Postgrados


5 razones para decir sí a programas con acreditación de Alta Calidad

Este aval del Estado garantiza la excelencia en diversos aspectos de la formación superior, por lo que deber ser un criterio a tener en cuenta al escoger dónde estudiar.

JULIANA DE ÁVILA ROMERO

30 de julio de 2021 12:00 AM

Después de asegurarte de haber tomado la decisión correcta en cuanto al posgrado que quieres realizar, lo siguiente es elegir una institución de educación superior con la oferta institucional más completa. Y es precisamente en ese momento que cobra relevancia la acreditación en Alta Calidad que otorga el Ministerio de Educación.

¿Qué significa estar acreditado en Alta Calidad? Según el Acuerdo 02 de 2020, que actualizó el modelo de acreditación en Colombia, este “es el reconocimiento a los programas académicos y a las instituciones que cumplen con los más altos criterios de calidad y que realizan sus propósitos y objetivos teniendo en cuenta niveles de formación y modalidades”. (Le puede interesar: Asegurar la calidad educativa: el compromiso inquebrantable de las universidades).

El Sistema Nacional de Información de la Educación Superior del Mineducación, reporta a corte de marzo de 2020, 13.613 programas en todos los niveles de formación, de ellos solo 1.710 tienen registro de Alta Calidad, es decir el 12,5%. En el ciclo universitario son 4.263 carreras a nivel nacional y 1.250 (29%) están acreditadas.

El Universal extrajo del Acuerdo 02 de 2020, cinco de los principios de acreditación en Alta Calidad expuestos por el Ministerio de Educación, el Consejo Nacional de Educación Superior (CESU) y el Consejo Nacional de Acreditación (CNA), que se convierten en razones para elegir universidades o programas con este sello.

1. Pertinencia

Sirve de poco una formación académica que ignora el contexto en que se desarrolla y al que saldrán sus profesionales a laborar. Por eso las instituciones y programas acreditados deben garantizar una “actuación congruente, conveniente, coherente y adecuada a las condiciones y demandas sociales, culturales y ambientales del contexto en el que desarrollan sus labores formativas, académicas, docentes, científicas, culturales y de extensión”, indica el Mineducación.

2. Inclusión

Quitar barreras y adaptarse para garantizar el derecho a una educación universal a todos. Este es sin duda uno de los grandes retos de las instituciones de educación superior hoy, garantizarle a su comunidad académica a una educación de calidad “eliminando las barreras que limitan el proceso formativo o el desarrollo de las labores formativas, académicas, docentes, científicas, culturales y de extensión”.

3. Sostenibilidad

¿Cómo mantengo la calidad de mis servicios educativos? Esta es la pregunta obligada para estas instituciones de educación superior, que deben desarrollar la capacidad para prever y garantizar la alta calidad fijándose misiones a corto, mediano y largo plazo.

4. Innovación

Atender las exigencias cambiantes del desempeño laboral, proceso formativo, cambios tecnológicos e incluso condiciones de financiación, introduciendo cambios sustantivos en los procesos internos es sin duda una capacidad de las instituciones de Alta Calidad.

Un ejemplo claro se vivió durante la pandemia, cuando las directivas de las universidades se vieron obligadas a innovar, en medio de los retos de la cuarentena y el distanciamiento físico, para mantener semilleros de investigación, el acompañamiento a estudiantes en condiciones especiales, crear planes especiales para el pago de matrículas, entre otros aspectos propios del ecosistema universitario.

5. Integridad

Cuando un estudiante elige una institución no solo lo hace por la infraestructura o el programa, también se trata de esa “promesa de valor”, ¿qué espera vivir el estudiante en estas aulas? Es así que cumplirla es una de las prioridades de las instituciones acreditadas.

“Esto debe permitir que se desarrollen las labores formativas, académicas, docentes, científicas, culturales y de extensión, de manera que se posibilite el desarrollo humano desde una perspectiva ética”, dice el acuerdo. (Puede leer: Posgrados de Alta Calidad, el paso que deben dar las universidades del Caribe).

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Así se obtiene la acreditación

El Ministerio de Educación, en entrevista con El Universal, explicó cómo empieza una institución de educación superior el proceso para ser acreditada en alta calidad.

“La acreditación de instituciones y de programas académicos es un proceso voluntario. Se inicia con la solicitud de apreciación de condiciones iniciales, que busca establecer el potencial del programa para ser acreditado. Luego, se realiza por parte de los programas o las instituciones un proceso de autoevaluación que contiene los resultados del proceso y un plan de mejoramiento”, indicó el Ministerio.

Después de esta fase inicial, viene la evaluación externa por parte de pares académicos que visitan la institución. Con esa información, las evidencias académicas y documentales, el Consejo Nacional de Acreditación realiza una evaluación integral en la cual se define si se otorga la acreditación, aportando además recomendaciones de mejora.

“La acreditación es un reconocimiento que da el Estado sobre la calidad de un programa o universidad con base en un proceso previo de evaluación, en el cual interviene la institución, las comunidades académicas y el Consejo Nacional de Acreditación CNA”, resaltó Mineducación.

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