En al menos la espalda, brazo y oreja tenía balas Yair Enrique Almazo Nova cuando los que estaban en su vivienda, en El Pozón, se acercaron a intentar auxiliarlo, luego de que el hombre que irrumpió y disparó se fue corriendo, subió a la moto que lo esperaba y huyó.
Nada había ya por hacer. Tendido en el suelo y rodeado por la sangre que botó estaba Yair. Su pareja y cuñados no paraban de preguntarse por qué había ocurrido el brutal ataque si él “nada debía, nada había hecho mal”. Lea: ¡Sin compasión! Sicario entró a su casa y lo mató a bala frente a su familia
“Eso sucedió a las 7 de la noche del miércoles. Habíamos llegado minutos antes a la casa y nos quedamos reunidos en la terraza, como acostumbrábamos hacerlo. Él me dijo que me cambiara para ir a comer helado, así que entré al cuarto y lo dejé con mis hermanos. Salí al escuchar los disparos. Fueron seis”, relató la pareja de la víctima mientras reclamaba su cuerpo en Medicina Legal.
El último contacto que tuvo con el hombre con el que vivía hace dos años fue el beso en la pierna que recibió antes de irse a la habitación. Asegura estar desconcertada con lo que sucedió. Confiesa que Yair se lo contaba y todo y nunca dijo algo sobre algún problema.
Con testigos
Almazo Nova falleció frente a familiares. Fueron varios los que vieron cuando la moto llegó a la calle El Cartucho, en el sector Primero de Mayo, el que iba de parrillero se bajó, amagó con acomodarse los zapatos, sacó el arma y se dispuso a cumplir con lo encomendado. Siga leyendo: Reaparecen las balas en Los Campanos: sicario dispara a mototaxista
Los que estaban en la casa fueron testigos del atroz asesinato del ‘Mono’ y la rápida huida del pistolero y su cómplice. Sin embargo, nada pudieron hacer para evitar la tragedia; ahora solo esperan que la Fiscalía investigue, resuelva el misterio y dé con los responsables. Le interesa: Video: Así murieron los 2 conductores en violento choque de auto y “mula”
La Policía reportó este homicidio, pero no entregó más detalles sobre los posibles móviles del crimen. Yair era vigilante, tenía 28 años y dejó dos hijas pequeñas.
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