Hubo una vez dos pescadores que se fueron a una faena en un día cualquiera. Llevaban horas intentando pescar algo, pero ni una jaiba caía en sus redes; desesperados, en el mismo instante, lanzaron sus anzuelos y atraparon al mismo pez: uno de los anzuelos se clavó en la boca y el otro en la cola. ¿De quién era el pescado? He ahí el meollo del asunto, porque cada uno tenía hijos que alimentar y aquel animalito era, casi, casi, oro, de manera que empezó un conflicto...
-¿Tú qué quieres, que “haiga” un muerto por este pescado? -vociferó uno de los pescadores-.
-¡Que lo “haiga”!, que lo “haiga” -respondió el otro-.
Tiene mucha menos gracia y cero vulgaridades, pero ese podría ser el resumen de uno de los chistes más célebres del Cuchilla Geles, el fallecido humorista; el video está en YouTube y dura poco más de seis minutos.
Hoy no nos interesa la peculiar manera en la que los pescadores resolvieron el lío, pero sí una palabra que usó de forma errada el Cuchilla: “haiga”. Lee también: ¿Dijistes o dijiste? El terrible error que muchos cometen al hablar y escribir
Y es que no solo el Cuchilla cae en el error, así que usemos su fama para aclararlo.
Haya, no haiga
Este chiste clásico es un error común en el habla y en la escritura de algunos hispanohablantes.
Si el Cuchilla Geles resucitara y quisiera volver a echar ese cuento en “buen” español, tendría que decir:
-¿Tú qué quieres, que haya un muerto por este pescado? -preguntó uno de los pescadores al otro-.
-¡Que lo haya!, que lo haya -respondió el otro-.
El error consiste en decir o escribir “haiga” cuando en realidad queremos decir “haya”.
Haya es un verbo, se trata de la primera o tercera persona del singular del presente de subjuntivo del verbo “haber”. En palabras más sencillas: es una manera de conjugar el verbo “haber”. Lee además: Quiz: 17 preguntas para probar tu redacción y ortografía
Veamos otros ejemplos
Incorrecto: “Espero que haigas entendido”.
Correcto: “Espero que hayas entendido”.
Incorrecto: “No creo que haiga tantas personas interesadas”.
Correcto: “No creo que haya tantas personas interesadas”.
Incorrecto: “Siempre y cuando haiga cerrado bien la puerta, estarás a salvo”.
Correcto: “Siempre y cuando haya cerrado bien la puerta, estarás a salvo”.
Incorrecto: “Aunque no haiga ropa limpia, debes vestirte con algo para salir”.
Correcto: “Aunque no haya ropa limpia, debes vestirte con algo para salir”.
La palabra haiga sí existe
Ahora, la palabra haiga sí existe en el español, pero no tiene nada que ver con el verbo “haber”; su definición es, según el diccionario de Oxford Languages:
“Automóvil ostentoso de gran tamaño”. Ejemplo: “Por la zona que rodea el puerto circulan a menudo automóviles increíbles, como haigas de más de ocho metros, o últimos modelos de descapotables”.
De acuerdo con Wikilengua del español, haiga también “se refiere a cierto tipo de arte pictórico japonés”. Lee además: ¿Ciudad o “suidad”?, un terrible y constante error ortográfico en el español
Según explican en Wikilengua del español: “En España, en los años de enriquecimiento por el estraperlo (actividad ilegal que consiste en comerciar con artículos intervenidos por el Estado o sujetos a tasa), ciertos nuevos ricos, iletrados, cuando iban a comprar un automóvil y les preguntaban cuál querían respondían el más grande que «haiga». De ahí pasó a comprarse un haiga. Según señala el DRAE, suele ser un auto de origen norteamericano y normalmente se emplea con valor irónico.
“Por ser un término surgido en España, por razones de su historia y ciertas características sociales que se derivaron de ella, el sustantivo haiga con este sentido es españolismo”.
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