El presidente Gustavo Petro nuevamente se refirió al metro de Bogotá y, al criticar el diseño elevado que ya tiene un 18 % de ejecución, advirtió que -tal como está planteado hoy- el sistema es una “chambonada” y “un esperpento”.
En medio de una conversación con periodistas en la Casa de Nariño, el jefe de Estado ratificó que no será “cómplice” de un sistema elevado a lo largo de la Avenida Caracas, una de las más transitadas de la capital del país.
“No voy a ser cómplice de meter ese esperpento de metro elevado por la Caracas, esa chambonada. Si lo hago, las próximas tres generaciones después de que lo inauguren nos van a maldecir, por no decir groserías”, manifestó el jefe de Estado.
La alcaldesa Claudia López y el presidente se reunieron el 25 de enero en la Casa de Nariño para definir cuál sería la mejor opción y la viabilidad de construir un tramo de la línea de forma subterránea. Lea: Metro de Bogotá: conclusiones de la reunión entre Petro y Claudia López
En esa reunión se acordó que el ejecutivo establecería dos mesas simultáneas para analizar si jurídica y financieramente es viable hacerlo subterráneo desde la carrera 50 con avenida Primero de Mayo hasta la calle 72 con Caracas, es decir, agrega un tramo subterráneo de 3,9 kilómetros.
Finalmente, en medio del reciente encuentro con periodistas, el mandatario insistió en que el metro elevado saldrá más costoso que su propuesta de hacerlo subterráneo.
Solicitan no cambiar el proyecto
Entretanto, al Tribunal Administrativo de Cundinamarca y Bogotá llegó una acción popular para que no se cambie el proyecto que se tiene planeado hasta ahora. Lea: Metro de Bogotá: así lo defienden Gustavo Petro y Claudia López de las críticas
Según se expresa en el documento radicado por la concejal de Bogotá, Lucía Bastidas, se solicita “ordenar a la administración nacional y distrital abstenerse de hacer cambios al megaproyecto metro, ya que esto implica sobrecostos inmensos para la ciudad y sus habitantes”.
Adicionalmente, solicita “ordenar a la administración continuar con la ejecución planeada en el megaproyecto sin soterrar ningún proyecto”, así como “reiterar los lineamientos que se tenían pactados desde el proceso de licitación, para que la obra se ejecute sin modificaciones ni contratiempos”.
“En 2016, los gobiernos distritales de Enrique Peñalosa y Juan Manuel Santos lograron un consenso para hacer la primera línea del metro de Bogotá, con el que se adquirieron predios. En la administración de Gustavo Petro se adelantó un estudio para un metro bajo tierra con costo de 13,9 billones de pesos, pero la caída del petróleo a nivel mundial lo dejó inviable”, asegura parte del documento.
Y agrega: “En 2015, Peñalosa propone un metro en viaducto para lograr mayores beneficios con el presupuesto disponible y reducir riesgos asociados a las construcciones bajo tierra en Bogotá. Se aceptó, se creó la empresa Metro de Bogotá, se autorizaron y se aprobaron cupos de endeudamientos para que la firma china ganará la adjudicación del megaproyecto que lleva un 18 % de su construcción”.
La concejala expresa en el documento los problemas que se tendrían al ser cambiado el proyecto, porque una modificación de criterios que fueron determinantes para la selección del contratista no permite asegurar que se cumpla lo adjudicado.
“Esto afectaría en gran medida a los habitantes de la ciudad, por los evidentes problemas de movilidad que se desencadenarían, aunando a sobrecostos financieros entre 8 y 17 billones de pesos y, por tanto, un detrimento patrimonial”, indica Bastidas.