Debido a los altos costos operativos por la inflación que vive América Latina sumado al precio del combustible y a la devaluación de la moneda colombiana, Avianca dio a conocer que suspenderá temporalmente varias rutas.
Se trata de seis rutas internacionales y una nacional las cuales dejarán de operar desde el primero de septiembre y retomarán entre octubre y diciembre. Dos rutas impactan a Cartagena directamente.
Las rutas suspendidas temporalmente son:
- Bucaramanga – Cartagena: se suspende desde el 1 de septiembre y retoma el 8 de diciembre.
- Barranquilla – Miami: se suspende desde el 1 de septiembre y retoma el 8 de diciembre.
- Cali – Miami: se suspende desde el 1 de septiembre y retoma el 8 de diciembre.
- Medellín – Nueva York: desde el 1 de septiembre de 2022 retomando el 30 de octubre de 2022.
- Medellín – Miami: se suspende desde el 1 de septiembre y retoma el 30 de diciembre.
- Cartagena – Miami: se suspende desde el 1 de septiembre y retoma el 8 de diciembre. De ahí en adelante se operará estacional.
- Medellín – Orlando: se suspende desde el 1 de septiembre y retoma el 8 de diciembre. De ahí en adelante se operará estacional.
“Ante esta coyuntura, que está fuera del control de las aerolíneas, la industria ha buscado mecanismos para mitigar la afectación. Las compañías aéreas en el mundo y no solo Avianca, de manera permanente ha tenido que monitorear la demanda en todos los mercados para ajustar la capacidad acorde al comportamiento de cada uno”, explicó la aerolínea.
Esto argumentó Avianca en un comunicado:
1. El alza de precios del petróleo, el cual tiene un impacto enorme en la industria aérea (siendo uno de los costos principales de las aerolíneas) por el incremento en el costo de jet fuel o combustible para aviación, que en un escenario común representa hasta el 30% de los costos de las aerolíneas. En el último semestre este valor se ha duplicado pasando de US$85 por barril (US$70 del barril de petróleo y US$15 de la refinación para convertirlo en jet fuel) a US$170 por barril.
2. La inflación sin precedentes en América Latina y sus principales economías, las cuales registran los niveles más elevados de este indicador de los últimos 15 años. Esto ocurre, luego de ya haber sorteado dos situaciones altamente retadoras: los efectos de la pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania.
3. La devaluación de las monedas en la región, lo que genera un alza general en el costo de los bienes y servicios a los consumidores.
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