5 hábitos para mejorar el rendimiento académico fuera del aula

Para cumplir los objetivos trazados en el proceso de aprendizaje de manera exitosa es fundamental establecer rutinas de estudio.

¿Por qué algunas personas muestran un mejor rendimiento que otros en sus actividades académicas? Si bien algunos estudiantes han logrado desarrollar habilidades cognitivas que les permiten destacarse entre sus compañeros de clase, en la mayoría de los casos, para obtener buenos resultados y calificaciones satisfactorias, simplemente se necesita seguir una serie de hábitos que, no solo agudizan las capacidades de aprendizaje, sino que también hacen más fácil la conseguir las metas establecidas.

Especialistas en pedagogía que han investigado sobre el rendimiento académico consideran que los hábitos de estudio son la clave para lograr mejores resultados en los procesos de aprendizaje. Ya sea que los quiera implementar en su rutina o que busque compartirlos con alguien más, recuerde que lo más importante para conseguir los objetivos trazados es la disposición y la disciplina para siempre regirse por ellos (Lea aquí: 5 consejos para ayudar a sus hijos a estudiar virtual desde casa).

En medio de la coyuntura que ha alterado radicalmente las dinámicas de estudio que se presentaban hasta antes de la pandemia por coronavirus, tener sólidos hábitos que se apliquen especialmente en un escenario virtual, es contar con una herramienta invaluable para tener éxito. A continuación recogemos los más importantes y los que son más recomendados:

1. Orden y planificación

En cualquier actividad de la vida, si no es organizado ni planifica bien sus actividades, es muy difícil obtener buenos resultados. Esto no se convierte en una tarea adicional o en trabajo extra, por el contrario, es una herramienta fundamental para aprovechar de manera más eficiente el tiempo que se invierte al estudiar y realizando un menor esfuerzo.

Contar con un espacio adecuado para estudiar, limpio, cómodo, libre de distracciones y dotado con los elementos necesarios para realizar las actividades apropiadamente, es el primer paso para que el cuerpo y la mente se sincronicen en función del estudio. Así mismo, establecer un horario definido para llevar a cabo las asignaturas académicas le permite seguir un proceso gradual que impedirá que las cargas de trabajo se acumulen. Mediante una planificación estricta (dentro de lo posible), basada en el control del tiempo que se tiene a disposición y en el reconocimiento de las dificultades que se presentan al abordar un tema de estudio, es posible mejorar el rendimiento y aumentar el nivel de concentración durante el curso de su proceso educativo.

2. Haga uso de las herramientas cognitivas

No se trata de dispositivos tecnológicos que mágicamente harán que su cerebro memorice toda la información que necesita para obtener las mejores notas, pero si hace un correcto uso de las herramientas dispuestas como técnicas de aprendizaje, hasta convertir su aplicación en un hábito, podrá enfrentarse a diferentes tópicos sin sentirse intimidado por su complejidad o extensión, ya que independientemente del campo de estudio en el que se encuentre tendrá a su alcance una estrategia para abordarlos de manera firme.

Mapas mentales, fichas temáticas, organigramas, lista de palabras claves, resúmenes conceptuales, entre otros, lo ayudan a reducir el tiempo de estudio y a hacer más fluido el camino para repasar información y prepararse para los exámenes. Del mismo modo, al hacer uso de estas técnicas, se hará más fácil la comprensión y se podrá incrementar la capacidad de análisis.

3. Ejercitar la comprensión de lectura

¿Le ha pasado que comienza a leer y luego de varias líneas se da cuenta de que no estaba poniendo atención? No se preocupe, no es al único al que esto le sucede, pero es indispensable que se prepare y entrene su cerebro para leer de manera comprensiva y reflexiva.

Aunque suene a clase de yoga, al momento de iniciar una lectura es necesario asumir una actitud abierta de total recepción, dejando afuera de sus mentes las preocupaciones y dedicando toda la atención a esta actividad. Leer lento, reflexionando sobre la información que el texto ofrece, haciéndose preguntas constantemente y aclarando las dudas que se vayan presentando, es indispensable para que los demás procesos de aprendizaje se hagan de manera eficaz.

Recuerde que memorizar un texto sin comprender lo que este dice es como intentar prender una hoguera con la madera mojada, es un gasto de energía innecesario para un ejercicio que no podrá producir el resultado esperado (Le puede interesar: Despierte el interés de sus hijos por la lectura con estas estrategias).

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4. No le dé pena preguntar

Si durante una clase tiene dudas o le nacen preguntas durante la explicación del docente, no se quede con las ganas de formularlas, ni mucho menos sienta vergüenza de hacerlo. No solo es su derecho como estudiante, sino que también es una oportunidad que tiene el maestro de recapitular la información presentada y explicarla de una manera conceptual diferente a la propuesta inicial.

Una buena toma de apuntes o notas, así como el planteamiento de preguntas durante la explicación de un nuevo tema, le brindan una base sólida y nutrida que le harán mantener mucho más fácil un buen nivel académico. Así mismo, para reforzar conceptos sobre lo que no comprenda fácilmente o sobre lo que quisiera conocer con mayor profundidad, es recomendable realizar lecturas adicionales o explorar con otro tipo de materiales didácticos para aclarar las dudas en el momento inicial del proceso y no a pocas horas de afrontar un examen.

5. Estómago lleno y actitud positiva

La mente no opera de manera independiente, ni con el resto del cuerpo ni mucho menos con sus emociones. Todo hace parte de un conjunto que requiere del buen funcionamiento de cada una de sus partes para obtener los mejores resultados en cada una de las tareas que se realizan a diario, por lo que para que el cerebro adelante todos sus procesos de manera sana y efectiva es necesario que cada persona se alimente correctamente y que al momento de iniciar sus estudios lo haga con total disposición y dejando a un lado los conflictos que cada uno pueda tener.

Alimentarse sanamente y mantener un balance emocional es parte vital de la estrategia para crear hábitos de estudio que le permitan mejorar su rendimiento académico y que pueden fácilmente aplicarse en cualquier escenario laboral posterior.

Recuerde que no existen requerimientos, ni de edad ni de nivel escolar, para comenzar a implementar estas técnicas en su proceso de aprendizaje. Adquirir una rutina que le permita desarrollar con disciplina y orden habilidades para mejorar su capacidad de comprensión y lo impulsen a obtener mejores resultados académicos, es una oportunidad que vale la pena aprovechar e implementar a lo largo de cada etapa de la vida.

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