Los callos, que médicamente son llamados helomas o tilomas, son áreas superficiales hiperqueratósicas (cuando la capa externa de la piel se engrosa), que se producen porque hay traumas o rozaduras repetitivas en un área localizada del cuerpo.
Es así como a los gimnastas les pueden aparecer callos en las manos, mientras que a las personas que trabajan descalzas le salen en los pies. Aunque se presentan en todas las personas, la aparición de estos helomas es mayor en ancianos, porque el espesor del tejido graso de su piel es menor. Para prevenir los callos, se recomienda nutrir toda la piel con cremas hidratantes, incluyendo los pies, palmas de las manos, codos, etc.
Si ya padece este problema, estas recomendaciones le pueden servir:
1. Limarse los callos:
Puede remojar antes el área afectada en agua tibia y jabonosa. De esta manera es más fácil desprender la piel.
2. Use cebolla.
La cebolla concentra una cantidad importante de vitamina C, potasio, magnesio y ácido fólico, que favorecen la piel. Su jugo hidrata las áreas secas de la piel, combate las bacterias y elimina la rigidez.
Su jugo se puede untar por la noche, sellando con papel plástico para que se absorba.
3. Puede usar arcilla.
Especialistas terapeutas recomiendan mezcla una cucharadita de arcilla con aceite de oliva, restregando por 15 minutos. Después de eso, se procede a limar la callosidad.
4. Use cremas con ácido salicílico.
Este ácido elimina las células muertas de la piel y además la suaviza para evitar el bloqueo de los poros. Este componente es usado por farmacéuticas especializadas en cuidado de la piel y se puede obtener fácilmente en cualquier droguería.
No se lime demasiado
No se recomienda quitar el callo por completo ni a la fuerza puesto que puede aparecer una herida con riesgo de infectarse. La idea es ‘adelgazar’ la zona en la que está la hiperqueratosis.
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