En películas de ciencia ficción o de temática espacial, los agujeros negros suelen ser antagonistas o motivo de caos para la historia que se narra, ya que son conocidos por devorar estrellas, planetas, asteroides, la luz, entre otros elementos. Sin embargo, la Nasa ha descubierto que no todos son grandes camiones trituradores de basura espacial, sino que también existe por lo menos uno especial.
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Los científicos y astrónomos que manejan el telescopio espacial Hubble descubrieron que estos objetos celestiales energéticos también tienen un lado fecundador. Mientras estudiaban Henize 2-10, una galaxia enana con estallido estelar, se develó un cordón umbilical gaseoso que se extiende desde un agujero negro en el centro de la galaxia hasta un vivero estelar donde nacen las estrellas.
El Hubble ayuda a descubrir agujeros negros en lugares insospechados.
¿Cómo lo detectaron?
Henixe 2-10 se encuentra a 30 millones de años luz de distancia de la Tierra, específicamente en la constelación de Pyxis. Se sabe que las galaxias colosales contienen un agujero negro supermasivo en su centro, galaxias como Henize 2-10 provocaron que los astrónomos debatan si lo mismo es posible en entornos cósmicos de menor escala.
El nacimiento de estrellas requiere una densa nube de gas y polvo. La corriente de gas proporcionada por el agujero negro en realidad desencadenó un espectáculo de fuegos artificiales de nacimiento de estrellas cuando interactuó con la nube, lo que llevó a un grupo de estrellas en formación.
Este es el efecto opuesto de lo que se ve en las galaxias más grandes, donde el material que cae hacia el agujero negro es arrastrado por los campos magnéticos circundantes, formando chorros de plasma que se mueven a una velocidad cercana a la de la luz. Las nubes de gas atrapadas en el camino de los chorros se calentarían mucho más allá de su capacidad para enfriarse y formar estrellas.
“La asombrosa resolución del Hubble muestra claramente un patrón similar a un sacacorchos en las velocidades del gas, que podemos ajustar al modelo de un flujo de salida con precesión o tambaleo de un agujero negro. Un remanente de supernova no tendría ese patrón, por lo que es efectivamente nuestra prueba irrefutable de que se trata de un agujero negro”, dijo Reines.
“Desde el principio supe que algo inusual y especial estaba sucediendo en Henize 2-10, y ahora el Hubble proporcionó una imagen muy clara de la conexión entre el agujero negro y una región vecina de formación estelar ubicada a 230 años luz del agujero negro”, dijo la autora del estudio Amy Reines, profesora asistente en el departamento de física de la Universidad Estatal de Montana.
Por lo tanto, con la ayuda del Hubble, la NASA ha hecho uno de los descubrimientos más emocionantes de los últimos tiempos. Con el avanzado telescopio, los científicos pudieron observar un agujero negro que genera estrellas en lugar de absorberlas.
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