La vacunación por COVID-19 ha aumentado en el último año. Más del 25,3% de la población global ha sido completamente vacunada, según datos recientes de Our World in Data, y en Colombia se han vacunado más de 14.653.162 ciudadanos con esquema completo, de acuerdo con el Ministerio de Salud. Si bien enfrentamos la campaña de inmunización más rápida y agresiva de las últimas décadas, son varios los factores que se deben considerar para lograr un proceso de inmunidad con mayor eficacia y efectividad. Uno de ellos es una adecuada nutrición.
Es evidente que en el envejecimiento hay cambios significativos a nivel fisiológico, los cuales afectan la alimentación y nutrición de las personas adultas mayores. Dentro de estos se encuentran principalmente:
- Cambios en el sistema digestivo (que ocurren como consecuencia de la pérdida dental, alteración en la salivación y la secreción gástrica, la disminución del olfato y el gusto), y variaciones metabólicas (como la disminución de la masa muscular y ósea, déficit de la capacidad de absorber el calcio, reducción en la síntesis de vitamina D, entre otras). Todos estos repercuten en una ingesta insuficiente y una inadecuada absorción de nutrientes. (Lea aquí: Nutrición, clave para los recuperados de COVID-19)
A inicios del 2021, la Universidad de Cambridge publicó un artículo en el British Journal of Nutrition, en el que resalta la probabilidad de una respuesta inmunitaria baja en adultos mayores luego de recibir la vacuna de COVID-19, debido a las deficiencias nutricionales a las que está expuesto este grupo poblacional por su proceso de envejecimiento sistémico y fisiológico natural.
Los datos publicados se soportan en que tanto en el grupo de 59 a 69 años, como en los mayores de 70, hubo una respuesta de anticuerpos baja con una sola dosis de la vacuna de Oxford, con respecto a lo que sucedió en las personas de 18 a 55 años. Esto indica que los adultos mayores pueden no obtener una protección clínica deseada y reducir de esta manera la eficacia de las campañas de vacunación. Es por esto que los expertos recomiendan usar un suplemento nutricional que contenga las vitaminas A, B6, B9 (ácido fólico), B12, C, D y E, y los minerales zinc, cobre, selenio y hierro en personas mayores de 70 años semanas antes y después del proceso de inmunización. “La población adulta mayor en Colombia ha incrementado en los últimos años; hoy, las personas de más de 65 años representan el 7,4% de la población total, según datos de la Encuesta Nacional de Salud. Si nos detenemos a revisar, son muchos los cambios que este grupo poblacional enfrenta a nivel fisiológico, lo que nos indica que un 40% de las personas en este rango de edad puede padecer algún riesgo de desnutrición o malnutrición, ubicándonos en un panorama retador para afrontar una campaña de vacunación eficaz, como lo expone la Universidad de Cambridge”, dice Claudia Angarita, directora del Centro Colombiano de Nutrición Integral.
En Colombia, según datos de la Encuesta Nacional de Situación Nutricional (ENSIN) 2015, el 54,2% de los hogares se encuentra en inseguridad alimentaria, con 22% en inseguridad entre moderada y severa, lo que representa un factor de riesgo para la salud y desarrollo de la población.
En esta encuesta se evidencia que el 25% de los adultos padece de síndrome metabólico, que es diagnosticado cuando alguien presenta tres o más de estas afecciones: hiperglucemia (altos niveles de azúcar en la sangre), bajos niveles de colesterol “bueno” (HDL), hipertensión (presión arterial alta), altos niveles de triglicéridos y circunferencia abdominal por encima de los valores normales.
“Diferentes estudios han determinado que tener niveles bajos de vitamina D, selenio y/o zinc es un factor de riesgo importante para la infección por COVID-19. Una deficiencia de estas vitaminas y minerales tiene una relación significativa en la morbilidad y mortalidad de pacientes con el virus. En el caso del zinc, este es fundamental para fortalecer el sistema inmune, ya que disminuye la respuesta inflamatoria, mejora la producción de sustancias de defensa e inhibe la replicación viral; una intervención temprana con zinc aumenta la resistencia antiviral contra la progresión del COVID-19”, afirma Angarita. (Le puede interesar: Mujeres lactantes que hayan sido vacunadas no deben suspender la lactancia)
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