Facetas


Macta, llega... polémica entre lo bacano y lo vulgar

La canción más escuchada en las fiestas de noviembre en Cartagena es una champeta que ha causado controversia por su contenido y lenguaje. Análisis.

JAVIER A. RAMOS ZAMBRANO

16 de noviembre de 2021 09:23 AM

“Yo se lo dije, que la rayaba. No me creía, la muy cachona. Hasta que un día, me dio papaya. Y con la loba, yo lo pillé...”. Dudé en escribir en este artículo parte de la canción porque, en principio, uno cree que todos la han escuchado y es mejor ir al grano, porque, como dicen por ahí, “está pegada”, tanto que algunos la catalogan como la canción de las fiestas de noviembre. También lo dudé porque seguramente así como muchos la bailan, otros la rechazan, sobre todo por el lenguaje que jamás se había escuchado en una champeta cantada por una mujer: “...Y mi mamá dizque: ‘No te metas en esa mondá’.

Y yo: ‘¿¡Cómo!?’

Macta, llega, Macta, llega, que acá está el tuyo con una loba...”, dice el coro.

La canción producida por DJ Dever e interpretada por una joven conocida en el mundo de las redes sociales como la Toxi Costeña tiene más de 2 millones de visualizaciones en YouTube en menos de un mes. Tanto ha sido el éxito que algunas emisoras de la ciudad también la ponen, aunque con un pitido en las -como me decían mis padres- “malas palabras”.

Mucho he leído ya en las redes sociales donde unos se quejan y otros se la gozan, y no me alcanzaría el espacio de esta página para sacar una conclusión, por eso preferí buscar tres puntos de vista que me hablaran de este fenómeno, desde lo cultural, el feminismo y el champetúo. Le puede interesar leer la columna de opinión Macta, llega...

Ricardo Chica, docente e investigador, Doctor en Ciencias de la Educación; comunicador social; conferencista internacional en varias universidades de México, Cuba y Colombia sobre el tema de la cultura popular y su relación con el cine, la música y la vida cotidiana, asegura que la canción Macta llega aparece en un contexto “machista y penecentrista”. “De manera que, en nuestra sociedad, las mujeres no hablan así. Eso significa que la canción es disruptiva, es decir, que desafía la convención establecida sobre cómo deben comportarse las mujeres o cómo deben pensar. Y quizás es más disruptiva porque utiliza un elemento penecentrista, como lo es la palabra ‘mondá’, para narrar un acontecimiento cotidiano. Esta canción es disruptiva, no tanto porque es del género champeta, sino porque la canta una mujer que desafía un sistema que inferioriza a todas las mujeres, pues, la verdadera ideología de género es el machismo”.

Otro elemento que destaca Ricardo es la historia misma de la canción. “Si te das cuenta, la pieza es producto de la conversación cotidiana en las redes sociales. Prácticamente Macta llega es una producción colectiva, grupal, barrial y por eso es de la entraña más popular, lo único que necesitaba era una producción y en ese sentido DJ Dever fue muy acertado, porque la canción está pensada y diseñada para su circulación y su consumo en redes sociales. Se trata de toda una experiencia que aclara cómo funciona la comunicación en el siglo XXI, es lo que hay y es lo que es. El gran artista Andy Warhol lo anticipó hace más de cuarenta años, cuando dijo: ‘En el futuro cada quien tendrá sus quince minutos de fama’, pues, bien, Macta llega es un excelente ejemplo de eso”, puntualiza.

La visión feminista

Sin embargo, desde el feminismo el rechazo a la canción ha sido rotundo. Dunia León Fajardo, coordinadora en Bolívar del Movimiento Ruta Pacífica de las Mujeres, asegura que con esa canción se sigue con los estereotipos del patriarcado. “Por un lado, invita a que las mujeres sean enemigas, el estereotipo de que las mujeres tienen que ser rivales, sobre todo rivales por los hombres. El estereotipo de que la mujer no es inteligente, pero que es muy chismosa, como la chismosa que el patriarcado nos quiere vender. Y lo otro es el hecho de que lo que se busca es que las mujeres peleen; y siempre que hay dos mujeres peleando puede ser por cualquier otra cosa, sin embargo siempre dicen que están peleando por un hombre, reforzando esa mirada patriarcal, esa que dice que el hombre es la última Cocacola en el desierto, donde las mujeres están en función de él”.

Dunia reconoce que la canción tiene un ritmo que “pega”, y que las mujeres también cantan y que no interiorizan que es una letra ofensiva. “El hecho de que sea mujer la que lo cante refuerza esa imagen: la mujer que anda con otro hombre es la loba, la sinvergüenza, no es una mujer que también pudo ser engañada por el hombre, cuando algunos hombres quieren tener dos y engañan a la una y la otra”. Lea además: La champeta de Shakira

Le digo, Dunia, pero la mayoría que la baila y canta dice que no hay que tomarse la letra “tan literal”. “Creo que sí hay que tomar la letra literal porque son esas canciones las que van penetrando nuestras mentes, nuestro cuerpo, y eso va reafirmando esas posturas del patriarcado”, responde.

¿Y los que defienden la libertad de expresión? “Sí, todo el mundo tiene libertad de expresión, pero esa libertad llega hasta el punto donde no ofenda. Esa canción no ofende a una persona en específico, sino a todo un colectivo, que somos las mujeres, y lo más triste es que sea una mujer la que lo haga, es más duro”.

Eso significa que la canción es disruptiva, es decir, que desafía la convención establecida sobre cómo deben comportarse las mujeres o cómo deben pensar”,

Ricardo Chica.

Entre lo vulgar y el vacile

Rafael Escallón es uno de los que más sabe de champeta. Le pregunté sobre esta canción y me envió un texto larguísimo que trataré de resumir acá: “En Asomusichampeta nació una preocupación sobre cómo ese nuevo tema podría afectar la imagen de la champeta... Es innegable que el tema se tomó las redes sociales, las calles de Cartagena e incluso algunos medios masivos, una pieza sonora llena de polémica, que abre diversos debates. Para algunos desde la moral plantean solo el tema de lo ‘vulgar’ o ‘estratégico’, desde lo negativo que puede ser este tema para la conceptualización de la champeta como género, y lo ‘plebe’ de una palabra en específico: la mondá. Es una mala palabra en nuestros imaginarios... En Cartagena no solo se refiere a genitales, sino también algo que es extraordinariamente positivo o negativo, dependiendo el contexto, y también se asocia a la ausencia de dinero en su modificación ‘mondao’. En la canción se refiere literalmente como ‘cosa dificultosa que se descubre’, sin referirse ni a genital ni a la ausencia de cómo es su real etimología, ni tampoco a ‘hecho genial’ como también suele utilizarse.

“El origen de este tema fue un fenómeno anterior a DJ Dever que se dio en las redes sociales, pero me llama la atención que, aunque él dice en esta versión champetúa ‘es un vacilón’, la realidad es que temas como estos se convierten en mucho más que eso. Algo que sí podría preocuparme más que esa palabra en cuestión, son las frases: ‘Yo se lo dije, que la rayaba’, ‘tira piedra, tira peñón, dale duro al malparido’, es decir, que todo el tema de ‘lo vulgar’ y de las supuesta mala palabra no distraiga de contenidos que normalizan la violencia.

En cuanto a la champeta, como persona al frente de su Plan Especial de Salvaguardia de esta como Patrimonio, y como investigador de esta cultura que soy, sí que llamo a la responsabilidad de nuestras letras con nuestros públicos y nuestro patrimonio, ya que ningún tema es de relleno y ningún tema es solo un ‘vacile’, pues todo lo que hagamos repercute en nuestra identidad y las posibilidades de poder de nuestros cantantes, productores y ciudadanías champetúas en general. Para mí la ‘vulgaridad’ no es un factor de medición porque la misma palabra ‘vulgar’ y ‘plebe’ tienen fundamentos en el pueblo y las culturas populares, pero me preocupa la normalización de violencias que se disfrazan en vulgaridad cuando en realidad son actos y acciones de daño físico a una persona solo por la justificación del amor romántico. A medida que pasa el tiempo, la champeta tiene más derechos, pero también adquiere más responsabilidades, así que siempre es bueno examinar todo contenido y no solo creer que la vida es un fenómeno donde nada se evalúa ni se entiende”, escribió. Lea aquí: ¿Picó, pick up, picop o picap?

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