Si bien en Colombia el uso del fármaco N-Acetilcisteína forma parte del listado de medicamentos priorizados para el manejo de pacientes críticamente enfermos como consecuencia del COVID-19, hay especialistas que van más allá y sugieren que los efectos antioxidantes de la molécula pueden, incluso, prevenir el contagio y jugar un importante rol como complemento de la vacunación.
Tal es el caso del doctor Carlos Arturo Guerrero Fonseca, coordinador del laboratorio de biología molecular del virus en la facultad de medicina de la Universidad Nacional de Colombia, quien durante sus investigaciones ha podido comprobar que “cuando se toman antioxidantes en altas dosis se evita el ensamblaje de viriones, lo que le da tiempo al organismo para reaccionar y controlar la infección. Es por esto que se recomienda el uso de N-Acetilcisteína, cuyas propiedades antioxidantes, ayudan a generar un ambiente no propicio para la replicación de la enfermedad”.
Otro punto importante para el investigador, MD. M.Sc, Ph.D., Magister en farmacología y genética, con doctorado en ciencias farmacológicas, es el papel de la N-Acetilcisteína en el proceso de inmunización. “La vacuna contra el COVID 19, en gran parte ha utilizado como base los conocimientos de inmunización previa, en influenza, VIH, adenovirus, rotavirus, etc., en dónde N-Acetilcisteína ha demostrado un impacto positivo como coadyuvante. Hay una estrecha relación entre los procesos inflamatorio, ROS y liberación de citoquinas, al igual que en los procesos de inmunomodulación y de inmunización, dado que la N-Acetilcisteína estimula la respuesta inmune tipo T, mecanismo fisiopatológico que comparte la inmunización, en este caso de COVID 19”.
Así, la N-Acetilcisteína, según Guerrero, se convierte en un complemento de la vacunación, que ayuda a promover respuestas inmunes apropiadas contra patógenos tanto a niveles innatos como adaptativos.
No obstante, en Colombia, la N-Acetilcisteína forma parte del listado de medicamentos priorizado para uso solamente en pacientes que cursan con COVID-19, como resultado de la revisión adelantada en trabajo conjunto con el Fondo Nacional de Estupefacientes, la Dirección de Medicamentos y Tecnologías del Ministerio de Salud y Protección Social y las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud - OMS y la Sociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación (SCARE).
De acuerdo con especialistas como el doctor, Abraham Alí Munive, neumólogo, intensivista e internista, director médico de la Fundación Neumológica colombiana, el N-Acetilcisteína (NAC) cobra especial relevancia en el marco de las investigaciones asociadas al COVID-19, teniendo en cuenta que estudios clínicos realizados en más de 19 países, la ubican como coadyuvante en el tratamiento del Sars-CoV-2.
“Se ha demostrado que tras la administración de N-Acetilcisteína, se logra un menor deterioro en la capacidad respiratoria, que desde el punto de vista pulmonar se llama capacidad vital y tiene que ver con la cantidad máxima de aire que una persona puede expulsar de los pulmones tras una inhalación máxima. De igual forma, entendiendo que el COVID-19 puede producir fibrosis pulmonar, existe el beneficio de análisis indirecto que revela que con la N-acetilcisteína se puede tener disminución de este daño”, aseguró el doctor.
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