delinquir y consumir sustancias alucinógenas, pero no solo eso, aunque está al lado de la estación muchas veces nos sentimos inseguros”, comenta un joven.
Pero una de las aristas del problema, y quizás la más preocupante, es la numerosa presencia de menores de edad, como es el caso de Carlos, la mayoría de estos dedicados a pedir dinero en las calles.
Explican los que pernoctan en el lugar que muchos de los niños llegan allí porque sus familiares los abandonaron o se van todo el día, y por eso terminan involucrados en líos por drogas y robos.
“Aquí hay varios niños, todos meten drogas y por eso se ponen a pelear, porque están alterados. Imagínese, sin comer y metiendo cualquier cantidad de cosas, entonces se pelean hasta por una moneda”, precisa un habitante de calle.
Nada más en el recorrido hecho por este medio, seis niños permanecían en el lugar, pero todo indica que había más, pues uno de los inmigrantes que duerme allí indicó que varios han sido rescatados por una fundación para ser rehabilitados.
De acuerdo con el comandante de la Policía Metropolitana, Henry Sanabria, para atacar la problemática que afecta el sector, la institución adelanta patrullajes y desarrolla jornadas pedagógicas con quienes asisten al parque.
“Hemos desarrollado jornadas pedagógicas con quienes asisten al parque. Adicional a esto, integrantes de las barras bravas se reúnen en el lugar, lastimosamente a consumir drogas. También estamos trabajando con los líderes de esta organización para hacer controles. En cuanto a la seguridad, la Policía hace presencia regular, por su puesto no 24 horas, pero lo que se busca es lograr que no haya consumo, ni afectación al ambiente por parte de los habitantes de calle”, dijo Sanabria.
Pero el Parque de Skate no es el único con problemas en la zona. Las invasiones de Chambacú también favorecen la venta de alucinógenos y disputas como la ocurrida el pasado fin de semana, que terminó con el incendio de varias casas. Por tanto, la Policía adelanta gestiones con la Alcaldía para que finalmente se cumpla la orden de desalojo que desde hace años fue pronunciada.
“El sector de Chambacú tiene un ingrediente especial y es que se trata de una invasión, es un predio propiedad de la Alcaldía y ya ha sido objeto de una decisión administrativa para su recuperación. La Policía espera lograr el desalojo, mientras tanto lo que se está haciendo es lograr que no se extienda la invasión, por eso una vez que se conocen nuevas construcciones procedemos a realizar el desalojo”, indicó el comandante de la Policía.
Agregó que pidieron a la Alcaldía usar ese espacio para construir un centro de traslado para protección.
“Se ha pedido al Alcaldía que se construya un centro de traslado por protección, es una medida de mediano plazo que permitiría recuperar ese espacio”.
Según la Policía de Infancia y la Adolescencia, en 2019 fueron encontramos en situación de calle 180 niños, niñas y adolescentes, los cuales fueron dejados bajo protección de la entidad competente, comisaría de familia o ICBF. En lo corrido de 2020, 44 menores han sido rescatados por situación de calle y mendicidad en Cartagena, (22 niños, 20 niñas y 2 adolescentes). Estos se han dejado bajo protección de comisarías y defensorías de familia para el restablecimiento de sus derechos. El teniente Marcos Castro Restrepo, jefe del Grupo de Protección a la Infancia y la Adolescencia, asegura que para brindarles protección a los niños, niñas y adolescentes, los llevan a las comisarías de familia o del ICBF, o en su defecto si su estado de salud es crítico, son llevados hacia el centro de salud y se deja en conocimiento de la entidad competente para su restablecimiento de derechos. Una vez allí, el comisario de familia o defensor de familia junto con su equipo interdisciplinario, según el caso, con el fin de restablecer derechos y poder realizar las siguientes acciones:
-Retiro inmediato del niño, niña o adolescente de la actividad que amenace o vulnere sus derechos, o de las actividades ilícitas en que se pueda encontrar y ubicarlo en un programa de atención especializada para el restablecimiento del derecho vulnerado.
- Ubicar al menor en centros de emergencia para los casos en que procede y la ubicación en los hogares de paso, que pueden ser: hogar de paso, en familia de origen o familia extensa, o en hogar sustituto.
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