¿Deben suspenderse los caballos cocheros en Cartagena?

Caballos con heridas, cascos agrietados y en pésimas condiciones en las pesebreras de Marbella y Chambacú son algunos de los puntos que refiere el informe de la Procuraduría Provincial de Cartagena respecto a la situación de los caballos cocheros, que una vez más son objeto de debate en la ciudad.

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El informe fue el resultado de un requerimiento que hizo el ente de control a la Alcaldía de Cartagena, en el cual pidió información sobre la salud de los caballos y el estado de las pesebreras. La información fue allegada por la Unidad Municipal de Asistencia Técnica Agropecuaria (Umata), encargada de los animales, y por el Departamento Administrativo Distrital de Salud (Dadis), que hace revisión a las pesebreras.

Sin embargo, las conclusiones que arrojó el estudio fueron contundentes: por una parte, el Dadis sugirió clausurar o suspender los servicios de las pesebreras y reubicarlas en otro sitio; y por otra, la Procuraduría pidió al alcalde y a las dependencias relacionadas retirar del servicio a los caballos que no estén en condiciones para prestar el servicio de coches turísticos.

Las opiniones están divididas. Mientras los cocheros creen que estas condiciones pueden superarse y se puede seguir adelante con el servicio, otros piensan que ya es hora de eliminar esta práctica y buscar otras alternativas que no involucren a los animales.

Fidel Azula es uno de esos ciudadanos que asegura que la problemática no se soluciona reubicando las pesebreras.

“La problemática no son solo las pesebreras, ese es uno solo de los problemas. Los cocheros violan el Código Nacional de Tránsito que dice que los vehículos no automotores no pueden transitar por vías principales, a pesar de eso, hay cocheros que van por la avenida Pedro de Heredia o la avenida Santander”.

Azula agrega que también hay violaciones en cuanto al cupo de los coches, que según el Decreto 056 de 2014, que los regula, no debe sobrepasar de cuatro adultos. “Se ven hasta seis y siete personas”, afirma.

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Para el ciudadano, activista en este proceso, el servicio debe suspenderse inmediatamente. “¿Qué vamos a esperar? ¿Que haya una tragedia? ¿Que mueran más caballos? ¿Que un caballo desbocado le haga daño a alguien? Ya esto reclama una sustitución, hay que poner coches eléctricos y que sean los cocheros quienes los manejen”, propone.

Y agregó: “La tendencia mundial es hacia la sostenibilidad, todas las ciudades turísticas del mundo están enfocadas hacia eso: un turismo amigable, responsable, humanitario y social. Que la gente llegue y vea cosas bonitas, protección de la naturaleza y cuidado del medio ambiente. Aquí vamos para atrás, violando las reglas y maltratando a los animales”.

Tras el informe, la Asociación de Cocheros de Cartagena no tardó en reaccionar y aseguraron que su servicio está regulado y que por ello se hacen controles permanentes.

“La Umata realiza controles cada quince días en las diferentes pesebreras, los funcionarios de esta entidad llegan a verificar cómo están los caballos. Pero es importante tener presente que el caballo, como todo ser viviente, está expuesto a situaciones que no podemos controlar. Por ejemplo, estos animales sufren mucho de cólicos y nosotros cuando ocurren este tipo de situaciones socorremos al caballo de manera inmediata”, expuso Julio Martínez, vocero de la asociación.

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Igualmente, señaló que “ningún gremio es perfecto” y que como cocheros “no están negados nada”. De hecho, su intención es mejorar las condiciones de las pesebreras a través de un comodato y construir un “parque recreativo” donde los niños puedan interactuar con los caballos y se realicen exhibiciones.

“La gente quiere a los coches. Esta es una actividad tradicional y cultural de la ciudad”, finalizó Martínez.

El Universal consultó con Luisa Horta, directora de la Umata, para conocer las acciones que emprenderán tras el informe de la Procuraduría, a lo que respondió que la entidad se encuentra en el proceso de certificación de los caballos que están en condiciones para prestar el servicio como coches turísticos.

“A partir de toda la información que recolectamos vamos a hacer la certificación de los animales, estamos en acompañamiento permanente y seguimos de tal manera que se puedan determinar los caballos que pueden trabajar y cumplan con todos los requisitos”, manifestó.

Con relación a algunos indicadores que presentó la Procuraduría, como frecuencia cardiaca o respiratoria, dijo que son cosas que se pueden superar, al igual que la identificación de los animales a través del microchip.

Igualmente, respecto a que 37 coches tengan asignado un solo caballo, aún cuando la norma dice que deben ser dos para que el animal pueda descansar día de por medio, afirmó que eso se debe a las dificultades económicas que hubo por la pandemia en el 2020 y a la muerte de varios caballos.

“Hay familias que no han tenido cómo reemplazarlos y por eso actualmente solo tienen un solo caballo”.

Por último, aseguró que la Umata presta asistencia técnica permanente a los caballos de manera periódica y también ante los requerimientos de los cocheros desde el ámbito médico – veterinario.

En cifras

82 historias clínicas de caballos cocheros fueron allegadas a la Procuraduría.

37 coches tiene registrados un solo caballo.

29 caballos no cuentan con microchip de identificación.

4 caballos tienen un peso inferior al establecido (350 kilos).

3 animales registraron temperaturas superiores a 38°.

8 caballos registraron frecuencia cardiaca superior al valor de referencia (36-40/min).

13 caballos presentan heridas.

28 caballos tienen agrietados los cuatro cascos.

9 caballos tienen dos cascos agrietados.

4 caballos tienen un casco agrietado.

1 caballo tiene un casco rajado.