Exámenes de admisión de las universidades ¿necesitan una reforma?

A pesar de que durante décadas ha sido el instrumento de admisión en las universidades públicas, algunas instituciones y académicos han cuestionado su diseño o idoneidad en años recientes.

Las universidades no dan abasto para admitir a todos los estudiantes que se presenten ni consideran ético formar a cualquiera que pague la matrícula. Estas instituciones tienen cupos limitados para garantizar la calidad de la formación, por lo que necesitan de un proceso de filtrado y selección que les permita identificar a los aspirantes con capacidades idóneas y, presumiblemente, mayor disposición para sacar provecho de la educación que se ofrece. Este proceso de filtrado es todavía más riguroso en las instituciones públicas, cuya demanda estudiantil es elevada debido a que sus matrículas son más accesibles.

Tradicionalmente, esa admisión se ha realizado a través de un examen que se aplica a todos los aspirantes y mide sus conocimientos en diversas áreas, principalmente Matemáticas y Lenguaje. Universidades como la de Antioquia, la de Cartagena y la Nacional, entre otras, lo utilizan. Sin embargo, con el paso de los años, las limitaciones de este mecanismo se han hecho más evidentes, obligando a algunas de ellas a replantear la manera en que aplicaba dichas pruebas. De hecho, la Universidad Nacional ha comenzado a hacer lo que hacían muchas instituciones privadas: aceptar con base en los resultados de las Pruebas Saber 11°. Le puede interesar: 5 recomendaciones para pasar el examen de la Universidad de Cartagena.

Los exámenes de admisión tradicionalmente se diseñan para evaluar de contenidos y no competencias o procesos de pensamiento”.

Luis Ramírez

Una sola medida

El principal problema de este tipo de pruebas es que tienden a medir a todos los aspirantes con el mismo rasero. “Considero necesaria una reforma sustancial que posibilite el ingreso más eficaz de los estudiantes desde el perfil específico de la carrera o el programa al que deseen acceder”, afirma Luis Ramírez Castellón, directivo docente con décadas de experiencia en educación.

Ramírez añade que “los exámenes de admisión tradicionalmente se diseñan para evaluar de contenidos y no competencias o procesos de pensamiento. Eso los hace mecanicistas y no-pertinentes desde lo que se debe pretender, que es seleccionar a los estudiantes con mejores condiciones”. En este sentido, son pruebas encasilladas dentro de un modelo educativo que aún no considera al estudiante en su integralidad y de acuerdo con sus intereses.

Aunque es verdad que hay algunos ajustes hechos según la carrera del aspirante (por ejemplo, las preguntas de Matemáticas tienen más peso para quienes se presenten a las ciencias exactas, mientras que las de Lenguaje son mejor puntuadas para aquellos que aspiran a programas de las ciencias humanas), no dejan de ser pruebas insuficientes para determinar el desempeño de estudiantes en áreas como las habilidades blandas o la motivación para estar en la carrera.

“Otra opción de reforma de los exámenes de admisión debe estar encaminada a que los estudiantes sean admitidos de acuerdo con el desempeño que hayan tenido a lo largo de su educación secundaria o los resultados de las Pruebas Saber 11° (dándoles otro enfoque desde lo cultural, regional y social) donde se valoren o diferencien los elementos antes mencionados. La universidad pública debe ser para la población de los estratos más bajos, con el fin de generar mayor movilidad social”, finaliza el directivo Luis Ramírez.

El proceso de admisión en las universidades privadas tiende a ser más variado y encaminado a identificar el perfil del estudiante. Además de examinar los resultados en las Pruebas Saber, tanto los globales como los más relacionados con la carrera del estudiante, realizan entrevistas aptitudinales, aceptan pruebas internacionales, diseñan cuestionarios especializados y hasta pruebas particulares en el caso de las carreras artísticas o la medicina. Puede leer: EE. UU.: Examen de ingreso universitario ahora será digital.

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En el exterior
En países como Estados Unidos e Inglaterra, las pruebas de admisión estandarizadas se utilizan pocas veces para el ingreso a la universidad. En su lugar, lo que se busca es obtener un perfil lo más completo posible del aspirante, a través del promedio académico, los resultados en las pruebas de Estado, en exámenes lingüísticos como el TOEFL (de ser necesarios) entrevistas, pruebas específicas por carrera (como audiciones musicales o un portafolio de trabajos) y, en ocasiones, ensayos sobre sus razones para escoger el programa y la institución.

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