Facetas


Grupos de danza folclórica, adaptándose a la virtualidad

Los grupos folclóricos tienen un mayor desafío en medio de la pandemia para lidiar con la virtualidad y generar ganancias.

IVIS MARTÍNEZ PIMIENTA

08 de noviembre de 2020 12:00 AM

¿Las sensaciones que afloran con una presentación en vivo pueden atravesar las pantallas?

Dixon Pérez González, director general y artístico del multitudinario Conjunto Folclórico Nacional Ekobios, cree que quizás, pero esta es solo una de las formas en las que la pandemia afecta a grupos culturales como ellos, obligándolos a cambiar la forma en la que venían trabajando.

La danza, que se conmemora cada año desde 1982 en abril, no es el resultado de la conjunción de algoritmos en un computador, ni lleva a un producto final tangible, es por eso que, a diferencia de otros oficios, la virtualidad puede jugarles en contra, porque la danza hay que sentirla; transmite al son de los movimientos y nos entra al alma al sonido de los tambores, con golpes que nos llegan al oído y nos hacen querer bailar. Por eso es descrita como “un medio de expresión que traspasa en su diversidad barreras culturales, políticas y étnicas”.

En la investigación ‘La virtualidad como elemento disolutivo del objeto artístico en el arte contemporáneo’ se describe que la tecnología ha abierto el ángulo de cobertura de la mirada hacia un mundo que no es real, pero que finge serlo. “Es el mundo del simulador que reproduce la realidad sin ser la realidad, fabricando los posibles eventos desde la lógica de la cibercultura. Viajeros de la información transitan grandes conductos electrónicos sin trasladarse ni un centímetro de su asiento”. Entonces hay que apelar al hiperrealismo de la simulación, “que se traduce por doquier en el alucinante parecido de lo real consigo mismo”. Pero seamos sinceros... eso muchas veces no se logra.

“No estábamos acostumbrados a manejarnos desde la virtualidad, esto nos ha afectado para realizar nuestros eventos incluso para el 2021. Todo ahora debe ser virtual. Hay que reinventarnos (que es la palabra de moda) y eso ha sido muy tenaz desde todos los puntos de vista. Hemos tenido que aplazar viajes en Colombia y a otras partes del mundo.

“La virtualidad es buena y mala, te da y te quita. A veces está uno hablando en un conversatorio y se cae la red, si lo hacías presencial sentías mejor el contacto con el público, con los hacedores culturales, con la gente de los colegios, los niños... y era una forma hermosa. Eso es difícil a través de una cámara, es como algo del otro mundo”. Lo dice Dixon, que ha tenido que batallar con el distanciamiento físico; el hecho de no querer que nadie se le acerque por temor a un contagio que pueda entorpecer los planes que hay, pese a este 2020.

Desde el punto de vista económico, a Ekobios le cancelaron alrededor de 30 actuaciones tanto corporativas, como eventos sociales, bodas y bautizos. “No hemos estado interactuando con la gente, quienes vienen de otros países, quienes nos contratan. Ekobios es una de las compañías que, gracias a Dios, se mueve bastante en esta ciudad, pero los músicos, bailarines, vestuaristas y mi persona no tenemos ingresos y ha sido duro. Nadie se lo esperaba”, dice.

En la nueva realidad, hay softwares para posibilitar la venta de tiquetes a eventos 100 por ciento virtuales, plataformas para eventos online live streaming y un sinnúmero de herramientas que, pese al auge, en países como Colombia apenas están empezando a usarse, teniendo en cuenta la desconfianza hacia lo que no podemos ver de cerca, o tocar.

“Hemos hecho proyectos, videos, pero son cosas que apenas van a entrar, están en fase de aprobación. Estamos esperando respuesta; en caso que ganemos algunos proyectos, todo tiene que ser desde el punto de vista virtual. Sí nos sirve la virtualidad aunque no es lo mismo, hemos tenido, por ejemplo, que acomodar los precios del espectáculo porque la gente está pidiendo economía para sus eventos, y la competencia está fuerte”, dice Dixon.

“En Internet uno puede mirar videos, pasos de ballet, nos nutrimos como personas, como creadores, no para copiarnos. Es una herramienta nueva que debemos utilizar”.

PREPARADOS PARA ESPERAR

Aunque a las medidas establecidas en el Decreto 475 de 2020, que busca mitigar el impacto del COVID-19 en el sector cultura, se sumó un nuevo mecanismo que busca auxiliar a los artistas y gestores culturales más vulnerables del país, a través del programa Ingreso Solidario, muchos no han podido ser acreedores de tales ayudas. Y, bueno, personas como Dixon entienden que deben tener paciencia.

“Hay que ser sinceros con esto, desde el Distrito y desde el Ministerio de Cultura se podría decir que hasta este momento no ha llegado ninguna clase de ayudas; hemos mandado listado; hemos estado inscribiéndonos, proyectos, pero hasta el momento estamos esperando los resultados. No puedo dar un testimonio porque la pandemia está vigente, el país... el mundo está paralizado, tenemos que ser prudentes, pasivos y permisivos para esperar todas estas ayudas”.

Los bailarines, al igual que muchos sectores, desde ningún punto de vista estaban preparados para afrontar esta pandemia y, como dice el director de Ekobios, “ya esto se ha convertido en un estilo de vida sin darnos cuenta, el tapabocas, el gel, el alcohol, el distanciamiento social, éramos una sociedad que no estaba acostumbrada. Sin desmeritar, en otros países hay una manera distinta de comportarse, de ver la vida. Nosotros, en el Caribe, somos distintos, desinhibidos y esto nos ha afectado desde muchos puntos de vista; no somos las mismas personas. Vivimos con zozobra, miedo e incertidumbre. ¿Será que nos volveremos una sociedad introvertida?, eso es peligroso”, teme.

“Creo que la economía naranja es contraproducente desde la virtualidad, funcionaba bien desde la presencialidad, era muy loable y proactiva. Todos los proyectos a través de la virtualidad no funcionan, hay muchas barreras: la luz, la red. Directamente nos cambió la vida para siempre y yo, sinceramente, espero que la pandemia, pese a todo, sea un bien para la humanidad”, clama.

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS