En Tierralta, alto Sinú, y en todo el departamento de Córdoba, se sabía que las Autodefensas Unidas de Colombia eran las responsables del crimen del entonces alcalde Héctor Acosta, ocurrida el 20 de febrero de 2001. Sin embargo, en medio de las audiencias Salvatore Mancuso entregó detalles del hecho y confesó que coordinaron acciones con la Policía.
El mandatario fue acribillado junto a su esposa, dos meses después de haber entregado el cargo. En las audiencias ante la Justicia Especial para la Paz, Mancuso dijo que la orden se dio luego de conocer que había hecho unos contratos por el arreglo de vías, como si los hubiese ejecutado la administración, cuando realmente fueron obras que hicieron las autodefensas con sus maquinarias. Sugiero leer: Este es el cartel de los nueve más buscados de Córdoba
"La esposa murió en el hecho, pero nada tenía que ver ella con lo ocurrido", dijo el Mono, señalando que justamente ella iba con él en la motocicleta, cuando le dispararon en repetidas oportunidades.
"Nosotros teníamos maquinaria y arreglábamos todas las vías de la región, así que hicimos el arreglo de vías y la construcción de puentes hacia Ralito, Diamante y Tolová. Luego nos enteramos que el alcalde había pasado una contratación de arreglo de esas vías como si hubiese sido la Alcaldía y no las AUC y por eso tomamos la decisión de asesinarlo", dijo ante los magistrados de la JEP.
También aseguró que se pusieron de acuerdo con la Policía de la localidad para que no fueran a capturar a los sicarios de las autodefensas, encargados de ejecutar el crimen. "Coordinamos con ellos para que no fuesen a intervenir y menos a capturar a los que ejecutarían el hecho", precisó.
Hay que indicar que el entonces alcalde llegó al cargo con el aval del exsenador Miguel Alfonso de la Espriella y la exrepresentante Eleonora Pineda. También era un secreto a voces que había contado con el respaldo de las autodefensas, tal y como lo admitió Mancuso en su declaración.
Comentarios ()