Limpieza al conducto subterráneo y reposición de las rejillas averiadas. Eso es lo que solicitan los habitantes de la Primera Calle El Labrador, en el sector San Isidro de El Bosque. Dicha calle es a la vez un conducto de aguas pluviales hacia la bahía que está cruzando la avenida, pues es la parte más baja de la zona y por donde evacuan las corrientes de San Isidro y barrios aledaños.
(Lea: Video: Peleas por el espacio público en Cartagena, ¿quién controla?).
Pero, pese a su importancia y ubicación estratégica, esta vía se encuentra en un estado deplorable. Son tres las rejillas destruidas de las ocho que existen en un trayecto aproximado de 200 metros desde la zona conocida como El Bodegón hasta la carretera del Bosque. Estas tienen palos, piedras y cintas instaladas por la comunidad a manera de señalización para alertar a los conductores. Las restantes también están en malas condiciones, llenas de basuras por dentro y representando un riesgo alto para la movilidad del sector.
Las basuras regadas están a la orden del día en esta vía.
“Nunca entendimos la necesidad de instalar esas rejillas. La Concesión Vial no nos dio respuestas coherentes. Han pasado 15 o 20 años desde entonces y jamás han hecho una limpieza por debajo. Esas rejillas ya perdieron su vida útil, no sirven y se han convertido en una bomba de tiempo para la ciudadanía. Aquí diariamente hay mínimo cinco accidentes, por fortuna no han sido graves. Hace más de 10 años sí murió un muchacho que se estrelló en una moto. A la fecha no hay quien responda, la Concesión Vial dice que ya no le corresponde ese mantenimiento y le echa la responsabilidad a la Alcaldía, y así se tiran la pelotica. Mientras tanto, nosotros los vecinos somos los más afectados porque cada vez que llueve nos inundamos y nos toca estar ayudando a los heridos cuando se accidentan en esos huecos. Necesitamos que haya un arreglo y una profunda limpieza”, manifestó Luz Stella Pedroza, residente del sector.
(Lea: Ondas del este provocan lluvias en Cartagena y el Caribe).
La comunidad señaló que cuando hay aguaceros la calle se convierte literalmente en un río, y que el paso constante de vehículos pesados han ayudado al deterioro que hoy tiene esta neurálgica arteria vial.
Comentarios ()