Cultural


Yenis Navarro se estrena como poeta ante la luz de la aurora

La periodista Yenis Navarro Tinoco sorprende a sus lectores con su primer poemario “Al lado este de mis memorias” (2022) de reciente aparición.

GUSTAVO TATIS GUERRA

16 de octubre de 2022 02:37 PM

Son ofrendas de la aurora. Estos poemas que la periodista Yenis Navarro Tinoco acaba de publicar como su ópera prima: Al lado este de mis memorias (Ediciones Grainart, 2022), son el largo viaje de una mujer sensitiva que mira la luz del oriente para descifrar las sombras de occidente. Y en ese viaje corrige las líneas del horizonte con improbables espejismos. Es la suya una poesía intimista que ha modelado una percepción interior, espiritual y filosófica sin estereotipos sin bridas ni corceles, abierta al mundo y despojada de la camisa de fuerza del ego. Lea aquí: Conozca a los ganadores del Premio Gabo 2022

En ese diálogo con el mundo crea una visión del amor como una relación con el cosmos y el universo entero, y asume que formamos parte de la materia con la que se han forjado las estrellas y el universo entero. Las razones de su corazón están en la misma balanza con la que la razón se deja permear por la emoción. Así nombra el cuerpo, el amor, la muerte, la eternidad, el instante: “La muerte llegaría vestida de invierno/ que saldría goteando por mis pies/ Polvo eres y en polvo te deshojarás”, sentencia en Nubedad del alma (pág. 17). Tiene la certidumbre de que vivimos una suma de epífanías contadas y lo expresa así: “Llegamos al mundo con las respiraciones contadas” (pág. 19). Para ella el ser puede resucitar en los prodigios que palpitan en la vida misma: “Resucito convertida en escarcha” (pág. 20). Alude el alma como a “una vieja andariega con las alas rotas” (pág. 25). En su poema Almas al desnudo propone que el amor y el sexo están desposeídos de cuerpo: “Aquí no hay mío, no hay poseedores ni poseídos/ (pág 29).Y nos recuerda que “somos átomos luminosos/ suspendidas estamos/ sin claros oscuros que nos limiten”. Y en poemas como Poema alado (pág. 30), profundiza esa misma concepción del amor más allá de la muerte: “Aquí estoy. Sin cuerpo. Sin materia. Sin sentidos. La danza del mil galaxias me adormece”.

En el poema Ponte las alas y elévate, llega a la convicción de que “el cuerpo es la escoria de los dioses. Una malla de carne y huesos que alberga la lujuria. Traje que impide mi entrada al cielo”. En su poética hay imágenes que surgen del mar o de la hermética y enigmátrica soledad del cielo en la noche. Imágenes que descifran el destino humano, la tragedia de la humanidad, la perversión de la guerra, expresados en su poema En la mente humana, perenne la guerra (pág. 74). En el conjunto de su poemario hay una constante visión de encontrar en lo pequeño lo monumental, la epifanía y la eternidad, una visión que nos recuerda a William Blake, pero en las palabras de Yenis, el verso abraza Blake y a los dos mundos: “Esconderse bajo un grano de arena/guardar el corazón en una almeja/pasar raudo entre éste y otro día”. Hay en este poemario una promesa en la belleza y una apuesta al pensamiento sensible ante el resplandor de la aurora.

Nació en Barranquilla pero vive en Cartagena, Yenis Navarro es reconocida como periodista, y nos sorprende con la belleza y el rigor de sus poemas.

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