Anoche en el Cartagena Festival de Música, en el concierto en la Plaza de San Pedro, fue una noche singular, un concierto bello y sublime.
Y la obra “Pickó Brevis” del cartagenero Francisco Lequerica, interpretada por la Orquesta de Cámara de Colombia, se elevó como una nube sinfónica, poderosa, iluminada y autónoma, como un árbol sediento de universo. Sayayín abrazó a Beethoven y volvió a su barriada cartagenera de Olaya Herrera, en un espeluque innovador, más que una fusión exquisita, una prodigiosa reivindicación estética de la música con ancestros africanos, compartiendo saberes y herencias con la música de Europa.
La música y en este caso, la champeta en formato sinfónico, desafió prejuicios culturales y sembró para siempre en el público la certeza de que la música como expresión humana y artística elimina fronteras y categorías entre Occidente y Oriente. Fue un acontecimiento histórico en la cultura de Cartagena.
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