Con una acertada recopilación de su historia personal y musical que se condensa en un libro, Juanes se abre un poco más y deja ver esos retazos de su vida hasta ahora desconocidos por el grueso de sus seguidores.
La obra estuvo a cargo del escritor y crítico musical Diego Londoño, quien además de colaborar con distintos medios de comunicación en Colombia, dedicó los últimos tres años a la creación de este compendio que en 50 capítulos plasma vivencias familiares, además del nacimiento del músico más internacional que ostenta el país. (Lea aquí: Hay Festival 2023: Inauguración con documental de Joaquín Sabina)
Como bien lo indica el artista, su historia se escribió desde la memoria personal, familiar, del equipo de trabajo, amigos, y no tan amigos, porque Diego realizó toda suerte de entrevistas que le iban llevando por los caminos recorridos por Juanes desde su nacimiento hasta adentrarse de lleno en su misión musical.
“Esta es la vida de Juanes, una vida en caleidoscopio, en tornasol, con tonos magenta, azul celeste, amarillo, gris, negro y blanco, con oscuridades y luces, con silencios, soledades, exceso de guitarras y gente gritando a todo volumen. Pero también una vida sencilla, de abrazos y besos en las mañanas, domingos de pereza, viernes de fiesta, almuerzos familiares, dolores compartidos y sueños a merced del tiempo. Una vida simple, común y corriente, que se viste de gala, de frac, charol y colonia especial cada que las luces se encienden. No todos seríamos capaces de vivir su vida, su obsesión, su juicio y disciplina, sus noches de poco sueño y las giras interminables, los aviones de acá para allá, la presión, las fotografías, los comentarios y las críticas. Y justamente por eso nació este texto, para acercarnos a su humanidad, a sus poros, a su manera de respirar, a su forma de entender la vida, de aferrarse a su pasado y de pensar en el presente, por su manera de amar la música, de percibir la política, la religión, la familia y para vivir de cerca, a través de las historias, esa sonrisa que se dispara cuando algo lo hace feliz”, escribió Londoño.
Este libro ha servido de marco para celebrar de alguna manera los primeros 50 años de Juanes, los agostos que ha cumplido desde 1972, ese medio siglo que lo ha llenado de madurez, y como vuelve a decir el escritor, encontrando el lugar donde siempre quiso estar, con la tranquilidad y el amor de su familia en el bolsillo derecho y con la música y su guitarra en el izquierdo, haciendo lo que muchos hombres intentan y pocos logran: arriesgarlo todo, empezar desde cero, lanzarse al vacío con dolor en el estómago, cerrar los ojos y enfrentar fantasmas, huracanes y tormentas.
Diego persiguió a Juan Esteban Aristizábal en sus giras y fuera de ellas, en los conciertos, también en su sofá, en la casa de su madre, doña Alicia, quien proporcionó parte de esa valiosa información de su origen, y cuando llegó la pandemia, el trabajo continuó a merced de la tecnología, que se unió para dar por sentado que la vida de Juanes merecía ser contada.
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