Ni el título universitario ni los estudios de posgrados garantizan el éxito profesional en esta época, denominada como la Cuarta Revolución Industrial, pues las demandas del mercado laboral son cada vez más cambiantes y los reclutadores de personal se inclinan por aquellos aspirantes que tienen conocimientos específicos y habilidades especiales.
La constante actualización profesional seguirá siendo tendencia, por los próximos 30 años. De acuerdo con el Foro Económico Mundial, para el 2050 la mitad de los trabajadores de todo el mundo tendrán que capacitarse en nuevos conocimientos y debido al ritmo acelerado de la transformación científica y tecnológica a nivel global, esa capacitación deberá cumplirse en el menor tiempo posible.
Afortunadamente, abundan las opciones que tienen los trabajadores para mantenerse a tono con las nuevas vertientes de sus campos: desde diplomados en las universidades, capacitaciones que proporcionan los mismos empleadores, hasta cursos y talleres en línea.
No cualquier curso o taller
No es necesario inscribirse en todos los cursos, talleres y diplomados que estén relacionado con su profesión; es esencial que con base en su experiencia, el enfoque que le quiere dar a su carrera, las vacantes a las que planea aspirar y los perfiles más demandados dentro de la industria a la que se dedica, defina aquellas opciones que lo fortalecen como candidato.
Tenga en cuenta capacitarse en habilidades blandas, que son transversales y muy valoradas en el mercado laboral, como comunicación asertiva, liderazgo, resolución de conflictos e innovación.
A la hoja de vida
Una vez esté certificado, lo que sigue es plasmar esos conocimientos en la hoja de vida, la carta de presentación ante su empleador que, en la mayoría de los casos, es la primera interacción que tiene con el reclutador a cargo del proceso de selección en el que participa.
Recuerde que lo recomendado es que el curriculum vitae no sobrepase las dos o tres hojas, debe contener una breve descripción profesional, formación universitaria, experiencia y referencias laborales. Incluya también los cursos, talleres y diplomados, teniendo en cuenta no atiborrar su hoja de vida. Si tiene dudas sobre cómo hacerlo, siga estos consejos.
1. Un apartado especial.
La formación continua, en la que se enmarcan los cursos, talleres y diplomados, tiene como fin “complementar, actualizar, perfeccionar, renovar o profundizar” los conocimiento en ciertas áreas, según el Mineducación, por lo que se considera como educación no formal.
Por esto, es aconsejado no mezclar los cursos con los títulos universitarios. Mejor, inserte el apartado ‘Formación Continuada’ en la que liste este tipo de educación, con el nombre de aquello que cursó y la fecha en la que se certificó.
2. Los más recientes.
Si ha logrado completar varios cursos, no los incluya todos en su hoja de vida, dele prioridad a los más recientes, especialmente, porque es probable que los conocimientos que adquirió hace más de dos años ya estén desactualizados. La excepción, es la formación que le otorgó una habilidad especial que no pierde vigencia o no requiere actualización.
3. Ajustar según la vacante.
Adapte su hoja de vida según la vacante a la que se postula, destacando los cursos que se relacionan con el perfil requerido y excluyendo aquellos que no. Esto, siempre y cuando tenga varios certificados.
4. No más de uno en habilidades blandas
Si bien las soft skills, definidas como competencias sociales que contribuyen al desempeño de los trabajadores en su entorno, son muy valoradas, es preciso no incluir solo cursos relacionados con estas en la hoja de vida. Si tiene más de uno, incluya el resto de las habilidades en la descripción de su perfil.
Por ejemplo, si es un administrador certificado en liderazgo y comunicación asertiva, destaque el primero en el apartado ‘Formación Continuada’ y en su descripción añada “administrador de empresas con habilidades en comunicación asertiva...”.
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