Cartagena


Recorrido por los barrios con más casos activos de COVID-19 en Cartagena

Esto encontramos en Olaya, San Fernando y El Pozón, los tres barrios con más casos activos

SOFÍA FLÓREZ

16 de agosto de 2020 12:00 AM

Cinco meses después de que el Ministerio de Salud anunciara el primer caso de coronavirus en Cartagena, por fin vemos algo de luz al final del túnel en esta larga pesadilla llamada COVID-19, y la esperanza de doblegar la pandemia parece abrirse paso, o al menos controlarla, que ya es mucho.

La recuperación de más del 80% de personas diagnosticadas con el virus ha traído todo un aliento de motivación, después del hastío por el encierro y las restricciones, que poco a poco se han ido cambiando por anuncios de vuelos, apertura de nuevos sectores e incluso la posibilidad de que más personas salgan a las calles.

Pero al recorrer la ciudad ese positivismo puede empañarse rápidamente bajo la sombra de la indisciplina. Son las 3:22 de la tarde del 14 de agosto, apenas han pasado 24 horas desde que el alcalde dio la orden de permitir la salida de personas con un pico y cédula de dos dígitos.

En la radio del carro, en el que me dirijo con dos compañeros a recorrer los barrios que reportaron el mayor número de casos activos, el comentarista no para de repetir la paliza que el Bayern Munich le propina al Barcelona en los cuartos de final de la Liga de Campeones.

“Van 4-2”, dice el fotógrafo que me acompaña mientras estamos en camino hacia Olaya, uno de los sectores que desde el inicio de la pandemia ha ocupado los primeros puestos en contagios de COVID-19, de acuerdo con las últimas cifras del Dadis ocupa el tercer lugar con 90 casos activos.

I

No logro calcular cuántos minutos, pero entre gol y gol parece que el tiempo vuela y cuando menos lo espero llegamos a la calle La Arrocera, a pocos metros de CAI de Policía que custodia el cuadrante hay más de 10 personas reunidas, algunas sin tapabocas, otras con tapabocas de barbilla, alegan contra el televisor donde se ven los jugadores disputarse el balón.

“Ya perdimos”, gritan algunos con rabia, la decena de espectadores nos mira de reojo mientras el carro avanza, pero no detiene sus alaridos por nuestra presencia, tampoco se intimidan al ver el lente de las cámaras apuntándoles. (Lea aquí: En los barrios con más contagios las personas juegan fútbol, cartas y dominó)

En mi mente solo puedo calcular cuantas micro gotas de saliva pueden estar cayendo entre ellos, sí, algo asqueroso, pero estamos en pandemia, cualquier persona sin protección es básicamente una amenaza. ¿Y si esa persona tiene COVID-19? ¿Cuánto tiempo han estado sin protección? - seguramente más de los 90 minutos del partido- ¿Será que todos los días es igual?, me pregunto mientras poco a poco los perdemos de vista.

Escuchar mis cuestionamientos quizás parezca paranoia, es solo un partido de fútbol y muy importante ¿Qué tiene de malo?, dirían algunos, incluso yo, si el coronavirus no rondara por las calles a sus anchas.

Pero estos hinchas no son los únicos infractores de las medidas, aunque decir que todo el mundo sería mentira, muchos portan su tapaboca correctamente, hasta dentro de sus casas, pero la gran mayoría de quienes andan por la calle lo hacen sin la mayor protección.

Los niños amontonados en una esquina, jugando entre las charcas de agua que dejó el sereno de la mañana, motos con parrilleros sin protección y así cualquier infinidad de cosas.

¿Dónde está tú tapabocas? Me atrevo a preguntarle a un joven, “es que ando de correndilla”, me responde entre risas, - y ¿para dónde vas?, “donde la vecina”, dice mientras se aleja evitando mis preguntas.

Maryluz Torres, habitante de la zona, se acerca a nosotros para contarnos algunos de los problemas que los aquejan en la zona a causa de un manjol, tras escuchar su queja, con disimulo termino desviando la conversación ¿sí están respetando las medidas? “Con esta pandemia hemos pasado mucho trabajo, pero sí se han respetado, con esto no vamos a decir que totalmente, porque la gente tiene que salir a trabajar y buscar qué comer, aquí la gente vive del día a día y hemos pasado un poco de trabajo, pero bueno uno se adapta a ciertas situaciones”, asegura.

II

Antes de que el juez dé el ultimo pitazo del partido, el cielo se nubla en La Arrocera, y antes que se desgaje la lluvia seguimos hacia El Pozón, el segundo barrio en la lista donde se supone que hay 99 casos activos de COVID-19.

Llegamos a nuestro destino, a un poco más de 9 kilómetros del sitio inicial, pero a través de la ventana del carro todo luce prácticamente igual que antes, pareciera como si hubiesen cortado y pegado las mismas escenas, aunque en cuestión de segundos la lluvia cayó y las calles empezaron a quedar vacías, otros se amontonaban bajo las carpas de las tiendas para no mojarse.

Nazly, una líder de la zona, me cuenta que hace poco murió ‘El negro’. “Fue de neumonía”, dicen, y también que no están muy convencidos de esa versión, hay algo de intriga. ‘El negro’, de 38 años, era un tipo duro, atlético, sano, que no agarraba ni un resfriado.

Ahora, sin embargo, prefieren no pensar en eso y guardarle luto, que es lo correcto. Aquí nadie veía el campeonato, pero en las canchas de la zona jugaban sus propios partidos bajo el aguacero.

-Qué mira, sigue pa´ delante- nos gritaban, inquietos por nuestra presencia o más bien por la intromisión de nuestros celulares encuadrándolos.

III

El último destino es San Fernando, el barrio con más casos activos, a corte del 11 de agosto, 126 para ser exactos. Negocios abiertos sin protocolos de bioseguridad, al menos cuatro partidos de fútbol en las calles y personas sin tapabocas y sin respetar el distanciamiento social, fue el panorama de nuestra parada final.

Nadie quiso hablar con nosotros y bueno, apenas normal, incluso nosotros podríamos ser un riesgo para ellos. El recorrido terminó y la lluvia también, por cierto el partido acabó con goleada y yo ahora me preguntaba si esas personas que estaban viéndolo se lavaron las manos antes de pasárselas por la cara.

Recuperados
Además de ser los tres barrios que lideran la lista de casos activos de COVID-19 en Cartagena, San Fernando, Olaya y El Pozón también reportan una alta cifra de recuperados, estos tres lugares fueron declarados zonas de cuidado especial por el Ministerio del Interior y desde ese entonces se han desplegado acciones de parte del Dadis y las EPS para el rastreo de casos y aislamiento de personas contagiadas, lo cual ha permitido que en Olaya los recuperados sean el 91%, en El Pozón el 88% y en San Fernando 76%, estos resultados llevan a pensar ¿si se cumplieran las medidas de bioseguridad correctamente estaríamos mejor? ¿Llegaríamos más rápido al descenso de la curva y la apertura de la ciudad? ¿Qué opinan ustedes?

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