El himen ha tenido una gran importancia en diferentes culturas, pues se ha relacionado el hecho de que esté “intacto” con el valor de la mujer en la sociedad. Lea aquí: 5 razones por las que las mujeres no llegan al orgasmo
Por muchos años, el himen ha sido denominado como un símbolo de pureza y castidad, pues es una prueba de la “virginidad de la mujer”. Sin embargo, el himen no tiene esta connotación desde el punto de vista médico, pues “es una membrana que no interfiere directamente con la reproducción, ni con la sexualidad de las mujeres”, explica el ginecobstetra Álvaro Monterrosa a El Universal.
Entonces... ¿Cuál es la función del himen?
Durante el crecimiento, el cuerpo crea sus propios mecanismos de defensa contra infecciones, lo que provoca que el himen se debilite y se vuelva más elástico. Esto hace que pierda su cualidad protectora y, con el paso de los años, deje de tener esa función.

Cabe aclarar que no todos los himen son iguales y que, de acuerdo con su tipo, sí podría interferir con el sangrado menstrual, como es el caso del himen imperforado. Le puede interesar: 5 pautas para hablar de sexualidad con sus hijos de forma respetuosa
Aunque la rotura del himen está asociada a la primera relación sexual, lo cierto es que este tejido es muy frágil y delgado y su rotura se puede deber a la realización de actividades físicas, como montar a caballo, a introducir o sacar tampones o con la masturbación. Además, no siempre se produce dolor o manchado de sangre cuando se rompe.
¿Qué es el himen imperforado?
Álvaro Monterrosa afirma que “el himen imperforado es una malformación congénita del tracto inferior reproductor de la mujer, que consiste en la carencia de la formación de un orificio a nivel del himen”.
Como se mencionó antes, el himen es una membrana que se encuentra en la vagina y debe tener un orificio que cumple un papel fisiológico, pues permite la salida de las secreciones naturales desde el interior de la cavidad vaginal hacia el exterior. Además, es el que permite la salida del sangrado menstrual. Lea: Las 6 dudas más frecuentes sobre la sexualidad de los jóvenes
Esta malformación solo ocurre en el 0,1% de los recién nacidos de género femenino y, según Anales de Pediatría, el Órgano de Expresión Científica de la Asociación Española de Pediatría, “constituye la anomalía obstructiva más frecuente del aparato genital femenino, presentándose normalmente de forma aislada y es muy rara su asociación con otras malformaciones”.
¿Hay síntomas?
Usualmente, esta malformación es diagnosticada de forma tardía, pues suele notarse durante la pubertad (etapa en la que las mujeres tienen su primera menstruación).
“Es importante que las niñas sean orientadas acerca del inicio de su etapa menstrual, teniendo en cuenta que la primera menstruación se presenta en la pubertad, pues en caso de que no llegue la menstruación, puede ser indicio de padecer esta condición o de otras afecciones”. Lea también: ¿Por qué la menstruación es más fuerte tras la vacuna anticovid?
Es por esa razón que, al tener el himen imperforado, se puede presentar dolor abdominal cíclico en adolescentes con amenorrea primaria (ausencia de la menstruación).
La incidencia de esta malformación se puede dar en dos etapas: la neonatal, donde puede manifestarse como un hallazgo casual o como masa abdominal y en la pubertad, ocasionando dolor abdominal recurrente y amenorrea primaria.