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Biopolímeros, un enemigo incompatible

Si estás interesado en un procedimiento estético... ¿Cómo saber que no te inyectarán biopolímeros?, una cirujana plástica nos explica.

VALERIA VIAÑA PADILLA

27 de diciembre de 2021 10:57 AM

Poco menos que un calvario vivió cuando comenzó a padecer las consecuencias de haberse inyectado plástico, sin siquiera sospecharlo. Ese podría ser el comienzo de la historia de Jessica Cediel, Lina Tejeiro, Natalia París, Lady Noriega, Elizabeth Loaiza, Catalina Acosta, María Mónica Urbina, Yina Calderón o cualquier otra persona, famosa o no, que haya sido víctima de los también famosos, pero increíblemente dañinos biopolímeros. Lea también: Qué hacer si quiere practicarse una cirugía plástica en Cartagena.

Se trata de un problema que ha aumentado casi tanto como el afán de los seres humanos por encajar en los estándares sociales de belleza y que, advierte la cirujana plástica cartagenera Omaira Espitaleta Núñez, es una práctica absolutamente peligrosa. “Los biopolímeros no son compatibles con el cuerpo humano. Lo único recomendable es el ácido hialurónico, y por lo general se aplica en el rostro”, dice Espitaleta.

Y es que los biopolímeros son macromoléculas sintéticas que en ocasiones se utilizan de forma ilegal en el campo de la Medicina Estética como material de relleno tisular, provocando múltiples complicaciones tanto locales como sistémicas; algunas veces se manifiestan de forma inmediata, otras, años después, e incluso pueden llegar a poner en peligro la vida de los pacientes.

80%
del gel de biopolímeros puede ser removido del paciente, pero no el 100%, ya que puede migrar a áreas vitales como huesos, músculos o tejidos.

¿Pero entonces qué es lo que sí se pueden inyectar quienes deseen mejorar la apariencia de su cola, de su rostro o de cualquier parte del cuerpo?, ¿cuál es la diferencia entre los biopolímeros, el bótox y el ácido hialurónico?, la experta nos cuenta.

Biopolímeros vs. ácido hialurónico

El bótox, los biopolímeros y el ácido hialurónico son cosméticos para belleza que suelen utilizarse dentro de la especialidad de reconstructiva de la cirugía estética, pero entre ellos hay una diferencia muy grande que muchas veces los pacientes ignoran y que los charlatanes aprovechan.

Según explica la doctora Espitaleta, el biopolímero es una silicona industrializada que, al inyectarse dentro de los tejidos blandos, produce una cantidad de siliconomas (pequeños tumores o bolitas que se producen al no ser compatibles con el cuerpo humano), a diferencia del ácido hialurónico; en este último caso, se trata de partículas biodegradables de metacrilato que sirven para rellenar los surcos profundos y que se aplica dependiendo del tipo de surcos: si son profundos, más lineales o menos arrugados. El ácido hialurónico sí es compatible con el cuerpo humano.

“Hay quienes se dejan colocar cantidades exuberantes de productos y ni siquiera saben qué es. Ahí es donde vienen las secuelas que dejan los biopolímeros”, resalta la doctora Omaira, y sostiene que, en muchos de los casos, las víctimas de algunos “profesionales” sin escrúpulos -usan biopolímeros sabiendo que no deberían- son personas que solicitaron cirugía para aumentar los glúteos.

50%
de la población femenina en Colombia ha manifestado su interés en “retocar” sus mejillas, labios y senos, según la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica.

“La jeringa de ácido hialurónico viene por un centímetro, es decir, muy poquito y esa cantidad es muy costosa. Cada jeringa de este ácido cuesta cerca de un millón 700 mil pesos, entonces si vienen de un centímetro, ¿cuántas necesitarías inyectar para rellenar los glúteos y que solamente dura un año? Si le dicen a una persona que le van a ‘hacer’ unos glúteos (a rellenarlos) con este ácido, es pura y física mentira, lo que pasa en verdad es que utilizan productos siliconados industrializados -que terminan siendo dañinos-.”, aseveró Espitaleta Núñez.

El uso de biopolímeros está restringido en Colombia, pues su uso estético compromete el estado clínico, la salud y la seguridad de los pacientes, por lo tanto no puede ser usado ni comercializado ya que es considerado un producto fraudulento. Están prohibidos por la FDA y por las autoridades sanitarias en Europa.

“Hay muchas opciones quirúrgicas para los glúteos, como injertar su propia grasa que se saca durante una liposucción de abdomen, brazos o piernas, y con esas cantidades se pueden rellenar algunas partes. Algunos lo usan para mamas y es permitido en cualquier parte del cuerpo, de acuerdo a la experiencia de cada uno, y donde más dura es en los glúteos, porque es la zona que más crece”, agrega la especialista. Este injerto no se rechaza fácilmente porque es de la misma persona. “Mejor acudan a esa decisión y no se pongan otra cosa para hacerlas crecer”, dijo, y sugirió que lo mejor es tocar la puerta de un buen cirujano plástico que asesore y trate de acuerdo a cada persona.

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¿Y los biopolímeros?

“El mal comportamiento del biopolímero en el cuerpo humano se debe a que no es compatible.

Lo mismo pasa con el bótox cuando muchas veces se colocan la toxina botulínica para muchas otras cosas, y solo esa toxina botulínica sirve para quitar las líneas de expresión en unas cantidades específicas para el cuerpo humano. Cuando colocan cantidades exuberantes, se producen anomalías y asimetrías en la cara, porque no saben con cuántas unidades se trabaja en cada arruga”, precisó.

Para este procedimiento sugiere conocer qué tipo de toxina botulínica se colocará la persona, pues existen unas tipo A que vienen con una proteína especial y se aplican para abrir las líneas de expresión en la cara, y no debe pasar de las 100 unidades. Por lo general son 50 unidades las que se aplican en rostro.

5 mil a 10 mil
personas en Colombia acuden a centros médicos por extracción de biopolímeros.

De acuerdo con la doctora Espitaleta, mientras los efectos del ácido hialurónico duran máximo, “el biopolímero dura para toda la vida y deja unas secuelas impresionantes en el cuerpo humano”, por eso, recomienda a todas las personas interesadas en someterse a un procedimiento estético que investiguen. Que busquen a profesionales avalados por las sociedades médicas colombianas y que no terminen, en el afán de ahorrar dinero, ganándose un calvario que, incluso, puede llevarlos a la muerte.

¡Peligro!

De acuerdo con el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima), inyectar biopolímeros es peligroso porque:

-Pueden desencadenar una excesiva reacción inflamatoria en el cuerpo (granulomas), debido a que el organismo identifica al biopolímero como un objeto extraño y se desencadena una reacción defensiva.

-Pueden migrar del lugar donde fueron infiltrados, creando complicaciones a distancia.

-Por desconocimiento, tienen poco control sanitario en el ámbito de la prestación de servicios, lo que aumenta el riesgo de complicaciones y efectos secundarios por infección.

Perfil de la cirujana

La doctora Omaira Espitaleta Núñez se graduó en 1992 en la Universidad de Cartagena. Tiempo después se especializó en la Universidad Pontificia El Salvador de Buenos Aires (Argentina) como cirujana plástica y en este énfasis lleva veintiún años ejerciendo, veinte de ellos trabajando en la Clínica Cartagena del Mar como cirujana plástica reconstructiva y estética. También se especializó en Medicina Estética en la Universidad Jhon F. Kennedy, en Argentina.

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