En la última semana el ELN ha sido protagonista de varios ataques terroristas a la población colombiana según las autoridades. No más este fin de semana se le atribuyó el ataque al oleoducto Caño Limón Coveñas en el departamento de Arauca en el que 13 personas resultaron heridas.
El pasado 20 de junio explotó un petardo en la capital del país, exactamente en la localidad de chapinero, cerca del CAI de Lourdes. Mediante un comunicado el ELN se atribuyó ese ataque.
A ello se agrega que este medio día dos papas panfletarias explotaron en el centro de la ciudad que contenían publicidad de la guerrilla del ELN.
Pero, ad portas del inicio de un proceso de paz, ¿estos ataques significan una presión para que se llegue a la mesa de negociación más rápido?
“Este ataque es la manera en la que el ELN culmina una campaña de intensificación militar en medio de la tregua de las Farc que lo que hace es obstaculizar el inicio de negociaciones formales con el Gobierno; este ataque (el de Arauca) es contra de la población civil que genera terror”, afirmó el director de Cerac (Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos) Jorge Restrepo.
El ataque al complejo de Caño Limón Coveñas, esta vez no iba dirigido al oleoducto sino contra las instalaciones del campamento en donde se realizaban un oficio religioso.
Con este atentado, ya van 25 los cometidos contra la infraestructura petrolera que comprende varios departamentos de Colombia, entre estos, Norte de Santander, Arauca, Cesar y finaliza en Coveñas en el departamento de Sucre.
“Lo que hacen estos ataques es demostrar que por su naturaleza, esta guerrilla que está organizada en grupos con mucha independencia, no está lista en términos de control para presentar una negociación organizada con el Gobierno Nacional”, asegura Restrepo.
De igual forma, esta serie de ataques hacen que el ELN se quiera mostrar fuerte militarmente en la negociación y lo que se está demostrando es que tiene capacidad terrorista para afectar los chances de que haya esa negociación con el Gobierno, agrega el director del Cerac.
Desde 1984, el ELN ha venido atacando de manera reiterada los diferentes oleoductos del país, entre ellos el Caño Limón Coveñas y el Trasandino, y los que se encuentran cerca a la zona del Putumayo.
Geográficamente, el ELN opera en esa región y lo que se ha buscado con estos atentados es impedir la explotación de recursos, pero sus atentados han terminado por contaminar el acueducto de diferentes regiones, compromentiendo de esta forma a la población civil.
GOBIERNO DENUNCIA ATAQUE A CAÑO LIMÓN COVEÑAS
Debido a los ataques registrados en la última semana que se le atribuyen al ELN, el Ministerio de Defensa denunció ante las Naciones Unidas el ataque registrado al Oleoducto Caño Limón Coveñas que dejó a 13 personas heridas, entre ellas un sacerdote que en ese momento ofrecía una misa.
En una carta dirigida a Todd Howland, delegado para la Oficina en Colombia de la Alta Comisionada ONU para los Derechos Humanos, el Ministerio de Defensa denunció “la reiterada y sistemática ocurrencia de estos hechos por parte de este grupo terrorista", los cuales se convierten en una clara violación a los Derechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario, según el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.
En los últimos 10 días se han presentado tres acciones terroristas contra el oleoducto, una de ellas ocurrida en el municipio de Teorama (Norte de Santander), tres horas antes del ataque en Arauca.
“El frente de guerra Oriental del ELN publicó una amenaza al anunciar que entre el 3 y el 6 de julio próximos realizará un paro armado en las regiones del noreste del país, con el propósito de bloquear vías, transporte y comercio de Arauca, Boyacá, Casanare y los Santanderes”, agrega la carta.
De acuerdo con lo que dice el director de Cerac, Jorge Restrepo, el ELN busca mostrarse fuerte militarmente para negociar con el Gobierno Nacional y por eso habría intensificado sus acciones ofensivas en las últimas semanas.
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