Si existe una persona con un pasaporte al mundo, con visa para descubrir sabores y la maleta siempre lista para llegar a los rincones más exóticos, es la española Verónica Zumalacárregui, la viajera incansable que disfruta cada viaje inicialmente desde el paladar, una verdadera aventura si se tiene en cuenta que un plato es capaz de mostrar por entero una cultura.
Afincada en Madrid, esta comunicadora española se ha dado la tarea de llevar a la televisión y más recientemente a las redes sociales, su vida inmersa en recetas que dan identidad a un país, región o ciudad. Visita por igual un acreditado restaurante, la casa de una familia local, o las ventas de comida más sencillas, la idea está en conocer de primera mano, o en un primer bocado, toda la historia que se ha escrito allí.
Verónica es la conductora del programa “Me voy a comer el mundo” que se emite por el canal El Gourmet, con una audiencia expectante por las sorpresas que se encuentran en cada episodio. Su recorrido bien puede ser en alguna población española, pero tiene siempre la disposición para llegar a cualquier lugar del planeta, visitar una familia y recopilar historias que hacen marco al episodio televisivo. (Lea aquí: Verónica Zumalacárregui sigue saboreando el mundo)
Después de tantos kilómetros recorridos, donde el medio de transporte ha sido lo de menos, Vero se dispone a estrenar nuevos capítulos, con aventuras a la mano y sin dudar afirma que desea que el espectador disfrute tanto como ella de las experiencias vividos.

“Para mí el mayor regalo que me hace la vida es tener acceso a esas realidades, a convivir con gente que jamás conocería. Me parece que la suerte que tengo es que no solamente lo vivo sino que puedo compartirlo con todo los espectadores y soy feliz porque ellos desde sus casas, en cualquier país, puedan llegar a viviendas de Turquía, de Croacia, de Marruecos, y lo mejor, conocer más de sus costumbres y gastronomía”, manifiesta.
En su itinerario constante Verónica ha repetido destinos, generalmente acude a nuevas regiones, como ha sucedido en Marruecos, que si bien ya conocía, nunca había visitado el desierto de Merzouga, por lo que ahora este espacio es una parte muy importante de este capítulo. Afirma que no conocía Croacia, Turquía ni Georgia y le encantaron, los aprovechó a nivel personal y profesional.

Un libro y muchas historias
Aunque el programa tiene un alto componente gastronómico, se trata de la cultura expresada en la cocina, en las calles y en el sentir de la gente, de la misma forma se incluyen historias de vida que Verónica Zumalacárregui ha decidido consignar en su primer libro.
“La vuelta al mundo en 15 mujeres”, es una serie de relatos donde la autora, en un tono muy personal, no solo cuenta las historias de mujeres que ha ido conociendo por el mundo, sino que se mete en ellas.
“Grabando ‘Me voy a comer el mundo’ he conocido mujeres interesantes. Me he quedado con ganas de contar sus historias, esas que yo creo que merecen la pena contar. No son personas conocidas, excepto la de Colombia que es Leo Espinoza, quien es la protagonista de uno de los capítulos del libro, se trata de una chef súper reconocida. Cuando la conocí, pensé ‘qué mujer más apasionante’. Es una crack, es la única mujer famosa de este libro, las demás son mujeres anónimas que tienen vidas muy distintas a la mía”, manifiesta Verónica.
El encuentro con Leo Espinoza se dio a principios de 2018, en el viaje destinado a Bogotá, donde tuvo la oportunidad de compartir con otras personas que hicieron de esa estancia una experiencia única. “Siempre me acuerdo al llegar a ‘Andrés Carne de Res’ y que me dijeran ‘esto no es Colombia es Locombia’. ¡Madre mía! qué locura más divertida, qué bien me lo pasé esa noche. Me gustó mucho, la diversión, el salseo, la pasión y todo esto que la gente puede englobar y que quizás es muy de América Latina pero de una forma elegante, esa combinación de pasión refinada me gustó muchísimo”, agrega.
Y continuando con ese viaje rememora las atenciones recibidas, donde el calor del colombiano quedó de manifiesto en cada lugar o casa que visitó. “Me acuerdo un montón del ajiaco, siempre digo que quiero volver a Colombia para disfrutarlo nuevamente porque aquí no lo he encontrado todavía y ese plato me enamoró. Aquí es difícil de encontrar porque se hace con un tipo de patata que está allá, también recuerdo el sancocho que disfruté en plena montaña con una familia enorme, eso de convivir con la gente y comer rico es algo que me encanta”, finaliza.
Aventuras en los próximos episodios
-En Marruecos, grabó con un nómada del desierto en su casa. Su casa era dos palos puestos con una jaima encima.
-En Turquía, estuvo en Capadocia dentro de una casa que previamente era una gruta, una cueva.
-En Croacia, no solamente conoció Dubrovnik y las murallas de “Juegos de Tronos”, sino su parte rural.
-En Georgia, participó en un supra, que es una cena con mucha gente, donde brindan, cantan y tocan guitarra.