Desde mediados de julio y durante unos tres meses, el Grupo Conservar liderará una delicada, pero necesaria misión: inventariar las 300 obras del Museo de Arte Moderno de Cartagena, entre las que se encuentran piezas de artistas plásticos colombianos y latinoamericanos como Alejandro Obregón, Enrique Grau, Cecilia Porras, Eduardo Ramírez, Oswaldo Vigas, Rene Portocarrero, entre otros.
Salim Osta, director del Grupo Conservar, explica que el inventario se realiza gracias al apoyo del Área Cultural del Banco de la República y que hasta ayer, después de dos semanas, han tenido acceso a 110 obras de la colección, con soporte en tela. “Sin tener todavía un diagnostico final, puedo decir desde mi experiencia que el parte es satisfactorio. Todavía tenemos que revisar las obras en soporte de papel y las obras tridimensionales, pero vamos bien”, agrega Salim.
“Permitirá priorizar la intervención”
“El inventario es la primera herramienta para conservar una colección y, junto a los estados de conservación, nos permite conocer cuántas obras hacen parte de la colección y cuál es su estado real. Estos dos datos nos van a permitir tomar acciones para optimizar la curaduría del museo y priorizar la intervención de la colección, si se requiere. De igual forma nos permite desarrollar programas de comunicación y educación. En fin, es un trabajo fundamental y obligatorio en todas las instituciones museísticas”, explica Salim Osta.
Hay que decir que el inventario se realiza aplicando la metodología del Ministerio de Cultura de Colombia con el objetivo de recopilar la mayor cantidad de información posible sobre la colección. El equipo, que cumple con todas las normas de bioseguridad para evitar contagiarse de coronavirus, está conformado por siete especialistas del Grupo Conservar, todos capacitados para manejar este tipo de colecciones, y dos personas del museo: “Un técnico que conoce la colección, que apoya nuestra labor en la entrega e identificación de algunas de las obras, y otra persona que nos facilita la entrada”, añade Salim.
El equipo que trabaja en el inventario lo hace con todas las normas de bioseguridad.//Foto: Cortesía.
¿Qué sigue después del inventario?
-Esta movilización de toda la colección dentro del mismo museo, a puerta cerrada y con todos los protocolos de bioseguridad, nos permite tener toda el área del segundo piso para el manejo de la colección y poder desocupar la zona de depósito, para mirar su real estado de conservación. Y convertirla en una zona de reserva de la colección.
Acabamos de recibir el documento con el diagnóstico del arquitecto, donde plasma todas las patologías, que tiene el deposito donde está esta colección y todo lo que hay que resolver para convertirlo en un sitio digno de toda la colección maravillosa que tiene este museo.
Entonces es aquí donde invito a toda las entidades, y personas naturales que siempre han estado pendientes de esta museo y su colección para que nos ayuden a resolver este tema, que es crucial para conservar la colección. Así como el Banco de la República y una entidad pequeña como el Grupo Conservar están apoyando esta labor, espero que muchas empresas y personas amigas de la institución se sumen. Hay que aprovechar estos momentos de crisis y dificultad, que es donde salen las grandes ideas, para salir adelante en todos los ámbitos de nuestra vida. Y esto se extiende a todos los museos de la ciudad, que viven el mismo calvario.
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