Desde hace 20 años la comunidad en general es el eje vertebrador de la Fundación Esperanza de Vida (Fundevida), casa hogar que desde entonces acoge en sus cálidas instalaciones, en el barrio Zaragocilla, a los niños y niñas vulnerables de Cartagena, la Región Caribe, y últimamente de Venezuela, que pasan por la debilitante prueba de padecer cáncer y enfermedades hematológicas.
Es así como gracias al apoyo de la sociedad, existe y subsiste Fundevida... y en momentos conyunturales de la pospandemia, esta institución humanitaria necesita de la perseverancia ciudadana para hacer posible que sus servicios filantrópicos sigan llegando a tantos niños y jóvenes, dependientes de familias que casi siempre están desheredadas de los derechos básicos inherentes al ser humano.
Actualmente son más de 350 niños de todas las edades, incluidos bebés, todos con familias de muy escasos recursos económicos, que aunque reciben la desprendida hospitalidad de Fundevida, probablemente no están en el radar de la inmensa ciudadanía y, mucho menos del aparato estatal. Lo invito a leer: Izan, el niño desahuciado con cáncer y una madre que lucha por su salud
“Cuando un niño se enferma de este tipo de patologías tan delicadas, también se enferma todo el sistema, porque el niño hace parte de un sistema que son la familia, las entidades estatales y de salud. Frente a un diagnóstico de estos, te imaginas lo que puede suceder... es el caos psicológico y de toda índole para la familia, se afectan muchas cosas”, sintetiza Nacira Villadiego Ulloa, representante legal de Fundevida.
En consonancia con esta realidad contrastada por Nacira es que el personal de la Fundación, estimulado por un ideario misional de apuestas diarias a las esperanzas de vida, se aferra a la lucha por no dejar que todos estos niños pasen inadvertidos entre los intersticios cotidianos de la memoria colectiva de la sociedad. Esa es la única forma de que Fundevida exista.
La servicial obra se oxigena con las donaciones de la gente, con eventos y actividades diversas para recoger recursos y propulsar su objetivo. Lo invito a leer: La cartagenera que dona tapabocas a niños con cáncer
“Tras la pandemia, te soy sincera... actualmente necesitamos la ayuda de muchas personas para poder continuar”, confiesa la directora de la Fundación, quien jamás ha permitido la fragmentación del equipo humano que la acompaña en esta labor altruista.
CÓMO AYUDAR
“La gente puede donar alimentos para los niños y las mamás que los acompañan en estos procesos; frutas, verduras y carnes es lo que más escasea en este hogar. Los pueden traer a Fundevida (Zaragocilla, Avenida del Consulado, #49-26, de 8 a.m. a 5 p.m., cerca del HUC) o vamos a retirarlos donde el donante diga, o pueden dar bonos de alimentos para retirar en supermercados”, explica Villadiego.
Para aportes en dinero se dispone de las cuentas corrientes: 50487179709 de Bancolombia y 7024209789 de Davivienda, ambas a nombre de Fundevida. Lo invito a leer: Rector bolivarense postulado a la Medalla ‘Luis Carlos Galán’
“También invitamos a la gente a vincularse a esta misión como padrinos, de manera que puedan donar un dinero mensual que irá a un fondo común, pero si la persona quiere ayudar a un niño específico, lo puede hacer dejándolo precisado”, clarifica Nacira.