El telescopio espacial James Webb de la NASA ha obtenido una imagen del funcionamiento interno de un disco de polvo que rodea a una estrella enana roja cercana. Estas observaciones representan la primera vez que se ha captado la imagen de este disco, previamente conocido, en estas longitudes de onda de luz infrarroja. También proporcionan pistas sobre la composición del disco.
El sistema estelar en cuestión, AU Microscopium o AU Mic, se encuentra a 32 años luz de distancia en la constelación austral de Microscopium. Tiene unos 23 millones de años de antigüedad, lo que significa que la formación de planetas ha terminado, pues ese proceso generalmente toma menos de 10 millones de años. Esto lo hace una de las estrellas más jóvenes del Universo. Telescopio James Webb descubre un exoplaneta con cola
Para detectarla fue necesario el uso de un artefacto llamado coronógrafo. Este es un instrumento de la cámara de infrarrojo cercano del Webb (NIRCam) que se utiliza para “tapar” a la estrella, bloquear su brillo, para poder observar lo que la rodea sin que dicho brillo nos deslumbre, por lo que el descubrimiento de la estrella fue bastante sorpresivo.
“Nuestro primera mirada a los datos superó con creces las expectativas. Fue más detallado de lo que esperábamos. Era más brillante de lo que esperábamos. Detectamos el disco más cerca de lo que esperábamos. Esperamos que, a medida que profundicemos, haya más sorpresas que no habíamos previsto”, informó la NASA.
Coronógrafo del James Webb.
Su sistema
La estrella tiene dos planetas conocidos, descubiertos por otros telescopios. El polvoriento disco de escombros que queda es el resultado de colisiones entre los planetesimales sobrantes, un equivalente más masivo del polvo en nuestro sistema solar que crea un fenómeno conocido como luz zodiacal. La NASA ya conoce dos exoplanetas de este sistema estelar.
Lo que se ve en la imagen son los restos de escombros que han quedado después de la colisiones de distintos objetos sobrantes una vez creados los planetas. Son dos imágenes de diferente color porque corresponden a la misma zona en longitudes de onda de luz diferentes.
Esto permite a los expertos conocer más acerca del proceso de formación de los sistemas estelares. “Este sistema es uno de los pocos ejemplos de una estrella joven, con exoplanetas conocidos y un disco de escombros que está lo suficientemente cerca y es lo suficientemente brillante como para estudiarla de manera integral utilizando los instrumentos excepcionalmente poderosos de Webb,” dijo Josh Schlieder, del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, investigador principal del programa de observación y coautor del estudio.
Objetivos
Si bien la detección del disco es importante, el objetivo final del equipo es buscar planetas gigantes en órbitas amplias, similares a Júpiter, Saturno o los gigantes de hielo de nuestro sistema solar. Tales mundos son muy difíciles de detectar alrededor de estrellas lejanas utilizando los métodos de tránsito o de velocidad radial.
“Esta es la primera vez que realmente tenemos sensibilidad para observar directamente planetas con órbitas amplias que tienen una masa significativamente menor que Júpiter y Saturno. Este es realmente es un territorio nuevo e inexplorado en términos de obtención de imágenes directas alrededor de estrellas de baja masa”, explicó la NASA.
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