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[Video] El exboxeador Alfredo Pitalúa Hernández, otra gloria olvidada

Mientras triunfaba en el cuadrilátero, ‘El verdugo de los mexicanos’, como le llamaban, era visto a lo lejos por uno de sus más fieles admiradores. Hoy lo acompaña en las malas.

CRISTIAN AGÁMEZ PÁJARO

06 de septiembre de 2021 08:00 AM

La potencia de sus golpes certeros le valieron a Alfredo Pitalúa Hernández su renombrado apodo de ‘El verdugo de los mexicanos’. Todavía hay quienes recuerdan sus hazañas en el cuadrilátero, peleas con diversos boxeadores de talla internacional que no le dieron la talla. Que fue a pelear, reemplazando a otro colombiano, el título mundial de peso ligero. Que perdió esa pelea, pero siguió siendo orgullo de Colombia, porque en México, donde vivió diez años noqueando y ganando, ‘El verdugo de los mexicanos’ era tan aclamado como venerado. Vivía entonces su propia época dorada, resplandecía su carrera en aquella década de los 70.

Alfredo Pitalúa nació el 12 de diciembre de 1953, en la Cartagena barrial de La Candelaria. Se comenzó a formar como boxeador de la mano de su hermano materno Rodrigo “Rocky” Valdez Hernández, la grandiosa leyenda y dos veces campeón mundial de los pesos medianos. Rodrigo llevó a su hermano Alfredo al gimnasio Chico de Hierro cuando tenía solo 14 años y ahí empezó a combatir en el ring, dio sus primeras peleas y aprendió el swing que lo llevaría a pelear, en principio, en veladas nacionales y, luego, a brillar con luz propia en escenarios internacionales en Francia, Rusia, Dinamarca, Noruega y otros tantos países, que ya no recuerda bien pero que le valieron un importante renombre que, si bien se ha diluido en el tiempo, hay quienes no lo olvidan, y quienes incluso los recuerdan con una emoción desmedida: como si estuvieran viviendo hoy aquella época tan lejana. (También le puede interesar: Rocky Valdez, el alegre, valiente e inteligente que nos llenó de gloria)

La página especializada en este deporte boxerlist.com reseña que este boxeador de peso ligero tuvo su debut el 23 de octubre de 1972. Que tuvo 43 combates: 30 ganados, 11 perdidos y 2 empates... aunque fueron más peleas las que disputó.

A lo lejos, en una Cartagena amante del boxeo, con varios exponentes que le daban gloria a la ciudad, ‘El verdugo de los mexicanos’ era visto y admirado por un personaje quizá un tanto anónimo. El nombre de ese fan es Félix Barrios De Los Ríos.

[Video] El exboxeador Alfredo Pitalúa Hernández, otra gloria olvidada

Alfredo Pitalúa en su época de boxeador.

Otra vida, otros sueños

Hoy no habla. A sus 68 años, Alfredo Pitalúa no puede pronunciar bien las palabras —en parte porque la prótesis dental que tiene no se le ajusta a su boca y no le funciona realmente muy bien—, poco se le entiende lo que dice, pero su lucidez es algo que los años no han mermado. Tiene los pies bien puestos sobre la tierra y aún dibuja, bien también, sus puños en el aire. Aunque la gloria se haya fugado por un agujero en el tiempo, aunque el dinero se haya acabado, aunque tenga muchos años sin alguna noticia de su familia mexicana, él sigue luchando por llevar una vida medianamente tranquila. En eso lo ayudan su familia colombiana, unos hermanos, que lo alojan, le dan alimentos y algún dinero de vez en cuando, con los que está muy agradecido. (También le puede interesar: Unidad Deportiva Rocky Valdez, sueño hecho realidad)

Pero hay un tesoro que le ha dejado el boxeo y es invaluable: un fanático, quizá el mejor de los fanáticos que cualquier deportistas desearía tener. Es el mismo Félix Barrios De Los Ríos, un cartagenero que siempre lo siguió tras la pantalla, que alcanzó a conocerlo cuando era boxeador, pero que le había perdido la pista y que, un día cualquiera, se lo encontró en una fila del Sisbén.

“Yo le dije: ¡Alfredo Pitalúa!, ¿eres tú?”, recuerda Félix, quizá con la misma emoción de la escena que narra. Desde entonces comenzaron a ser amigos. Es una amistad que se ha fortalecido con los años y que ahora es más robusta, se acompañan en las buenas pero, sobre todo, en las malas. Esas por las que pasa ahora ‘El verdugo de los mexicanos’.

En parque de Olaya Central

“Nos encontramos con uno de los grandes boxeadores de Colombia llamado ‘El verdugo de los mexicanos’”, dice Félix, presentando a su gran amigo, en el parque de Olaya Central. “En México no tuvo rivales, ganándole a grandes boxeadores como a Lupe Galindo y a una de las grandes estrellas de México: Vicente Saldívar. Yo todo el tiempo fui su ídolo (quiso decir: fan), desde que él comenzó el boxeo aquí, en Cartagena. Era bueno, bajaba la cintura y metía un reto derecho, metía un gancho y el tipo caía. Tenía un reto de derecha mortífero”, relata Félix, quien recuerda casi que cada pelea con cada contrincante de su amigo.

Además de su amigo, Félix es la voz de Alfredo. Es su intérprete para esta entrevista, pues le entiende bien todo aquello que el exboxeador quiere decir y lo traduce para nosotros. “Cuando fue a pelear el título del mundo, iba era un colombiano llamado Mano de Hierro Asprilla, pero tuvo un incidente y mandaron a Alfredo, que era cuarto en el ranking mundial”, narra.

¿Usted siempre le siguió la pista?

- Desde que se fue hacia México.

¿Y cuánto tiempo duró usted en México?

- Aproximadamente hace diez años (responde Félix).

¿Y por qué se regresó a Colombia?

- Porque el hermano Rodrigo Valdez le dijo que se viniera porque aquí lo iban a ayudar a encontrar un trabajo y para ayudarlo monetariamente, pero resulta que todo quedó en veremos.

“Si él hubiera sido campeón del mundo, no me hubiera conocido. Ahorita que yo le estoy contando la historia a él y él también a mí, nos hemos encontrado en un barrio donde jugamos dominó, hacemos meriendas y ahí recordamos. Yo le digo: tú eras mi ídolo. Ahora somos amigos, compartimos lo poquito que conseguimos, que si la comida, la platica, la ropita”, cuenta Félix.

“Tiene una situación económica mala, la subsistencia es poca, no hay dinero para el transporte: la Comisión Nacional de Boxeo no lo ha ayudado en nada y el Consejo Mundial de Boxeo tampoco. No tiene ayuda de nadie”, aboga Félix, a lo que Alfredo asiente. “Necesita varias cosas -prosigue-, una ayuda económica y una ayuda humanitaria, una prótesis dental porque la que tiene se le cae; ropa, dinero, muchas veces le toca irse a pie hasta Zaragocilla, a donde su hermano, que lo ayuda con dinero, o a cualquier otra parte, al médico, porque no tiene plata”.

Volver a verlos

“Ya nada puedo hacer para cambiar el pasado pero sí el futuro, me gustaría saber de ti, cómo eres, qué te gusta hacer, en qué trabajas (...) Feliz cumpleaños, papá, deseo pronto ir para allá y darte besos y abrazos, y que me llames hija, lo deseo mucho”, dice parte de una carta firmada por Ana Pitalúa, una de los hijos que Alfredo dejó en México hace mucho tiempo y de los que no ha tenido noticias en muchos años. Ella, hace unos años, logró ubicarlo en Cartagena preguntando, a través de Facebook, por un boxeador de apellido Pitalúa, cuya madre se llamaba Perfecta Hernández.

“Él a veces, cuando habla con nosotros, sí nos cuenta sobre la familia que dejó en México, su esposa y cuatro hijos, que le gustaría volverlos. A veces llora por eso. Quisiera hacerles siquiera una videollamada pero les perdió la pista hace varios años”, explica Jorge Luis Pietro, otro de esos amigos de Olaya Herrera que Alfredo se ha encontrado en el camino. Alfredo viste ahora una camisa blanca con un tapabocas que se le cae, un pantalón roto y tiene en sus manos varias fotos y un afiche de hace 42 años, cuando peleó el título mundial... Le dan alegría y le recuerdan sus momentos de gloria.

¿Siente que el boxeo es un deporte ingrato?, le pregunto.

“Él dice que no, porque es bacano, pero yo te diría lo contrario, que sí, porque se olvidan de los boxeadores”, responde al mayor fan de ‘El verdugo de los mexicanos’.

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